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De Palpalá a La Villa 31: estuvo preso y ahora contiene a jóvenes

"En Jujuy conocí el respeto y buenas enseñanzas, pero acá fue todo distinto, y asesinaron a mi hermano", la historia de Juan Toconás que cambió el rumbo de su vida y hoy saca a los chicos de los malos hábitos. 
Miércoles, 29 de julio de 2020 01:04

Juan Manuel Toconas vive en la Villa 31 de Buenos Aires, tiene 33 años y una historia de vida muy versátil, con recuerdos muy lindos de Jujuy, donde vivió su infancia y un panorama distinto cuando se fue de la provincia: estuvo preso y asesinaron a su hermano, pero cuando salió se dedicó a contener a niños y jóvenes a través del deporte, y a ayudar a familias en situación de vulnerabilidad.

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Juan Manuel Toconas vive en la Villa 31 de Buenos Aires, tiene 33 años y una historia de vida muy versátil, con recuerdos muy lindos de Jujuy, donde vivió su infancia y un panorama distinto cuando se fue de la provincia: estuvo preso y asesinaron a su hermano, pero cuando salió se dedicó a contener a niños y jóvenes a través del deporte, y a ayudar a familias en situación de vulnerabilidad.

Nació en Buenos Aires y tras fallecer su madre, quedó huérfano, por eso es que su abuela lo adoptó y de muy pequeño lo trasladaron a Palpalá donde pasó toda su niñez y parte de su adolescencia. Hizo la primaria en la escuela "Carmen de Naverán", algunos años del secundario en la Escuela Técnica palpaleña y también hizo inferiores en el club Altos Hornos Zapla. Además, siendo un niño, trabajó en el tabaco en Carahunco y en El Remate.

Pese a que su familia es jujeña, decidió regresar a Buenos Aires y recuperar su casa en la Villa 31, donde vivía su madre que se fue para allá con el sueño de encontrar trabajo.

Al respecto, Toconás, mencionó, en diálogo con El Tribuno de Jujuy que "en Palpalá encontré mucho respeto y otro tipo de enseñanza muy distinta a lo que ocurre acá donde la situación siempre fue complicada. En Jujuy conocí una cultura del respeto pero acá en la Villa 31 me encontré con cosas muy malas, donde gana el más fuerte. No hay respeto por la vida".

"Todo eso me llevó a meterme en problemas, a uno de mis hermanos en un conflicto barrial lo mataron. Yo trabajaba así que empecé a juntar plata y también me metí en problemas. En ese momento el barrio estaba muy marginado, el Estado no estaba presente", añadió.

Terminó el secundario en la escuela Padre Mujica, "tuve una mala junta que yo mismo elegí, por eso terminé preso en el Penal de Ezeiza, y también por disturbios en la vía pública. No estoy nada contento con eso", comentó.

El rugby y la gente que practicaba ese deporte en la Villa 31 fueron claves para el cambio que hubo en la vida de Juan Manuel Toconas cuando salió del penal. Empezó a leer libros, a reinventarse y a ver la vida de otra manera.

"Caí al pozo"

En ese sentido, sostuvo que "mis otros amigos, cuando caí preso se perdieron. Pero los del rugby y mi familia estuvieron todo el tiempo y les agradezco, empecé a tenerle más valor a la vida y a tener sueños. Veía a chicos que andaban como yo antes y me nacía ayudarlos, y sacarlos de esos malos hábitos. Eso me pegó mucho porque de chico la pasé mal, la cultura que me enseñó la gente del norte fue muy hermosa y ante todo siempre estaba el respeto".

"Cuando caí al pozo recién tomé conciencia y me di cuenta que no podía salir, consumía drogas y andaba perdido en el alcohol, eso lamentablemente acá es normal pero no debería ser así", indicó.

Una persona muy solidaria

Dentro del espacio del club de rugby y también en otros con amigos realiza frecuentemente actividades solidarias en la Villa 31 que se fueron intensificando este último tiempo que la pobreza golpea más a las familias del lugar. En ese contexto, Toconas remarcó que tiene la idea firme de sacar a los más chicos de las drogas y brindarles herramientas para su futuro.

Un nuevo comienzo en el club


TANTO EN EL RUGBY - COMO EN LA VIDA LA PELEÓ SIEMPRE HASTA OBTENER EL TRIUNFO.
A través del rugby generó buenos hábitos que nunca pensó que tenía, y conoció a personas muy valiosas pero lo hizo de una manera insólita con una gran enseñanza.
Un domingo Juan Toconas estaba amanecido y alcoholizado en un sector de la Villa 31 donde unos jóvenes practicaban rugby, los miraba y se les reía porque siempre pensó que ese deporte era de “chetos” y de la clase alta. El doctor Martín Dotras era el profesor que daba las clases de rugby a chicos de ese lugar también hacia otras tareas sociales en la villa y Toconas de ahí lo conocía. Ese domingo lo invitaron a jugar pero él no quiso y les quitó la pelota con la que jugaban.
Asimismo señaló que “cuando me iba con la pelota, el profe me seguía y me pedía de buenas maneras que se la devuelva. Me siguió hasta mi casa y yo se la devolví tirándosela en la cara. Al haberlo tratado tan mal, pensé que se iba a poner mal, pero él reaccionó de la forma menos esperada, me volvió a invitar a jugar con ellos. Eso me llegó y siempre agradezco que el rugby se metió en mi camino”. Todo eso le impactó y de a poco fue ingresando al equipo, y terminó siendo protagonista del crecimiento de esta institución deportiva que fue creciendo con el paso del tiempo. “Me sentía aceptado en el club, sentía que había gente que me quería y me dieron responsabilidades que asumí”, dijo.
Otro de sus grandes logros fue participar y ganar en el concurso “¿Quién quiere ser millonario” que se transmite por la pantalla de Telefe. Ahí ganó un ostentoso premio que lo derivó al crecimiento de su club.

El virus en la 31
Aseguró que “dicen que acá hay 4 mil o 6 mil contagiados pero en realidad hay como 20.000. Al ser un barrio en el que vive gente joven, la mayoría es asintomática”.
 

 

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