El mascotismo y la caza indiscriminada de especies de la fauna silvestre es una constante, y especialmente la primera es una práctica lamentablemente naturalizada en la comunidad ya que son numerosas las familias que tienen loros, tortugas y hasta monos como mascotas, pese a que sea una práctica ilegal. La sobreexplotación de la fauna silvestre, con éste y otros fines, es la tercer causa de extinción de diferentes especies, lo que pone en crisis a la biodiversidad.
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El mascotismo y la caza indiscriminada de especies de la fauna silvestre es una constante, y especialmente la primera es una práctica lamentablemente naturalizada en la comunidad ya que son numerosas las familias que tienen loros, tortugas y hasta monos como mascotas, pese a que sea una práctica ilegal. La sobreexplotación de la fauna silvestre, con éste y otros fines, es la tercer causa de extinción de diferentes especies, lo que pone en crisis a la biodiversidad.
Para que un ave llegue a manos de su nuevo propietario, en el camino mueren entre 8 y 9 ejemplares.
Así lo aseguró Eduardo Vargas, biólogo del Centro de Atención de la Fauna Autóctona de Jujuy (Cafaju) del Ministerio de Ambiente de la Provincia, quien detalló que hay diferentes tipos de sobreexplotación: la caza comercial, el tráfico de a una que puede ser para colecciones privadas, para mascotismo que en Jujuy es muy común, especialmente con tortugas, loros y monos, y la caza para la obtención de subproductos. "Esto hace que se esté viviendo una crisis a nivel de conservación, de hecho la sobreexplotación constituye la tercer causa de la extinción de numerosas especies; se cree que por año se extinguen al menos 10 mil especies en todo el mundo, es decir entre 50 y 300 especies por día", señaló.
Respecto al mascotismo, señaló que hay muchos personas que lo defienden porque ven que el animal está bien cuidado, que se lo cría con amor, que lo alimentan bien, "pero eso no lo puede determinar una persona, no podemos saber si el animal está feliz de estar con seres que no son de su especie, que se alimentan con otro tipo de comida, que está a gusto de no estar con los suyos y poder reproducirse, de ser libres" dijo y explicó que para que un animal sea "doméstico" deben pasar 10 mil años. "Para diferenciar un animal doméstico de uno silvestre no basta solo con un cambio comportamental, es decir, no porque el loro sea manso, y se pose sobre nuestro hombro es un animal doméstico; para que eso suceda hace falta un cambio genético que es lo que ocurrió con el perro, por ejemplo, y que se logra a través de muchas generaciones y muchos años. El perro deriva del lobo y debieron pasar alrededor de 10 mil años para que ocurra ese cambio", señaló el biólogo.
Tanto la caza, como el tráfico de animales silvestres son procesos traumáticos que generan una alta tasa de mortandad. "Según las estadísticas, para que un ave llegue a manos de su nuevo propietario en el camino mueren entre 8 y 9 ejemplares, porque son sacados de sus nidos siendo muy pequeños, mueren por inanición, muchos mueren porque están hacinados en jaulas, sin poder respirar o bien por enfermedades, lo que a su vez genera un riesgo para quienes adquieren aves como mascotas, ya que éstas pueden transmitir enfermedades a los seres humanos", explicó Vargas.
Actualmente hay leyes que protegen a la fauna silvestres como la ley nacional 22.421 de Conservación e Fauna Silvestre, la ley nacional de Ambiente 25.675 y la ley provincial de Caza 3.014, entre otras, que apuntan a la protección de la fauna silvestre.
Piden realizar denuncias
El Centro de Atención a la Fauna Autóctona de Jujuy (Cafaju), que depende de la Secretaría de Biodiversidad del Ministerio de Ambiente, permanentemente solicita a la comunidad denunciar el tráfico ilegal de fauna, mascotismo de animales silvestres, su caza y comercialización. Al advertir esta situación solicitan a la comunidad dar aviso y datos precisos de dónde se da esta situación irregular, a fin de que puedan intervenir.
De igual modo, ante la aparición de animales silvestres lastimados piden realizar las denuncias pero también advierten que si se encuentra a estos animales en buen estado y en su hábitat natural, no sean extraídos de éste ya que se les está generando un perjuicio. Los teléfonos para realizar denuncias son 0388 155903623 y 0388 4249264. “Sin demanda no hay tráfico, es por eso que hay que frenar la comercialización de animales silvestres; que una persona tenga un loro no es significativo, pero que mil personas quieran tener uno es un grave daño a la biodiversidad”, dijo Vargas.