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La política copa espacios como si no hubiera virus

Lunes, 28 de septiembre de 2020 01:01

Como fuertes síntomas de la pérdida de potencia de la coalición gobernante, reaparecieron en el escenario temas que siempre se presentan cuando flaquean la consistencia y la coherencia indispensables. Por ejemplo, crecieron en la semana los rumores de cambios o enroques en el gabinete nacional, obviamente los principales apuntados son funcionarios de estrecha amistad con el propio Presidente, apuntados desde diciembre del año pasado por los misiles del cristinismo y el Instituto Patria, deseosos de cerrar un frente K puro y duro. Con ello no sólo consolidarían todavía más la ejecución de sus programas de gobierno para esta gestión, sino que, como todo programa político que se precie de tal, apuntaría a asegurar la victoria y la sucesión de sí mismos para el 2023.

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Como fuertes síntomas de la pérdida de potencia de la coalición gobernante, reaparecieron en el escenario temas que siempre se presentan cuando flaquean la consistencia y la coherencia indispensables. Por ejemplo, crecieron en la semana los rumores de cambios o enroques en el gabinete nacional, obviamente los principales apuntados son funcionarios de estrecha amistad con el propio Presidente, apuntados desde diciembre del año pasado por los misiles del cristinismo y el Instituto Patria, deseosos de cerrar un frente K puro y duro. Con ello no sólo consolidarían todavía más la ejecución de sus programas de gobierno para esta gestión, sino que, como todo programa político que se precie de tal, apuntaría a asegurar la victoria y la sucesión de sí mismos para el 2023.

El ministro Martín Guzmán es uno de los blancos predilectos: nunca tuvo la simpatía de la vicepresidenta, y menos ahora, que lo culpa por el desmanejo de la economía de los últimos días. Los pergaminos logrados tras el arreglo con los bonistas se esfumaron como los dólares de las reservas que el "supercepo" -que hoy trataría de moderarse- no logró frenar. Y allí, otro albertistas de paladar negro -si es que los hay- Miguel Pesce, titular del Banco Central (cuyo pliego sigue en el Senado sin que CEFK haya promovido su tratamiento y su aprobación), también se puso a tiro de la munición K. Para reemplazarlo ya impulsan a Carlos Heller, el legislador ultra-K y dueño del Banco Credicoop. Otras fuertes versiones hablan del intercambio de cargos: Guzmán al Bcra y Emanuel Álvarez Agis a la cartera económica. En las no tan reservadas cenas del Presidente con su vice, donde se dialoga acerca de las medidas que se toman, también AAF escuchó otra arremetida en contra del jefe de Gabinete Santiago Cafiero. También integran el grupo de apuntados Matías Kulfas, de Producción, Sabrina Frederic, de Seguridad, Claudio Moroni de Trabajo y Eugenia Bielsa de Vivienda. El Presidente, comentan los círculos bien nutridos de datos por las propias usinas K, no habría sido terminante en las defensas de sus funcionarios: "No es el momento", habría sido el argumento. Los recambios de gabinete generalmente lo oxigenan en la medida que los nuevos, aportan cuotas de la credibilidad que hoy por hoy es un bien escaso e indispensable.

El otro síntoma que se menea con fuerza es algún fuerte "retoque" a la moneda. El peso, un volumen altísimo de circulante convertido virtualmente en cuasimoneda, quedó también en la mira. Medidas recurrentes hablan de una inevitable devaluación, con los consiguientes trastornos para el control de la inflación. Otros se juegan a favor de imprimir billetes de $5.000, pero chocan contra la opinión de la vicepresidenta, que cuando ejercía el Poder Ejecutivo, ya se había negado a este tipo de recurso, por considerar que sería reconocer la pérdida de valor de la moneda nacional, al aumento de precios constante y a la sostenida recesión. Se completan estos datos con la idea flotante de quitarle tres ceros a la moneda y hasta encontrar una nueva denominación. Maquillaje ya usado otras veces que ayuda en el momento, pero se diluye rápido sin un plan que lo sostenga.

Simultáneamente, las autoridades económicas avanzan en lograr un crédito de por lo menos $5.000 millones, que tres bancos extranjeros estarían dispuestos a acordar, si Argentina acuerda con China disponer de los yuanes guardados en el Bcra para vendérserlos con el compromiso de recomprarlos en dos años a tasas pactadas. A esa operación en la jerga de los economistas la llaman "repo". En la de la política: una jugada desesperada para obtener liquidez. Todo lo que se piensa debe hacerse o desecharse pronto, porque el otro fantasma acecha en la puerta de todos los despachos: el año electoral que se viene.

La oposición a su vez, con poco margen de maniobra, también piensa en recambios. Ideas osadas de parte del PRO,} afirman que Patricia Bullrich se juega por ampliar la base de sustentación de la coalición opositora. De paso, dicen que también preferiría que deje de llamarse "Juntos por el Cambio" y buscará algo más sólido, breve e impactante, que salga del desgaste. El proyecto es acercar a Ricardo López Murphy, quien a su vez arma el 2021 con José Luis Espert y Juan José Gómez Centurión, juntada que cuenta con la aparición como aspirante a candidato del rutilante economista Javier Milei. Desde las filas radicales, tanto el titular de la UCR Alfredo Cornejo como el referente "outsider" de la más fuerte dirigencia Ernesto Sanz, saludaron el probable acuerdo, sin perder de vista que la "derechización" de JxC es también un riesgo, pero, según consideran, sería preferible eso a tener que dejar el campo libre a la continuidad del FdT. Los gobernadores jugarán un papel importante: Gerardo Morales, Gustavo Valdéz y Rodolfo Suárez tendrán su voz y voto trascendente, pero condicionada en gran medida por la dependencia estructural de las provincias de la voluntad del poder central. En menos medida, pero cada día más acosado por la embestida económica del Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, jefe de la Ciudad cada vez menos autónoma de Buenos Aires, sería quizás la voz que defina muchas cosas.

En tanto, como si el principal frente de combate, la pandemia, pudiese quedar en un lejano segundo plano, las noticias de esta semana volverán a traer definiciones de la Corte Suprema de Justicia acerca del traslado de los jueces que investigan las causas por corrupción que cercan a la vicepresidenta. El proyecto para quitarle más fondos a la Caba tiene dictamen favorable de los senadores, y el ministro Wado de Pedro (interior) no deja de decir que el próximo paso será volver la Policía Metropolitana al ámbito de la Policía Federal Argentina. Y en dos días más entraremos al mes más emblemático del peronismo: Octubre con su 17 en el corazón.

Para ese día, y para recomponer situaciones y suturar heridas, la CGT organiza un acto que no será solamente la recordación del nacimiento del justicialismo: tendrá el objetivo de insuflarle autoridad y centralidad a Alberto Fernández, ya que para esa fecha, piensan tener todo acordado para consagrarlo como presidente del Partido Justicialista Nacional. Los jefes cegetistas ya lo dijeron y hasta el jefe de Gabinete de AAF lo anunció, pero son muchos los sectores que hay que integrar. Ya está el tema instalado, si finalmente no se logra el objetivo, el Presidente será el principal perjudicado por un intento fallido que aumentará las sombras sobre su presencia política. Si es ungido titular del PJ, no les será fácil tampoco demostrar que desde el histórico salón "Felipe Vallese" de la CGT se estará fundando una conducción política que el también poderoso Instituto Patria no alcance a opacar.

A nivel nacional, el Presidente sigue firme en su choque en contra de la oposición que no lo entiende, de la prensa que desestabiliza y miente, de la Justicia que "no sabemos qué pretende", y de la clase media argentina, principal modelo y ejemplo del ascenso social y el avance que otorga el mérito. Mientras, espera para pasado mañana el dato de la pobreza en Argentina que dará el Indec. Todo indica que superará el 40%, inédito, estruendoso, doloroso.

A nivel local, la pelea contra el virus sigue dura en el día a día, lo que no es motivo para que políticamente se muevan las piezas de los tableros. Desde el oficialismo, con poco cuidada reserva, se encargó a un funcionario relevante del gabinete la tarea de sondear algunos nombres de los más refulgentes de los últimos meses para descubrirles el posible perfil de candidatos. Desde la oposición comenzaron las ideas y vueltas por el acto del 17, que no será una movida masiva ni en las calles, pero sí se busca que, mediante Zoom o cualquier forma virtual que se pueda, el PJ muestre que el 2021, como fue en el 2019, le puede dar al justicialismo la alegría de otra victoria, aunque después deba volver a la dificultosa tarea de trabajar por una unidad soñada.

Como se ve, la política partidaria, electoral, coyuntural, avanza fuertemente y ocupa mucha de la energía que con gran responsabilidad, la clase dirigente debería utilizar para combatir al coronavirus.