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"Convivimos con un enemigo que es la comida esclavizante"

Trastornos alimenticios se agudizaron por los problemas psicológicos y emocionales que ocasionó la pandemia.
Martes, 08 de septiembre de 2020 01:03

La crisis sanitaria causa una angustia que puede impactar en nuestra alimentación provocando problemas y trastornos que se profundizaron en los que los sufrían desde antes ya que por el confinamiento existe un contacto más vigoroso entre las personas y las comidas, explicó Claudia Dagum, nutricionista y referente del grupo "Sol" que funciona en el hospital "Néstor Sequeiros".

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La crisis sanitaria causa una angustia que puede impactar en nuestra alimentación provocando problemas y trastornos que se profundizaron en los que los sufrían desde antes ya que por el confinamiento existe un contacto más vigoroso entre las personas y las comidas, explicó Claudia Dagum, nutricionista y referente del grupo "Sol" que funciona en el hospital "Néstor Sequeiros".

"El contexto agrava el tema alimentario que es síntoma de un problema psicológico y emocional, y ante una situación como la actual donde hay mucha angustia por la enfermedad y por lo económico, hay quienes sufren mucho y eso puede desencadenar cuestiones alimenticias. Esto lleva a convivir con el enemigo que son las comidas que nos esclavizan. La idea es que la comida sea algo que esté a nuestro servicio y sea un complemento de nuestras vidas", mencionó Dagum en diálogo con El Tribuno de Jujuy.

Indicó que la vida social también se vio totalmente cambiada afuera y dentro del hogar, y hay familias que se vieron obligadas a estar juntos las 24 horas en un lugar pequeño, siendo ese otro favor que influye en estas patologías.

Asimismo, expresó que "el trastorno alimentario, ya sea la anorexia, la bulimia o el comer o beber compulsivamente son flagelos que esclavizan, a partir de que aparecen estos trastornos en nuestras vidas pasamos a ser esclavos, pasamos a vivir por y para esos problemas alimentarios". Aquellos que se encontraron con estos problemas durante el aislamiento deben pedir ayuda cuanto antes para que esta situación no se torne peor.

Pueden acercarse al hospital "Sequeiros" y consultar por el grupo "Sol" que es un espacio de apoyo terapéutico para personas con dificultades en la alimentación, mayormente reciben anoréxicas, bulímicas, comedores compulsivos, o hiperobesos que son contenidos por una nutricionista y un psicólogo.

Nunca pararon

Junto al psicólogo Martín Iturburu, el otro especialista que trabaja en el grupo, se las ingeniaron para no dejar de brindar esta asistencia que la realizan desde hace 18 años bajo el lema "Si el dolor no para, nosotros tampoco".

En ese sentido comentó que "no nos detuvimos nunca porque la necesidad de la gente que asiste es muy grande, estamos actualmente a través de videollamadas, volvimos a los encuentros personales un tiempo pero eso no duró mucho. No es lo más sencillo porque estas son patologías en las que el tema del cuerpo es uno de los síntomas, ya sea por exceso, déficit o vómito, entonces el tema de no hacer contacto causa una dificultad importante, nosotros eso trabajamos mucho".

"Hemos estado potenciando esta situación de no poder tener contacto para que sea una herramienta más. Hay mucho contacto entre las pacientes a través de un grupo de Whatsapp a fin de que el vínculo no se pierda", añadió.

Para finalizar aseguró que "en cada reunión siempre surgen el miedo y la angustia, nosotros trabajamos con problemáticas alimentarias que se han multiplicado en la pandemia. El otro día una paciente decía que está viviendo con el enemigo, porque hace 6 meses que está encerrada en su casa con la comida permanentemente dándoles vuelta. Entonces es importantísimo tener el apoyo del grupo y que sigan charlando de estos temas".

Trastornos alimenticios que se combinan y son muy perjudiciales

La nutricionista Claudia Dagum mencionó también que “el tema de los trastornos alimenticios es muy cambiante, todo el tiempo cambia y se van combinando. Hace treinta años se hablaba solamente de anorexia en la persona que deja de comer, y bulimia en la persona que come muchísimo y vomita”. “Luego se empezaron a ver nuevos trastornos porque los seres humanos se van modificando en su psiquismo y por eso cambian las enfermedades, lo que antes era tan claro hoy ya no lo es. Uno puede comenzar queriendo bajar de peso y empieza a restringir su comida, pero después eso se acrecienta y empieza a vomitar.

También ocurre para poder consumir mucho alcohol, pero como engorda prefieren no comer nada durante el día para poder tomar grandes cantidades en la noche”, agregó. En ese sentido, remarcó que existen nuevas enfermedades como ser la bulimarexia, que combina anorexia y bulimia, en la que se restringe el ingreso de alimentos pero lo poco que se ingiere se vomita. La especialista también sostuvo que hay una gran cantidad de alcohorexia, que es cuando las personas dejan de consumir alimentos para tener liberado el consumo de alcohol, y hay una gran cantidad de trastornos que relacionan a la bulimia y a las drogas.

CLAUDIA DAGUM / NUTRICIONISTA Y REFERENTE DE “SOL”.

Habló también de otra patología que se llama ortorexia, que se refiere a los que empiezan a comer sano pero eso se hace una obsesión y se trasforman en “sacerdotes” de la comida sana, y hasta llegan a ejercer violencia cuando alguien no come lo que ellos consideran sano, “y todo el tiempo están obsesionados con ese tema”, mencionó. El espacio es abierto y gratuito, pero para ingresar primero deben tener una entrevista con los profesionales que se encuentran al frente que son los que fundaron y sostienen el grupo.

Nadie es inmune

La nutricionista remarcó que ninguna persona está exenta de no tener alguna dificultad en cuanto a sus hábitos alimenticios. Asimismo, señaló que “todos tenemos un talón de Aquiles, una debilidad en relación a esto. Esto se origina en algún momento de nuestras vidas de estrés y va saliendo a partir de eso, porque de ahí sale, de una angustia, de los nervios, de la incertidumbre. Hay personas que el talón de Aquiles se relaciona estrictamente con la comida y el hecho de estar ahí permanentemente con los alimentos les hace mucho peor, y a eso se suma toda la idiosincrasia que prevalece en nuestra sociedad”.

Afirmó que en otras sociedades no es tan importante la comida, pero en la nuestra es algo elemental que está muy presente en todo tipo de reunión haciendo que tenga mucha significancia en lo afectivo. “En todo tipo de situaciones está muy presente la comida, en el premio o en el castigo, en momentos lindos o momentos feos siempre se utilizan los alimentos que en su mayoría tienen muchísimo valor calórico, mucha grasa y todo eso complica al ser humano”, dijo Dagum.