Fue un acto en el que la rebeldía tenía todo para ganar. Ella no se quería rendir antes de tiempo y se animó a dar un salto que no se dejó esperar demasiado. Y hace seis años comenzó a ser arquitecta de su destino. Desde ese día y para siempre, la vida de Florencia Iriarte cambiaría por completo. Así, "Flor" como le dicen sus amigos- buscó ser la protagonista de una aventura interesante en una tierra encantadora para propios y extraños en la lejana Europa.
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Fue un acto en el que la rebeldía tenía todo para ganar. Ella no se quería rendir antes de tiempo y se animó a dar un salto que no se dejó esperar demasiado. Y hace seis años comenzó a ser arquitecta de su destino. Desde ese día y para siempre, la vida de Florencia Iriarte cambiaría por completo. Así, "Flor" como le dicen sus amigos- buscó ser la protagonista de una aventura interesante en una tierra encantadora para propios y extraños en la lejana Europa.
El entusiasmo efervescente de una juventud ávida por absorber esta cultura muy especial, se fue desbordando con el paso de los días hasta que un acto de buena fe bastó para por fin decidirse.
Y entonces se sintió destinada a vivir una travesía única, tomó sus cosas y desplegando sus alas, se fue con las expectativas altas, en silencio pero serena, con un temple firme y sin especular. "Cuando decidí viajar fue porque me enamoré de la pastelería y quería aprender. La primera vez fue porque quería tomar la enseñanza con los mejores, empecé a ahorrar, averigüé unos programas y cuando se me dio la oportunidad, me fui a Francia", expresó la joven que se animó a viajar en busca de su sueño.
Las luces de un país encantador brillaron más en sus retinas cuando llegó con las ilusiones puestas en vivir una motivadora historia, dejándola entrar en el selecto grupo de jujeños privilegiados que recorren por el mundo. Su primer parada fue en el restaurant Chateau de Divonne en Divonne les bains. "Viví siete meses en suelo francés haciendo las prácticas y cuando me tocó volverme, estuve un mes en Argentina pero me dije: "Quiero seguir progresando" y conseguí venir a Andorra y aquí me quedé", expresó con una voz que desprendía la más honesta de las alegrías.
A la lejanía, la joven tenía en claro desde el minuto cero que quería perfeccionarse en pastelería. "Me encaminé a Europa que sabía que era "La Meca" para estudiar y poder trabajar de esto", explicó la exestudiante del instituto Celia - Escuela Integral Gastronómica y Escuela "Mariano Moreno" de Córdoba. Con un relato donde la emoción de estar a muchos kilómetros de distancia de su tierra natal fue sentida desde un corazón que le latía fuerte, detalló cómo Andorra se transformó en su motivación para seguir adelante. "Llegar a Andorra fue muy importante y quedé encantada.
Estaba muy frío, llegué en zapatillas y campera de invierno a un lugar helado! La nieve me pasaba por la cabeza, una locura! Ahora ya soy toda una experta. La cultura de los españoles es muy parecida a la nuestra, así que es fácil adaptarse y enamorarse a esa vida", dijo con simpatía Iriarte que sigue idealizando en grande su porvenir, sin dejar de hablar con añoranza de Jujuy.
Hay una sensación de que los hechos se deben graficar en acciones y las emociones cobran un valor fundamental cada vez que se las recuerda. "Extraño a mi familia todos los días, pero quise apostar a esta posibilidad de crecimiento y a poder sacar lo mejor de esta profesión que es hermosa", expresó la jujeña.
La idea a priori arriesgada, le está saliendo bien. Estaba acostumbrada a un ritmo de vida muy diferente, que debió cambiar. Sin embargo, hoy sigue ansiando los tiempos junto a su hermana menor y esperando el momento justo para saborear una empanada con gusto nacional.
La actual jefa del restaurante Ibaya de Francis Paniego (con estrella Michelin) en el Sport Hotel Hermitage en Andorra contó orgullosa que esta decisión en su vida, se sirvió de un incentivo excepcional a través del homenaje a la memoria de sus mayores.
"En mi casa es familia de reposteros. La mamá de mi abuelo era increíble y hacía unas cosas magníficas. Gracias a mi abuelo puedo tener moldes, recetas y material para trabajar; mi mamá lo heredó y por suerte yo un poquitito también. Le tengo tanto amor a lo que hago", confesó "Flor" quién en nuestra provincia, fue alumna del Instituto "Santa Bárbara". Desde la perspectiva de estudiante, expresó que siempre recuerda la época escolar cada septiembre. "Mi casa era casa de flores y pasaba horas y horas en el canchón fui parte de una linda promo, muy unidos con todos los profes".
Ya volviendo a su presente, expresó que vive rodeada de buenas personas que quieren viajar a nuestro país para conocerlo. "Un día me pasó algo muy gracioso con un amigo francés que trabajaba conmigo, llegué y estaba escuchando a Los de Jujuy, casi lloro porque me llenó de recuerdos y más aquí tan lejos y en mi cocina!", dijo sorprendida de ver lo grande que es el mundo, pero qué chiquito se hace veces. A su manera, la maestra pastelera no deja de tener como pensamiento que Europa es muy lindo pero el corazón de los latinoamericanos, no se compara con nada.
Por ello, la evaluación visual del paisaje, finalmente, se completa con su admiración por la calidez de la gente. A modo de nostalgia, recordó una vez más a su familia y a sus amigos que sabe, la esperan siempre en Jujuy y a quienes ella enseñaría gustosa a esquiar en las pistas del Valle de Grandvalira.
Mix cultural
Andorra es una mixtura de culturas entre Francia y España donde se celebran las fiestas Sant Jordi y Sant Joan.