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Comidas y bebidas típicas para la mesa de difuntos

La chef Amancay Gaspar y familia esperarán con preparaciones especiales la visita del alma de la recordada "Titina".

Sabado, 30 de octubre de 2021 01:02

Por Daniel Salas.

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Por Daniel Salas.

Los que son "nuevos" (o sea que hace poco sufrieron la pérdida de un familiar) se apuran en los quehaceres para tener el domingo a la noche, la mesa lista y abundantemente de ofrendas, comidas, bebidas y otros productos que les gustaba al fallecido.

En Tilcara, son muchos los "nuevos" como consecuencia de la pandemia que azotó sin piedad, o por otras circunstancias.

Y Amancay Gaspar, la reconocida chef tilcareña, es una de las vecinas que este año, junto a su familia, está vivenciando, por un lado, esta dolorosa costumbre, pero por el otro, con muchas ansias de recibir al alma de su mamá, doña "Titina" Gaspar, quien falleció en abril.

En su casa, en el barrio Pueblo Nuevo, los últimos días fueron de mucha actividad. Gente que entra y sale permanentemente. Visitas que llegan, reencuentros, saludos, abrazos, y muchos afectos y emociones imposibles de controlar a medida que se acercan el Día de Todos los Santos y el de los Fieles Difuntos.

Ella y su familia (Malka y Anahí, sus hermanas, y Horacio, su papá) señalaron: "Somos nuevos este año, comenzamos a trabajar el sábado pasado a la espera de su llegada. Estamos muy ansiosos, nacimos y nos criamos con esta cultura de que nuestros difuntos no se van totalmente, estarán en otra parte, pero hay una conexión con este mundo y el otro. Y en estas fechas tan importantes, ponemos en valor todo lo que son nuestros sabores y nuestras querencias al pie de lo que es la cultura"

Aparte de manifestarse religiosamente, lo debe hacer también como una persona representativa de la gastronomía típica, elaborando las ofrendas y las comidas que le gustaban a su mamá.

Confesó que "me emociona poder esperar a mi madre y lo quiero hacer de la mejor manera, con todos esos sabores que me enseñó, que vea que acá dejó una semilla y que es hora que empiece a germinar. La esperaré con variedades de chicha, ya tengo hechas las de maíz, de maní y de quinua. La espero puramente con los rosquetes, las capias que tanto le gustaba, y poniendo lo mejor no sólo nosotros, sino también la gente que la quería, poniendo en labor todo lo que es el sentimiento pasado a los sabores y a las comidas que nos representa".

En la casa, todos los que concurrieron a ayudar lo hicieron bajo su atenta mirada e indicaciones: unos amasan, otros con la masa hacen las figuras de las ofrendas, algunos se dedican a calentar el horno de barro o a la lavar los virkes o la piedra kutana, repartiéndose entre el primer y segundo patio, bajo una agradable sol primaveral.

En cada familia donde se hacen las ofrendas, aparte de hacerlas con los conocimientos de su elaboración, también se las elabora con el sentimiento y las añoranzas por el ser querido que ya no está físicamente.

"Cuando esperamos a nuestros difuntos, preparamos nuestros alimentos y los que ellos consumían, y a través de ellos ponemos nuestros sentimientos. Es la hora en que un pan, una capia o la chicha, te sabe a carencia, amor y hasta nostalgias, más allá de sentir la materia prima en sí, tiene un sabor que también te llena el alma", agregó Amancay.

"Y en cada final de octubre en que se encienden los hornos en la Quebrada, no sólo se siente el aroma a molle o a leña, sino también el aroma a nostalgia, cariño y amor por nuestros seres queridos que ya no están presentes", agregó para finalizar la chef.