"Micaela, un continente", la obra estrenada este año, con la actuación unipersonal de Agustina Orquera, se presentará mañana a las 19, en el Centro Cultural "Éxodo Jujeño" (Bahía Blanca 59 de Barrio Coronel Arias), en el marco del lanzamiento de la Fase II de la iniciativa Spotlight de Naciones Unidas y Unión Europea, en colaboración con la Municipalidad de San Salvador de Jujuy y el Consejo Provincial de la Mujer.
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"Micaela, un continente", la obra estrenada este año, con la actuación unipersonal de Agustina Orquera, se presentará mañana a las 19, en el Centro Cultural "Éxodo Jujeño" (Bahía Blanca 59 de Barrio Coronel Arias), en el marco del lanzamiento de la Fase II de la iniciativa Spotlight de Naciones Unidas y Unión Europea, en colaboración con la Municipalidad de San Salvador de Jujuy y el Consejo Provincial de la Mujer.
La Iniciativa Spotlight es una campaña conjunta de la Unión Europea y las Naciones Unidas orientada a eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas.
El nombre de la iniciativa, Spotlight, que significa "foco" en inglés, hace referencia a la violencia tiene lugar en la oscuridad, se niega o se oculta.
El objetivo es sacarla a la luz pública, convertirla en el centro de atención y tomar medidas para eliminarla, en pos de hacer realidad la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer.
En este sentido, la obra teatral jujeño con producción del Teatro Nacional Cervantes, aporta desde su temática y su estética.
Recordemos que la obra es una idea original de Agustina Orquera (intérprete) y Pablo Carrizo (director), que cuenta con el guión del prestigioso escritor Alejandro Carrizo.
La entrada es gratuita, con reserva previa a través de la página www.cul turamunijujuy.gob
La obra
"Micaela, un continente" es un unipersonal inspirado en la vida y lucha de Micaela Bastidas, esposa de Tupaq Katari. Está situada en un ámbito ambiguo, que es el calabozo donde está detenida Micaela antes de ser ejecutada, pero es también un espacio simbólico, un pozo oscuro y denso; es la celda contigua a la de su esposo Túpac Amaru y también la quintaescencia de la derrota, del desamparo existencial.
Una ambivalencia que persiste en toda la obra como una búsqueda de la justicia, tanto en ámbito político-territorial como en el universo sobrenatural. Hay una apelación a los espíritus de los ancestros como una salvación, a los orígenes de nuestra cultura americana como un refugio certero.
Entre la desesperación, la culpa y la convicción, Micaela es la rebelde, la maldita... Es también el emblema de su pueblo, en ese cúmulo de contradicciones...
Perder para ganar!... Morir para vivir! Una obra que pretende rescatar la subjetividad del género y una posición histórico-política definida respecto a la conquista y al genocidio, con una proyección a futuro que bien tiene hoy vigencia. En ese claroscuro se revela este monólogo intempestivo e interpelante.
Cuenta con música original de Micaela Chauque, coreografía de Valentina Mamaní, diseño y operación de luces de Nicolás Jurado, diseño y realización de vestuario de Claudinna Rukone, diseño de escenografía de Roberto Ortega, asesoramiento en idioma Runa Simi, de Kusi Killa (también voz en off), Vilma Gerbán y Gastón Loto, como asistentes de escena, también en voz en off, Adán Cesarini; y maquillaje, Noemí Salerno.