En la capital jujeña cada vez hay más vendedores ambulantes o con puestos callejeros, y también con cada vez menos ventas, según señalaron trabajadores consultados ayer por El Tribuno de Jujuy. Desde hace diez años Fermín Centeno se dedica al comercio informal y diariamente se ubica en avenida El Éxodo, con su puesto de productos de limpieza. Expresó que la mano está "dura" y que lo poco que logra vender es para poder cubrir su alimentación. Idéntica situación vive Lucki Romero, quien desde temprana hora se instala en la avenida Horacio Guzmán, con su manta de ropa y calzados. Además ofrece productos que elabora el mismo, como pan rallado, escabeches y empanadillas. Con treinta años de experiencia en el rubro sostuvo que la venta está muy floja y que hay días en que vende bien y otros en los que no sale nada.
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En la capital jujeña cada vez hay más vendedores ambulantes o con puestos callejeros, y también con cada vez menos ventas, según señalaron trabajadores consultados ayer por El Tribuno de Jujuy. Desde hace diez años Fermín Centeno se dedica al comercio informal y diariamente se ubica en avenida El Éxodo, con su puesto de productos de limpieza. Expresó que la mano está "dura" y que lo poco que logra vender es para poder cubrir su alimentación. Idéntica situación vive Lucki Romero, quien desde temprana hora se instala en la avenida Horacio Guzmán, con su manta de ropa y calzados. Además ofrece productos que elabora el mismo, como pan rallado, escabeches y empanadillas. Con treinta años de experiencia en el rubro sostuvo que la venta está muy floja y que hay días en que vende bien y otros en los que no sale nada.
Estos son algunos de los testimonios que recogió este diario sobre vendedores ambulantes y manteros que trabajan en la vía pública para ganarse la vida. Pese a que, desde que inició la pandemia creció fuertemente el fenómeno del trabajo informal, los vendedores consultados coincidieron en que la demanda es muy baja y que aunque haya movimiento de personas, la venta no es favorable.
Y es que todavía existen varios sectores de la economía que intentan subsistir tras la fuerte caída de la actividad que ocasionó la pandemia, pero en el caso del mercado informal, el escenario es aún más complicado.
Presencia en zona centro
Ayer El Tribuno de Jujuy recorrió las avenidas El Éxodo y Horacio Guzmán donde diariamente se sitúan vendedores de verduras, frutas, bazar, electrónica, ropa usada, peluches, especias y semillas, perfumería, zapateros y hasta vendedores de cubitos y panificados. Ya sea por necesidad, por contar con una nueva alternativa o por incursionar en el mercado, varios comerciantes informales optaron por trabajar en la calle.
Pero esa no es la única zona en la que se ve ubican los informales, también se puede ver a varios trabajadores circular por la peatonal Belgrano ofreciendo barbijos y botellas de alcohol en gel. Otros, recorren con sus carros las diferentes calles de la zona céntrica ofreciendo frutas y verduras de estación. También se suelen ver a muchos vendedores que aprovechan la luz roja del semáforo para ofrecer a los automovilistas pochoclos, diarios y frutas.
“Siempre me la rebusco”
Anticipándose a las fiestas de fin de año, el vendedor Elvir Espinoza se ubicó desde ayer sobre avenida Horacio Guzmán para ofrecer panes de navidad. “Yo siempre me adelanto a vender pan de navidad, la venta está lenta pero la gente está comprando. Yo vendo siempre por temporada. También desde hace cuatro años vendo ropa usada. Siempre me la rebusco”, comentó.
Para alimentar a sus hijos
La vendedora Laura Brizuela relató que al inicio de la pandemia empezó a trabajar en la calle para poder alimentar a sus hijos. “Vendía ropa durante la noche, luego saqué el permiso para poder trabajar tranquila. Hay días en que la venta es buena, pero cuando llegamos a fin de mes baja mucho”, dijo.
“Vivimos de los sueldos de otros”
Palmira Estrada desde hace años se ubica en avenida El Éxodo con su puesto de artí‑ culos de tecnología y de elec‑ trónica. “La necesidad que vi‑ vo cada año me llevó a traba‑ jar en la vía pública. Los trabajadores ambulantes vivi‑ mos de los sueldos de los de‑ más, de lo que nos compran. Antes ganábamos un 30 o 40% con la venta, ahora gana‑ mos un 10% o 15% de cada producto y eso no nos alcanza para pagar los impuestos, co‑ mer o cubrir otras necesida‑ des. La pandemia nos dejó mal económicamente”, dijo la ven‑ dedora a El Tribuno de Jujuy.