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Y ya comenzó la nueva historia

Lunes, 22 de noviembre de 2021 01:03

Se retiraron las terribles oleadas del 14-N, y ahora que bajó la espuma, se pueden ver en la playa lo que dejó la elección: los resultados son sorprendentes, todos ganaron y todos perdieron. ¿Cómo se explica? ¿Queda alguna enseñanza?

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Se retiraron las terribles oleadas del 14-N, y ahora que bajó la espuma, se pueden ver en la playa lo que dejó la elección: los resultados son sorprendentes, todos ganaron y todos perdieron. ¿Cómo se explica? ¿Queda alguna enseñanza?

El gran ganador, personalmente, fue una vez más Gerardo Morales. Cargó en su mochila de precandidato 198.300 votos y con ellos partió a Buenos Aires, a reconfirmar su participación en la pelea por la presidencia de la Unión Cívica Radical y su asiento en la conversación para el 2023. En ambos terrenos entre sonrisas pero sin concesiones, se juega el juego de las sillas donde el PRO defenderá su hegemonía en el Frente Juntos, y la UCR que no volverá a entregar todo a cambio de casi nada.

El gran perdedor fue también Gerardo Morales: arrancó la campaña confiado de ganarla tres a cero, a mitad del trayecto se conformaba con un discreto dos a uno, y terminó con una sonrisa forzada levantando el brazo del único diputado logrado. Muchos en la coalición gobernante lo sospechaban. Muchos más estaban seguros. Algunos se autoengañaban: "Nati y Gaspar están subidos al carro", pero aparecía obvio que no eran ni sólidos ni queridos por las multitudes.

Ganó el GM y ganó el "Bacha" (que en el último mes apuró su diploma de político). Después de Buenos Aires el GM partió a Europa para digerir el trago agridulce de la elección y repotenciar nuevos pilares de final de ciclo: cannabis, trenes y otros.

Y quizás... a repensar la eternamente inconclusa "oxigenación" de un gobierno donde los parches y los enroques, y algunas "reapariciones estelares", no cotizan como antes.

En Salud se preparan cambios y no serían los sugeridos por el ministro saliente, sino otro equipo que no piensa como el "Bacha". Otros funcionarios expectantes confían que el jefe siga tolerando y hasta premiando gestiones que hasta ahora no demostraron rendir como él necesitará en los próximos dos años, para seguir vestido de ganador.

El que perdió pero ganó fue el Frente de Todos. En las condiciones en que participaba su posibilidad no era pelear el primer lugar, sino, no quedar terceros.

RR / NUEVA ETAPA EN EL PJ Y LA DURA TAREA DE LA UNIDAD

Con enormes porciones de peronistas disconformes la lista, el Partido Justicialista tuvo que redoblar esfuerzos para asegurar su presencia y Leila Susana Chaher tuvo que triplicar su esfuerzo: hacerse conocer, soslayar un poco su pertenencia a La Cámpora, y esquivar los empujones hacia atrás que del Gobierno nacional llegaban generosamente- cada día.

En un momento temieron seriamente quedar fuera de la conversación, "pero el peronismo es el peronismo" decía un añoso militante en la celebración amarga de aquella noche en la sede partidaria.

El Frente de Todos ganó un diputado aunque perdió miles de votos que siguen siendo peronistas, pero viven sumergidos en algún lugar del Frente Cambia Jujuy, o en algún lugar del equipaje de la izquierda.

Así el Partido Justicialista perdió la elección, pero ganó el derecho a una esperanza más –quizá la última- de volver.

Pasado mañana, Rubén Armando Rivarola reasume la presidencia del Partido Justicialista - Distrito Jujuy e inicia un ciclo definitivo en la vida partidaria.

La primera pulseada que enfrentará "no sólo RR", sino todo el PJ- será la conformación del nuevo bloque de diputados en la Legislatura, la elección de sus autoridades, y su posicionamiento de cara al 2023.

Y el que perdió, pero fue el gran ganador, es Alejandro Vilca. El diputado electo por la izquierda, se dio el enorme gusto que en política significa hacer historia.

Después de haber sido derrotados en su anhelo de seguir con vida en la Legislatura , el Frente de Izquierda y de los Trabajadores - Unidad consolidó su modesto núcleo duro, y les rayó la cancha a los poderosos: al FDT volvió a arrebatarle votos –le sacó el segundo lugar al PJ en las intendencias ganadas dos años atrás: Palpalá y Humahuaca-; y el segundo lugar en capital es un sonoro campanazo para radicales y peronistas; de los radicales recibió descontentos (silenciosos y enojados), al peronismo le birló la dureza opositora y el enfrentamiento al GM. Perdía en el recinto, pero en la calle no.

Hoy les quedan concejales en varias ciudades y el entusiasmo desbordante de haberse convertido en la "vedette" política de Jujuy y del país.

Su desafío ahora es saber administrar estos bienes: podrían volver a hacer historia y dejar de ser solamente herramientas de castigo a los demás.

Como se ve, todos ganaron y todos perdieron. Algo y Algo. Mañana se recordará que fue el GM la misma noche del 14, quien con sobria satisfacción saludó a Bouhid y felicitó a los frentes de Todos y de Izquierda, derribando la torpeza de algunos "operadores" de cuarta o quinta línea desesperados por distribuir informes de prensa pretendiendo instalar que habían logrado dos bancas. Después, Alberto Bernis, alfil del gobernador, insistió en que había que esperar que el 0.8 por ciento, restante de computar o un puñado de votos impugnados o recurridos, dieran vuelta la elección. Lo único que logró fue instalar automáticamente el temor de que "algo se podría estar cocinando en la trastienda". Una práctica que atrasa y que innecesariamente hizo daño al oficialismo durante tres días.

Pero los que ganaron, perdieron y viceversa, en Jujuy es verdad, no como el torpe relato de realismo mágico del Gobierno nacional, que nadie cree, excepto los trasnochados guionistas de ese libreto y los que lo recitan patéticamente, sin reconocer su derrota ni felicitar a los ganadores. Sin esperar siquiera la reacción de CEFK y de La Cámpora que ya vendrá, mientras la crisis económica nos está devorando la vida.

Los números finales cantan: el Frente Cambia Jujuy cosechó 198.300 votos, el Frente de Todos 104.496, y el FITu 100.381. Sumados los votos no oficialistas alcanzan un total de 204.877.

Sin tener en cuenta los votos nulos y las ausencias, se infiere simplemente que más de la mitad de los jujeños no acompañó al GM y a su gente. ¿No sería tiempo entonces de pensar en que el Gobierno convoque a partidos, organizaciones sociales, iglesias, cámaras empresarias, consejos profesionales y gremios–para escuchar aportes y enriquecer su gestión- a una suerte de consejo económico, político y social.

Porque la cosa pública, y temas como los destinos de la inversión y los endeudamientos, un nuevo Código Electoral, los sistemas de votación y hasta los títulos de una reforma de la Constitución Provincial, ya no son potestad exclusiva de un solo sector.

Ya todo pasó, pero como esto es política, ya estamos metidos de cabeza en una nueva historia