Antes de que Tigre y Barracas Central saltaran al campo de juego del estadio de Banfield para disputar la final por el primer ascenso a la máxima categoría del fútbol argentino, San Martín de Tucumán y Ferro jugaron la ida de los cuartos de final del Reducido. El conjunto de Caballito se impuso 3-1 y quedó bien parado de cara a la revancha del próximo lunes en Buenos Aires. Durante el encuentro, se registraron lamentables escenas de violencia entre fanáticos locales y allegados de la visita.
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Antes de que Tigre y Barracas Central saltaran al campo de juego del estadio de Banfield para disputar la final por el primer ascenso a la máxima categoría del fútbol argentino, San Martín de Tucumán y Ferro jugaron la ida de los cuartos de final del Reducido. El conjunto de Caballito se impuso 3-1 y quedó bien parado de cara a la revancha del próximo lunes en Buenos Aires. Durante el encuentro, se registraron lamentables escenas de violencia entre fanáticos locales y allegados de la visita.
Fue justo entre el segundo gol del Verdolaga y el descuento instantáneo del Ciruja que un grupo de simpatizantes ubicados en la platea superior del estadio La Ciudadela agredió verbal y físicamente al contingente de directivos del club rival que habían viajado para presenciar este compromiso. Aunque no estaban identificados con camisetas ni colores característicos, los echaron a golpes frente a una endeble resistencia de la Policía local y seguridad privada.
Inclusive en la transmisión de TV oficial se vio parte de la gresca en la repetición del tanto de San Martín. Los miembros de la comitiva de Ferro tuvieron que transitar por una violenta pasarela en la que llovieron trompadas y objetos contundentes como botellas. Todo se calmó cuando lograron escapar de la tribuna por una de las bocas de salida y quedaron separados por un cordón de efectivos en el descanso de la misma.
Daniel Pandolfi, presidente de Ferro Carril Oeste, expresó en diálogo con Radio FMQ: “Ayer no nos daban un lugar dónde estar. Nos pusieron en un rincón de la platea en donde no teníamos una salida. Después del segundo gol ya empezaron a darse algunos problemas”. Y añadió: “Estábamos rodeados por gente de San Martín y nos empezaron a agredir. Nos fuimos con la Policía y nos explicaron que no nos podían garantizar la seguridad”. En el segundo tiempo quedaron afuera de la cancha y ya no pudieron observar la acción.
En imágenes difundidas por el programa partidario De Ferro sí, se distinguió al relator Martín Schiappacasse escondido en el pasillo que conectaba a la cabina mientras gritaba uno de los tantos del equipo dirigido por la dupla Orsi-Gómez que se ilusiona con volver a Primera División. La medida precautoria fue tomada para evitar posibles agresiones de los hinchas locales afincados en ese sector. Otra radio partidaria no fue acreditada para el match.
La contracara se vivió en el playón detrás de una de las tribunas del estadio Ricardo Etcheverri, en Caballito, donde cientos de fanáticos gozaron de la victoria por 3-1 y alzaron los puños a la espera del desquite de la próxima semana.