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Tosantos, convite para para las almas

Las familias aseguran que para cumplir con este ritual es menester creer, asegurando que las almas vienen cuando se las espera con amor y convencimiento y que experimentan una inmensa felicidad cuando se sienten recordadas por sus familiares.
Miércoles, 03 de noviembre de 2021 10:02

Cuando noviembre se anuncia en el calendario del tiempo, una costumbre ancestral y  arraigada a los pueblos del norte, se vive en la intimidad de cada familia, donde se realiza un especial tributo a los seres queridos fallecidos. Según  el relato de los abuelos, las almas tienen permiso para bajar a la tierra a visitar a sus seres queridos, es por eso que en los hogares, aguardan su llegada entre el primer y segundo día de noviembre. Con gran afecto y dedicación, preparan la mesa con las comidas, las bebidas y todo lo que le gustaba al recordado difunto mientras transitaba el camino de la vida. Este ritual, transmitido de generación en generación, se  conoce con el nombre de “Tosantos”, ofrenda y convite para las almas,  y se reedita cada año con gran respeto, recordando a las almas de los difuntos, de los santos, de los angelitos y de las almas grandes.

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Cuando noviembre se anuncia en el calendario del tiempo, una costumbre ancestral y  arraigada a los pueblos del norte, se vive en la intimidad de cada familia, donde se realiza un especial tributo a los seres queridos fallecidos. Según  el relato de los abuelos, las almas tienen permiso para bajar a la tierra a visitar a sus seres queridos, es por eso que en los hogares, aguardan su llegada entre el primer y segundo día de noviembre. Con gran afecto y dedicación, preparan la mesa con las comidas, las bebidas y todo lo que le gustaba al recordado difunto mientras transitaba el camino de la vida. Este ritual, transmitido de generación en generación, se  conoce con el nombre de “Tosantos”, ofrenda y convite para las almas,  y se reedita cada año con gran respeto, recordando a las almas de los difuntos, de los santos, de los angelitos y de las almas grandes.

Desde el primer día, en muchos hogares la mesa está preparada con las ofrendas que, en un clima cordial, realizaron los integrantes de las familias en los últimos días de octubre, y van disponiendo luego las comidas, bebidas, cigarrillos, coca, velas, golosinas, flores y coronas. En  algunas mesas, se colocan las fotografías de los familiares y amigos fallecidos, así como el de algunas personalidades que hicieron el bien a la humanidad.

Las familias aseguran que para cumplir con este ritual es menester creer, asegurando que las almas vienen cuando se las espera con amor y convencimiento y que experimentan una inmensa felicidad cuando se sienten recordadas por sus familiares.

En la segunda jornada del mes, la familia se dirige al cementerio llevando las coronas, bebidas, cigarrillos, coca, velas y flores que estaban en la mesa y viven otro momento del antiquísimo ritual. Algunos retornan a sus hogares en horas de la tarde y luego de elevar las últimas oraciones, se aprestan a “levantar” las ofrendas, sólo los panes y dulces se comparten con familiares y amigos que acompañaron. Cabe acotar que las comidas no se las reparte, se las coloca en un pozo, “son devueltas a la tierra”.

Es bueno destacar que cada familia honra a su ser querido fallecido de acuerdo a su tradición, es por eso que en otros hogares, puede observarse una fotografía, una vela y una flor, cada familia transita el camino de la mejor manera, lo ideal es prepararse para ese esperado encuentro.

A la espera de un alma nueva

“Este año 2021, muchas familias, viven de una manera especial el tradicional convite del Día de Todos los Santos y Fieles Difuntos, porque tuvieron pérdidas familiares en un marco de pandemia”, así lo expresó  Justina Navarro, quien perdió a su esposo el pasado mes de julio. "Mi esposo acompañó siempre esta ancestral tradición y disponía todo para el horneado de las ofrendas dulces y saladas en un horno que construyó hace mucho tiempo. Todos los años el treinta  o treinta y uno, nos reunimos en familia para amasar y moldear una variedad de ofrendas y este año, se vio signado por las anécdotas que juntos vivimos. Hubo instantes de tristeza, de alegría y algunas lágrimas  derramadas. También perdimos a familiares cercanos”, expresó.

En otro tramo expresó su beneplácito que  este año sus nietos que estudian en la ciudad de Córdoba, por primera vez  realizaron ofrendas lejos de su hogar. “Me alegró mucho porque me dio esperanza de que está tradición perdurará  en el tiempo. Ellos también  armaron un espacio para recibir  al alma de su abuelo. En mi casa armo mi convite sencillo para las almas de familiares al igual que mi sobrina, quien lo hace en mayor escala y con mayor razón aún por la pérdida de su padre en febrero.