Adán Cáceres hace unos días recibió el título de Licenciado en Comunicación Social a sus 53 años y es el primer estudiante ciego de esa carrera de la Unju en recibirse. Era docente y tenía 25 años cuando perdió la vista por una retinitis pigmentaria, superó la depresión, se rehabilitó y desde 2014 trabaja en el programa Unju Prodis, ayudando a estudiantes con discapacidad.
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Adán Cáceres hace unos días recibió el título de Licenciado en Comunicación Social a sus 53 años y es el primer estudiante ciego de esa carrera de la Unju en recibirse. Era docente y tenía 25 años cuando perdió la vista por una retinitis pigmentaria, superó la depresión, se rehabilitó y desde 2014 trabaja en el programa Unju Prodis, ayudando a estudiantes con discapacidad.
Trabajaba como docente en una escuela de La Bajada en Fraile Pintado, de donde es oriundo, cuando perdió la vista por una retinitis pigmentaria. Aunque ya esperaba que llegara, lo sorprendió a los 25 años y el impacto inicial no fue fácil, pero logró superar la depresión y decidió rehabilitarse en la Asociación de ciegos y amblíopes "Héctor Nerssier" que entonces era presidida por Isabel Elías, que le ofrecía un lugar donde quedarse por los horarios de cursada.
La orientación, enseñanzas y contención de esa organización fue un gran apoyo para Cáceres ya que al principio no le fue fácil venir con tanta frecuencia desde su natal Fraile Pintado.
"Es un proceso donde uno entra en un profundo estado de depresión pero después, con el apoyo de la familia, el convencimiento de uno mismo, con fe y esperanza se puede salir adelante", expresó. "Mi carrera universitaria la hice siendo una persona ciega", agregó y explicó al mismo tiempo que fue transmitiendo lo aprendido a pares y compañeros, a modo de incentivo y motivación para que otras personas con discapacidad puedan acceder a una carrera universitaria.
Cáceres es el primer egresado de la Licenciatura en Comunicación Social de la Unju, pero como docente de Unju Prodis, un programa para discapacitados que funciona en Humanidades, también conoció a su actual esposa, Cintia Ibalvaz, egresada no vidente de esa facultad de Educación para la Salud.
"Estoy comprometido en cuanto a lo personal y a lo social de seguir trabajando sobre la temática de la discapacidad, y en pos de una imagen positiva, humana de las personas con discapacidad, para ganar el reconocimiento y valoración de las personas con discapacidad", dijo. Es que busca que desaparezca la discriminación que se da por desconocimiento de la sociedad enseñando y siendo partícipe activo.
No obstante, en la Unju hay otros egresados con discapacidad, en Educación para la Salud, Gabriel Chayle contador público nacional, otros técnicos en Comunicación y Ciencias de la Educación, y otros que están a punto de culminar sus estudios, quienes tienen diferentes tipos de discapacidad visual, motriz y otras.
"Lo bueno es que apuestan a la universidad y desde la Unju tratamos de brindarle todos los recursos para que el estudiante pueda ingresar, permanecer y egresar de la universidad", dijo.
Al egresar fue acompañado por su esposa, hijos, nietos y suegros, quienes aseguró le brindan una gran motivación y apoyo. "Cuando uno lo hace por amor halla sentido", afirmó y espera seguir trabajando en su objetivo.
Su labor es por derribar barreras
“Representación social de las personas con discapacidad en los medios de comunicación. Análisis de los discursos estigmatizantes” fue el tema de sus tesis. Va en línea con su trabajo en su labor docente en Programa de Discapacidad (Unju Prodis), que trabaja desde 2014 en el apoyo y acompañamiento en la trayectoria académica de las personas con discapacidad, para quienes lo requieran ya que el servicio cuenta con voluntarios.
Cáceres dijo que actualmente hay 70 personas con discapacidad que cursan carreras en la Unju. Explicó que se brinda apoyo de acuerdo a la necesidad de cada uno, que puede ser el acompañamiento social, en el uso de herramientas tecnológicas y tiflotecnológicas; siendo intermediador entre docentes, no docentes y compañeros. También trabajan en derribar barreras que muchas veces impiden que sigan cursando.
Explicó que la tiflotecnología se destina para personas ciegas, desde computadoras, teclado digital, celular, lectores de pantallas y sintetizadores de voz, que verbalizan y reconocen caracteres que permiten que puedan seguir una trayectoria académica.