Zulema Cristina Balanza tiene una mirada clara, franca, generosa que se muestra por encima de su barbijo mientras recuerda en diálogo franco, simple y de manera respetuosa con El Tribuno de Jujuy en un alto en su trabajo, el que logró conseguir después de muchos años de esfuerzos, dedicación, empuje y "gracias a mi carácter, que como me dicen mis hermanos, siempre ha sido muy fuerte".
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Zulema Cristina Balanza tiene una mirada clara, franca, generosa que se muestra por encima de su barbijo mientras recuerda en diálogo franco, simple y de manera respetuosa con El Tribuno de Jujuy en un alto en su trabajo, el que logró conseguir después de muchos años de esfuerzos, dedicación, empuje y "gracias a mi carácter, que como me dicen mis hermanos, siempre ha sido muy fuerte".
Cristina Balanza, como le gusta que la llamen, tiene 45 años y un profundo agradecimiento a su madre y a los docentes de la escuela "Naciones Unidas" del barrio Los Huaicos donde terminó la primaria que fue de gran ayuda para su madre, que trabajaba como mucama en un importante hotel de la zona.
Cristina Balanza afirma tener una muy larga vida, "junto a mis dos hermanos y mi mamá vivíamos en el barrio Atalaya de Los Huaicos, cerca del río Grande ya que provengo de un a familia muy humilde pero muy unida donde mi mamá se constituyó en el pilar principal quien hacía de todo para que nosotros podamos estudiar y fue de una gran contención el personal docente, directivo y todos los que trabajaban en la escuela 'Naciones Unidas' que por ser de jornada completa nosotros estábamos desde la mañana a la tarde".
"Nosotros llegábamos a la mañana donde recibíamos el desayuno, posteriormente el almuerzo y a la tarde antes de regresar a casa la merienda" nos comenta nostálgica y hasta emocionada, agregando que "seguramente sin esa ayuda nos hubiera sido muy difícil contar todos los días con una alimentación regular, porque mi mamá Hilaria Cristina Valeriano muchas veces para poder comprarnos unas zapatillas tenía que salir a vender 'juguito' o hacer bollos".
La situación económica que tenían que afrontar les impidió a ella y sus hermanos poder continuar con estudios universitarios, "además yo tenía que trabajar y además formé mi familia con un excelente hombre que es muy trabajador con quien tuve tres hijos a quienes les pudimos brindar todo lo mejor y que por esta situación tan complicada que vivimos los argentinos, no les pudimos brindar estudios universitarios, pero los tres que tienen 24, 23 y 21 años trabajan junto a su papá como albañiles".
PRIMERA MOTORISTA | DESDE HACE CINCO AÑOS Y QUIEN LE ABRIERA LA PUERTA A TRES NUEVAS COMPAÑERAS.
Luchar para triunfar
Hoy después de un largo camino recorrido, Zulma Cristina Balanza trabaja en la Dirección de Tránsito y Transporte de la Municipalidad de la capital de la provincia habiéndose constituido en la primera y única mujer que por espacio de cinco años integró el Cuerpo de Motoristas, toda una satisfacción al esfuerzo y a la constancia.
Hace aproximadamente unos veinte años le otorgaron un plan de "Jefas y Jefes de Hogar" constituyéndose en "la llave" que le permitió después de quince años de mucho esfuerzo lograr ingresar a planta permanente del municipio capitalino pero para ello fueron muchos los escalones que debió subir.
"Cuando me habilitaron el plan me presenté en la Dirección de Higiene de la Delegación Municipal de Alto Comedero y comencé a prestar servicio como barrendera, hasta que después de mucho pelear y trabajando todos los días pase a ser jornalizada y con un turno diario de 6 horas, así pasaron varios años hasta que logré ser contratada" recuerda Cristina Balanza.
"En el año 2017 y después de rendir un examen pude ingresar como inspectora de calle a la Dirección de Tránsito, pero a los tres meses pude concursar como motorista y después de aprobar las pruebas impuestas por el jefe Sebastián Choque, pude quedar y desde ese momento cumplo mis funciones en la calle arriba de una moto de 200 cc", aclara Zulma Cristina Balanza.
Con orgullo comenta que desde hace un par de semana tiene tres compañeras nuevas y de esa manera se les brindo a la mujer la misma oportunidad que ella tuvo en su momento "hoy nuestra ciudad cuenta con una importante parque automotor que necesita de mayor control y la presencia de las motoristas es de suma importancia".
Con su trabajo y el apoyo de su pareja nos comenta que pudieron adquirir un terreno y comenzar a construir de a poco su casa en el barrio Éxodo Jujeño en Alto Comedero donde tiene la suerte de vivir con su mamá, además de ser abuela de dos nietos que le llenan la vida.
Zulma Cristina Balanza se define como una mujer de un carácter fuerte y muy firme que le posibilitó salir adelante con mucho esfuerzo, dedicación y constancia aclarando que fue de las pocas que trabajaba teniendo un plan.