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La inequidad en la distribución de vacunas es la principal razón de las mutaciones del Covid-19

África, continente donde surgió la variante Ómicron, tiene una tasa de vacunación que no supera el 10% de la población. La pobreza, el acceso al agua potable y la falta de equipamiento para el personal de salud son otros factores de riesgo.

Domingo, 05 de diciembre de 2021 09:37

Desde hace meses, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reclama que los países con altas tasas de vacunación donen parte de su stock de vacunas contra el Covid-19 a las naciones donde los inmunizados aún son escasos. Incluso, con motivo del G20 en Italia, este pedido llegó directamente a los mandatarios y se concretó un acuerdo. Sin embargo, este compromiso se cumple a cuentagotas.

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Desde hace meses, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reclama que los países con altas tasas de vacunación donen parte de su stock de vacunas contra el Covid-19 a las naciones donde los inmunizados aún son escasos. Incluso, con motivo del G20 en Italia, este pedido llegó directamente a los mandatarios y se concretó un acuerdo. Sin embargo, este compromiso se cumple a cuentagotas.

“La inequidad en la distribución de las vacunas determina que haya una población, o en este caso un continente entero como África, donde el virus puede infectar fácilmente y puede transmitirse de una persona a otra. Lo que hace en cada infectado es replicarse, multiplicarse y ahí puede surgir mutaciones”, explicó el bioquímico, inmunólogo e investigador principal del CONICET, Guillermo Docena.

En tanto, Elena Obieta (MN 76.451), miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), señaló: “La inequidad no es exclusiva del acceso a las vacunas, sino también en el agua potable para lavarte las manos, en los barbijos, y en los equipamientos de protección para personal de salud, por ejemplo. Todas estas inequidades pueden favorecer, obviamente, a la circulación viral y los virus tienen la tendencia natural a la mutación, que son errores a la hora de duplicarse”.

Inequidad en la distribución de vacunas: caldo de cultivo para nuevas variantes

Ubicado en el último lugar, la tasa de vacunación del continente africano no supera el 10%. Los especialistas aseguran que, con estos números, era esperable que esa región se convirtiera la “cuna” de una nueva variante. Mientras algunas naciones, entre ellas la Argentina, ya aplican terceras dosis y refuerzos, en otros países las inmunizaciones llegan a cuentagotas.

“Que haya un continente entero con cientos de millones de personas sin vacunar probablemente determinó que aparezca esta nueva variante, porque hay una transmisión viral muy grande. El virus puede infectar muy fácilmente y transmitirse de una persona a otra, y en cada afectado se replica, se multiplica y es ahí donde pueden aparecer mutaciones”, analizó Docena.

En ese tono, Obieta afirmó que “la inequidad no es exclusiva al acceso a las vacunas, sino que es respecto al agua potable para lavarte las manos, a los barbijos, al equipamiento de protección para personal de salud, y todas estas inequidades pueden favorecer, obviamente, a la circulación viral. A mayor circulación viral en una comunidad, mayores son las posibilidades de generar estas variantes o mutaciones”.

Asimismo, la infectóloga señaló que en África hay un “altísimo porcentaje de la población afectada por el VIH. Las vacunas lo que hacen es evitar hospitalizaciones, formas graves y muertes, pero no evitan la posibilidad de que los vacunados en forma completa puedan adquirir el virus y transmitirlo. Entonces, si a la escasez de vacunas se le suma que hay mucha población inmunocomprometida sin acceso a tratamiento antirretroviral, el virus permanece más tiempo y se replica y aparecen las mutaciones. Es un cóctel perfecto para generar nuevas variantes”.

“La equidad o la inequidad en salud, depende de qué lado lo quieras mirar, está determinada, y no al revés, por la inequidad política, económica, y otras. Pero es un solo mundo y todos somos seres humanos, no importa donde hayamos nacido”, añadió la especialista.

Covid-19: la amenaza de la variante Ómicron
Como ocurrió con las anteriores Variantes de Preocupación (VOC, por sus siglas en inglés), el surgimiento de Ómicron generó alarma en todo el planeta, y aún lo hace. “Los virus tienen la tendencia natural a mutar, algunos más rápido que otros, y estos cambios hacen que, por ahí, gane en transmisibilidad, pero probablemente pierdan en letalidad. Esto aún no lo sabemos, pero es una posibilidad”, afirmó Obieta. Al tiempo que advirtió: “Lo que tenemos que hacer es evitar tener susceptibles que puedan enfermar gravemente”.

En palabras de la especialista, estas modificaciones dentro del virus “pueden ser silenciosas y otras pueden traer problemas por ser más transmisibles, evadir la respuesta inmune o porque son más letales. No parecería ser, pero siempre en potencial, el caso de Ómicron. No nos olvidemos que los primeros casos fueron descritos en chicos jóvenes, estudiantes universitarios, en los cuales el Covid-19 ha sido un poco más benévolo”.

“El virus va introduciendo pequeños cambios, por eso se llaman variantes, no cepas. Pero cuando esas mutaciones afectan la proteína S, cambia la fuerza con que el virus entra la célula y eso determina que en una persona infectada con esta nueva variante se generen más partículas virales y, por lo tanto, infecte a más cantidad de gente”, señaló Docena.

Al tiempo que advirtió: “Ómicron o cualquier virus va a infectar, sea una persona no vacunada, vacunada o que haya estado infectado. La diferencia es que el vacunado va a generar menos partículas virales y no va a tener una enfermedad severa. El reinfectado, si se infecta al poco tiempo, le va a pasar lo mismo que al vacunado, pero con el tiempo pierde la inmunidad y él no vacunado va a tener más problemas porque al no tener un sistema inmune preparado, tiene todo el organismo para diseminarse de forma libre y replicarse”.

La nueva etapa de la pandemia: el objetivo son los no vacunados

Con la experiencia de la variante Delta aún presente, ya que aún se contabilizan infectados en todo el mundo mientras que en la Argentina aumenta su presencia, la aparición de Ómicron mostraría que la pandemia está lejos de finalizar. Esta nueva etapa evidenció la necesidad de elevar la tasa de vacunados con esquemas completos y hasta refuerzos.

“El no vacunado es el principal reservorio, como ocurrió en todo el mundo el año pasado hasta que aparecieron las vacunas, porque el virus se puede replicar de forma natural. Así se generó la primera y segunda ola y todas las muertes. Ahora bajaron muchísimo las muertes pese a que los contagios siguen. Y como hay gente sin vacunar, hay transmisión viral y el virus tiene chance de generar nuevas variantes”, afirmó el inmunólogo.

Por otro lado, según destacó Docena, “si lográramos vacunar a todo el planeta, como corresponde, este virus es muy probable que o se controle o desaparezca como pasó con el SARS-CoV-1, que desapareció solito, sin que haya necesidad de generar una vacuna”. De todos modos, afirmó que es necesario mantener los cuidados y continuar con la vacunación.

“La pandemia no terminó. En la Argentina, los mayores de 18 años son un 70% y tenemos que llegar al 80 u 85% de la población vacunada con dos dosis, por eso hay que vacunar a los menores. Sabemos que las vacunas son seguras, son eficaces en la protección de la enfermedad severa y la muerte; y que frenan la transmisión viral. Si alcanzamos ese número, no nos vamos a tener que preocupar si el virus está circulando o si aparece una nueva variante porque no va a haber circulación viral y protegiendo también al no vacunado”, resumió el investigador del CONICET y Obieta completó: “Las vacunas son, además, la herramienta de la salud pública más importante, después de la sanitización del agua, para evitar muertes”.