El dramaturgo, director y actor Alan Robinson llegó a la provincia para dictar un seminario intensivo de dirección teatral al grupo Senda que dirige Viky Mamaní y además aprovechará su estancia en la ciudad para presentar su libro llamado "El Cuerdísimo", prevista para esta noche en La Mar en Coche Multiespacio de calle Puna 173 del barrio San Pedrito. Nuestro medio se contactó con Robinson quien habló sobre las actividades que desarrolló en Jujuy y se refirió también a su más reciente publicación.
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El dramaturgo, director y actor Alan Robinson llegó a la provincia para dictar un seminario intensivo de dirección teatral al grupo Senda que dirige Viky Mamaní y además aprovechará su estancia en la ciudad para presentar su libro llamado "El Cuerdísimo", prevista para esta noche en La Mar en Coche Multiespacio de calle Puna 173 del barrio San Pedrito. Nuestro medio se contactó con Robinson quien habló sobre las actividades que desarrolló en Jujuy y se refirió también a su más reciente publicación.
¿Qué nos puede contar de la propuesta de capacitación que brindó en Jujuy?
Me invitó una agrupación de teatro local y llegué por una gestión realizada por Sergio Díaz Fernández para dar un seminario de dirección teatral, una propuesta intensiva de cinco días en la sala teatral La Mar en Coche. Los trabajos fueron con un grupo reducido y teniendo en cuenta los protocolos sanitarios.
¿Qué contenidos desarrollaron?
Fue una formación para directores de teatro con experiencia, fue un seminario avanzado, para profundizar conocimientos en dirección teatral. Yo trabajo en el área desde 2001 y tengo la experiencia suficiente como para trasmitir cuáles son los problemas del oficio para los gestores del quehacer teatral. Así, hablamos sobre cómo desarrollar un proyecto, cómo convocar un elenco, cómo conseguir una sala teatral, dónde hacer un espectáculo, cómo trabajar con los escenógrafos, vestuaristas e iluminadores y en esta situación de pandemia, cómo trabajar un espectáculo en la calle al aire libre cuidando las condiciones sanitarias. El trabajo fue intensivo. Siete personas tomaron la propuesta, la sala es bastante grande, lo que nos permitió guardar la distancia correspondiente y a mí hacer la tarea docente de una manera segura.
¿Qué evaluación puede hacer del trabajo con los jujeños?
Yo tengo el privilegio de conocer muchos lugares del país y la particularidad de la cultura del Norte tiene que ver con su vínculo con el altiplano y la influencia que tiene el fenómeno del carnaval en las artes escénicas del Norte argentino. Eso es algo muy valioso, la cultura andina ha influenciado las estéticas del teatro jujeño. Un ejemplo de esto es el escritor Rodolfo Kusch que nació en Buenos Aires pero la mitad de su vida vivió en Maimará y él escribía su obra en Jujuy y su filosofía está arraigada en la cultura del Norte argentino.
¿Qué opina el rol del artista en este contexto de pandemia?
Quienes nos dedicamos al arte (yo me dedico a la literatura y a las artes escénicas) estamos en una situación muy delicada, a nivel económico, emocional, laboral, social y nos vendría bien que se declarara una emergencia cultural porque un año sin poder trabajar, sin presentaciones de libros, sin funciones teatrales, es muchísimo tiempo. Se entiende que los espectadores tengan un poco de temor de salir, de volver al teatro, a divertirse, a relajarse, a entretenerse, a recrearse. Por eso sería muy importante que se declarara una emergencia cultural para los artistas que no están pudiendo trabajar. Yo sí pude, pero muchísimos colegas directores, docentes, no. Y es una situación dramática y ojalá se pueda solucionar en breve. La problemática de los trabajadores de la cultura es bastante urgente y hay que hablar más del tema.
¿Qué importancia les da a las artes, al teatro en particular, en este contexto?
Cuando empezaron las restricciones, yo pensaba: bueno a nadie le va a importar la cultura, nadie va a pedir que vuelvan las artes escénicas. Pero no es así, por ejemplo cuando llegué a Jujuy, la persona que me transportó me dijo que tenía ganas de volver al teatro o al museo, volver a recrearse, entretenerse, a conectarse con la emoción del arte. Así que creo que el teatro es muy importante para los niños, para los jóvenes en su desarrollo y aprendizaje, para todos. Espero que pronto esta situación se pueda destrabar, que el plan de vacunación nos pueda ayudar. Eso será beneficioso para la comunidad, para los ciudadanos.
¿Qué nos puede contar de su ac tualidad profesional? ¿Cuáles son sus próximos proyectos?
Tuve el privilegio de poder venir a trabajar a otra provincia con el apoyo económico del Instituto Nacional de Teatro. Y profesionalmente en el último tiempo me volqué más hacia la literatura. En 2020 estuve escribiendo una novela sobre el andinismo y quiero comenzar a ensayar la obra "El pan de la locura" de Carlos Gorostiza, un autor argentino de amplia trayectoria, que quedó pendiente. Y también quiero promocionar mi último libro "El Cuerdísimo" que publiqué en el 2019 y que no se pudo presentar en ningún teatro, ni centro cultural y es importante hacerlo para que el público lo conozca y se venda. Espero en este 2021 poder continuar con mis clases de literatura individuales que estoy dando de manera virtual que fueron una fuente de ingresos en esta época difícil.
¿Qué detalles nos puede dar de "El Cuerdísimo"?
"El Cuerdísimo" es mi cuarto libro, es una propuesta de no ficción qué trata las relaciones entre el arte y la locura. El libro lo que plantea es una hipótesis que propone que la normalidad, la razón y la cordura a veces se pueden volver una forma de opresión social hacia las personas que están en lo que yo denomino "la diversidad mental y la diversidad corporal", es decir hacia las personas que se denominan como locas, anormales o irracionales y se las maltrata, se las discrimina, se las estigmatiza, se las patologiza y se las medicaliza sólo por ser irracionales o locas. Aquí podemos pensar en figuras como Alejandra Pizarnik , Alfonsina Storni, Alejandro Urdapilleta o Fernando Peña.
¿Por qué abordó este tema en su obra?
Porque es un tema que a mí me interesa mucho y porque yo creo que para hacer teatro, que es un oficio al que yo me dedicó hace mucho tiempo, hay que estar bastante loco, no se puede hacer teatro sin estar loco o sin saber entrar a la locura. Y no soy el único que lo dice, Eduardo Pavlovsky, el actor y dramaturgo argentino decía que "para hacer teatro hay que aprender a entrar y salir de la locura", a Norman Briski le preguntaron alguna vez ¿qué es un actor? Y dijo: "Es un loco con horario". Este es un tema que me interesa mucho, que lo investigo desde hace bastante tiempo.