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"Tiene tres años y hace fútbol, es activo, corre..."

Pese a su disgenesia y pronósticos de varias limitaciones, el pequeño Agustín Vázquez escucha y tiene movilidad.
Miércoles, 24 de marzo de 2021 01:04

El pequeño Agustín Vázquez nació con disgenesia. Eso movilizó a sus padres que no descansaron hasta lograr control y estimulación ante la pérdida parcial de la audición por esa malfomación congénita. Pese a los vaticinios, hoy con tres años el pequeño escucha gracias a un audífono que le donaron y juega fútbol pese a que se esperaba que no pudiera caminar por la patología.

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El pequeño Agustín Vázquez nació con disgenesia. Eso movilizó a sus padres que no descansaron hasta lograr control y estimulación ante la pérdida parcial de la audición por esa malfomación congénita. Pese a los vaticinios, hoy con tres años el pequeño escucha gracias a un audífono que le donaron y juega fútbol pese a que se esperaba que no pudiera caminar por la patología.

 

Las disgenesias auditivas incluye dismorfias del pabellón auricular, conducto auditivo externo, membrana timpánica y oído medio.

"Tenía previsto parto normal pero no progresó y me hicieron cesárea. Ahí es cuando me avisan que mi bebé tenía una malformación. Agustín tiene como achicharrada la orejita y no tiene orificio, me dijeron que se llamaba disgenesia y que tenía que ir a un otorrinonaringólogo", relató su madre Yesica Estefanía Ramos.

 

Los médicos le explicaron que no está clara la razón por la que surge esta malformación de la que sólo se sabe que hay una asociación con altura de la región. Al principio le sensibilizó que le preguntaran si tuvo antecedentes familiares, si tuvo algún golpe, caída o si habría intentado abortar. La sola pregunta la ofendió, explicó, detallando que tenía una nutrida libreta de controles prenatales desde el primer mes de embarazo, y era su segundo hijo.

Luego el especialista confirmó el diagnóstico de disgenesia por malformación de oído. No había especialista, por el retiro del médico sin reemplazar y consultaron en Salta.

Debía hacerle estudios para controlar el estado de sus riñones, porque la formación del oído tendría correlación con el de esos órganos, pero afortunadamente se descartó.

También le hicieron estudios específicos y la buena noticia fue que el pequeño solo tenía la oreja mal formada, tenía el conducto auditivo pero no el orificio. "De audición, dijeron que escucha el 60% y la otra orejita la tiene normal, escucha bien", explicó la madre de Agustín, Le dijeron que era operable, con tres intervenciones que sólo se hacen en el hospital Garrahan de Buenos Aires y cuando tenga 10 años.

Ante la negativa de la Escuela "Helen Keller" de tratarlo por no contar con certificado de discapacidad, que se le negó quizás por la pérdida auditiva parcial, Yesica Ramos no se rindió y consiguió que le den estimulación hasta que cumplió el año en el centro de salud del barrio Mariano Moreno.

Quizás por esa estimulación o por las consultas a especialistas no se cumplió uno de los pronósticos médicos que temían: la posibilidad de que no pudiera caminar por ser el oído determinante en el equilibrio. "Agustín tiene tres años y hace fútbol, es muy inteligente, activo, corre, salta", expresó su madre.

En ello agradece la ayuda de otra mamá, Fabiana Ramírez, a quien conoció en el hospital, la invitó a unirse a grupo de madres de niños con microtia. Su orientación logró que Agustín accediera a la donación de un audífono que hizo la empresa Medell en Jujuy. "A mi hijo le encanta usar los audífonos, pero en invierno el adhesivo le dura siete días y en verano nada, y es carísimo", explicó. Y es que Yesica es empleada doméstica y estuvo un año sin trabajar por la pandemia y su esposo, Roberto Vázquez, es albañil.

El pequeño Agustín en 2020 tuvo clases del CDI de Cuyaya desde su casa vía online y este año ya fue a su aula.

Si bien el niño se adaptó bien, prefieren no colocarle el audífono por temor a que se le caiga porque sería difícil reemplazalo, ya que les cuesta mantener el dispositivo y el adhesivo. Sin embargo, el pequeño, se desempeña bien en la escuela y juega animadamente con su hermano Alexis de 9 años, alegrando a sus padres.

 

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