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El prójimo, el próximo... en tiempos de coronavirus

Viernes, 02 de abril de 2021 01:01

Por SUSANA FARFÁN, docente.

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Por SUSANA FARFÁN, docente.

Nos aprestamos a vivir la Semana Santa y la Pascua en nuestra Provincia de Jujuy y con un marcado fervor para los que somos cristianos, no solo en los ritos, tradiciones y celebraciones sino en, lo que considero más sobresaliente, la revisión de nuestras actitudes hacia el "prójimo". Quiero invitarle a reflexionar la palabra "prójimo" y el significado que denota en cada uno.

La palabra procede del latín "proximus" y significa "el más cercano", el que tenemos a nuestro lado, en nuestro hogar, en el trabajo, en el barrio, en esta querida ciudad. Porque de pronto el "próximo" es un amigo pero también puede ser alguien que poco conocemos pero al que intentamos aproximarnos y más aún, si este "alguien otro" sufre. Esto significa, para mí y para muchos, vivir la Pascua. Formo parte aún del Colegio del Divino Redentor del Nivel Secundario, una comunidad educativa cuyos fines institucionales son: Educar a los jóvenes integralmente para contribuir a su realización personal y cristiana en su propio proyecto de vida para construir una sociedad solidaria.

El Colegio fue instaurado por un grupo de hermanitas pioneras, extranjeras, cuyo carisma de Madre Alfons María, fundadora de la Congregación, es "Vivir y hacer vivir el Misterio Redentor", vivir y actuar coherentemente al Evangelio de Jesús. Los docentes de este colegio, a lo largo de sus casi 30 años, poco a poco nos apropiamos de este ideal y enseñamos a nuestros adolescentes a imitar a Jesús, ser solidarios con los que nos necesitan, ser ese "buen samaritano", ser empáticos con el dolor de un ser humano, amar al prójimo, hacerse prójimo de todos, en síntesis, "ser buena gente".

El Colegio pertenece a la Asociación Fides, integrada, desde hace muy pocos meses, por un grupo de jóvenes hermanas, que no conocemos ni reconocemos. Siento mucho expresar que actualmente vivimos momentos y situaciones de incoherencia y desequilibrio causadas por decisiones que vulneraron derechos laborales, decisiones intempestivas que desencadenaron un ambiente de consternación, desconfianza y temor, decisiones que no contemplaron con justicia y respeto al equipo directivo, a sus familias, a la profesionalidad, a la labor de todos nosotros, una labor dedicada, exclusiva y eficiente en la tarea educativa en coherencia constante con ese carisma y fines de esta Congregación. Este accionar de destrato, sin previo aviso en el desplazamiento de cargos, generó inseguridad y pérdida laboral.

No realizaron auditorías ni sanciones o llamados de atención, no dieron un plazo de tres meses como mínimo, tiempo prudencial y necesario, según las leyes laborales, para buscar otro trabajo, reorganizar la economía familiar y la vida misma, porque como todo profesional de la Educación proyectamos nuestra carrera y nuestro futuro en el compromiso y la permanencia en la Institución hasta el momento de la jubilación.

La comunidad educativa del Colegio Del Divino Redentor, Nivel Secundario necesita explicaciones de estas decisiones y actuaciones tomadas por las actuales autoridades de Fides. Su accionar autoritario, displicente, desatento, es un accionar perverso, por esa falta de sensibilidad humana, agravada por el tiempo que vivimos, un tiempo de dolor por pérdidas causadas por la pandemia al que se suma la pérdida de trabajo. Entonces, me pregunto: ¿Las actitudes y acciones de estas monjas representan aquel "espíritu de las hermanas del Divino Redentor"? ¿Es "el Espíritu de Dios el que las anima y se manifiesta en cada una de sus acciones"? ¿Sus acciones representan la benevolencia, misericordia, compasión y comprensión de Dios? ¿Sus actitudes refieren el amor y el servicio al prójimo? ¿Esta comunidad educativa es su prójimo? Evidentemente, no somos sus más próximos, sí seguramente los próximos en desahuciar.

Agradezco a Ud. y a los lectores por permitirme ejercer este derecho, mi libertad de expresión en tiempos de coronavirus.

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