-¿Cuándo mirás atrás, que se te cruza por la cabeza?
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-¿Cuándo mirás atrás, que se te cruza por la cabeza?
-Muchas cosas. Empezamos a practicar en el club, participamos en el torneo piloto que hizo la Liga Jujeña de Fútbol y luego competimos oficialmente. Fuimos creciendo en todo sentido, algo que nos llevó a ser protagonistas.
-Pero arrancaste con más de 20 años.
-Es así. Actualmente tengo 29. Algunas compañeras comenzaron de adolescentes y nacieron con la magia para jugar. Lo mío es el entrenamiento duro.
-¿Y qué te llevó a inclinarte por ponerte los botines?
-Estaba pasando por un mal momento personal y empecé. Si bien yo siempre hice deportes, jugaba al vóley en la secundaria, me dijeron que probara con el fútbol. Una vez me invitaron a jugar, pero yo no sabía nada de las posiciones ni del reglamento. Fue en la Fundación Valencia. Me gustó y arranqué. Todo que lo aprendí se lo debo a "Nico" y al rodaje de partido a partido. Juego de marcadora central.
-¿Qué implica para vos jugar al fútbol?
-Es mi espacio. A nosotras no nos pagan por jugar. Lo hacemos porque consideramos que es nuestro momento, nuestro cable a tierra. Son horas que dejamos de lado todo y nos convertimos en jugadoras con sentido de pertenencia. En cada entrenamiento y partido ponemos sacrificio. Los sábados o domingos dejamos de compartir con la familia para estar. Para mí, es mi espacio propio, donde me puedo desenvolver como mujer, persona y compañera. El deporte te deja muchos valores.
-Y en el crecimiento del fútbol femenino es clave que ya están abriendo escuelitas para las menores.
-Era impensado años atrás. Ahora que tantos clubes lo pongan en funcionamiento y en las canchas se incentiven las nenas a jugar, es positivo. Me parece fundamental que no se encasille que se trata de un deporte para uno de los géneros solamente.
-Es un "tabú" con el cual todavía hay que lidiar.
-Creo que se avanza. De un torneo, pasamos a jugar dos. Después la Liga Jujeña lo oficializó y exigió la presentación de equipos femeninos a todos sus clubes. Es decir, hubo una evolución. Por ejemplo, Atlético Cuyaya trabaja mucho con el fútbol femenino infantil, al igual que Deportivo Luján y vi que Gimnasia también largó con las prácticas.
-¿Y qué importante que haya dos jugadoras que surgieron del fútbol liguistas y hoy estén militando en el profesionalismo de AFA como Laura Galán en Brown y Pamela Flores en Independiente?
-Implica que pensar que sí se puede. Soñar. "Pame" Flores fue una gran compañera en Los Perales, que nos enseñó y todo el plantel se puso muy contento cuando nos contó la noticia. Se siente su ausencia en el vestuario y en la cancha, pero es para su bien y la apoyamos.
-Con el empate con Cuyaya del viernes a la noche estiraron a 33 partidos oficiales sin derrotas, pero ¿quedó el dejo amargo por haber vuelto a ganar como en las 32 anteriores presentaciones?
-Estamos en una etapa con jugadoras nuevas y nos estamos conociendo. Buscamos tener otro juego. Aunque Nicolás tiene en la cabeza su idea, nosotras la conseguiremos plasmar del todo a medida que tengamos rodaje. Entonces, estamos en una etapa de conocimiento del nuevo plantel. Y ante Cuyaya, durante el primer tiempo, se notó. Luego la expulsión de una compañera nos llevó a que nos debiéramos repartir el campo con diez, pero físicamente respondimos. Lo pudimos ganar, pero no se dio. La idea nuestra es encontrar la dinámica de juego.
-Además el rival de turno también se estimula al enfrentarlas...
-Es un tema que pesa en nosotras también en cierto punto. Pero les digo a las chicas. Lo sucedido en el 2019 nos demuestra que podemos hacer grandes cosas. Sin embargo, les aclaro que estamos en otro año, con otro plantel y nuevos objetivos, por ejemplo, la Copa Jujuy. Es algo que nos entusiasma. Dar vuelta la página y escribir otra historia en este 2021.
Con la mente en la Copa Jujuy
La capitana de las “gauchas” sueña con levantar la Copa Jujuy y explicó por qué. “Estamos muy motivadas. Cuando el año pasado la pandemia de coronavirus nos impidió que nos podamos encontrar, entrenar y jugar. Y de disfrutar porque veníamos con todo, pero en el 2020 nos encontramos con nada. No pudimos jugar ese torneo. Y si bien ganar la Liga es nuestro objetivo, la Copa Jujuy nos ilusiona. Será que nos costó tanto porque dimos todo en cada partido y nos coronamos invictas. Era como la frutilla de postre. Será una nueva experiencia para varias de nosotras”, indicó a El Tribuno de Jujuy.
También resaltó la importancia de tener un entrenador como Nicolás Armella, quien las conoce muy bien a todas. “Es fundamental en este proceso de años. Él nos conoce y nosotras a él. El crecimiento fue mutuo. También como DT se lo ve cómo planifica el juego, diagrama los partidos, ubica a las jugadoras”, indicó para luego remarcar que la idea que pregona es fácil de aplicar en el campo. “La esencia es la misma, más allá del juego.
Siempre decimos que tenemos que ser una familia con buenas intenciones entre nosotras, el compañerismo, el crecimiento en equipo y con objetivos claros en el horizonte, dejando todo en cada entrenamiento. También vemos si alguna compañera necesita algo, la apoyamos y la ayudamos”, afirmó convencida. Finalmente, sobre ser la capitana del equipo, Salinas Flores declaró que tenía ese honor desde el 2019 y que su rol es “ponerle buenas energías y unir al grupo. Que tenga buenas intenciones, bregando el apoyo entre todas. Encontrar el sentido de pertenencia a un club. El tema del vestuario es muy importante también. Desde ese lugar, acompaño”.