Empresarios de la noche y gastronómicos expresaron su preocupación ante los anuncios de Nación sobre restricciones que hacen eje en la nocturnidad. Medidas que impactan de forma directa a bares, restaurantes, confiterías y rubros afines.
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Empresarios de la noche y gastronómicos expresaron su preocupación ante los anuncios de Nación sobre restricciones que hacen eje en la nocturnidad. Medidas que impactan de forma directa a bares, restaurantes, confiterías y rubros afines.
Eduardo Contreras decidió no reconvertir su boliche y permanecer cerrado. Solicita un cobro parcial de los servicios básicos que no usa.
Si bien es cierto que la situación sanitaria de Jujuy se mantiene estable, el gobernador Gerardo Morales descartó adoptar medidas restrictivas por el momento. Las acciones a implementar dependerán de la llegada de la segunda ola a la provincia.
Es ante esta situación incierta que los integrantes de la Cámara de Empresarios de Confiterías Bailables y Afines se reunirán mañana para analizar los pasos a seguir en caso que la situación sanitaria de Jujuy empeore.
"Sabemos que en principio no habría restricciones en la provincia, salvo que haya una explosión de casos. Si pasa eso y se aplican restricciones de circulación durante la noche nos afectaría gravemente, porque nunca se recuperó el movimiento económico anterior a la pandemia", expresó a El Tribuno de Jujuy Daniel Tóffoli, presidente de la cámara que nuclea a los bolicheros.
Recaudaciones al 30 o 40%
Explicó que pese a que muchos empresarios decidieron reconvertirse e invirtieron en las modificaciones necesarias para su nuevo negocio, las ganancias no son las mismas que antes de la pandemia.
"Las ganancias de los que decidieron reconvertirse en algunos casos no pasan del 30 o el 40% de lo que era la recaudación original. Con lo cual la situación ya viene complicada y se suma al quebranto acumulado del año pasado con tantos meses cerrados. En algunos casos los bares no trabajaron durante 7 meses y los boliches ya cumplieron un año en marzo", informó el empresario.
"Estigmatización" de la noche
Como una suerte de balance sobre las medidas que se tomaron durante la primera ola de la pandemia y que se prevé aplicar nuevamente ante este rebrote, desde la cámara aclararon que son concientes de que la salud está primero pero consideraron que "el problema que se le endilga a la noche no es tal. El año pasado la noche estuvo cerrada pero igual explotó la pandemia, con lo cual queda claro que no es culpa de la noche", concluyó Daniel Tóffoli.
Ante esta situación detectada por el sector se pregunta "¿por qué se insiste en este remedio que no ha dado resultados?", a lo que respondió: "Es porque hay una suerte de estigmatización, pareciera que el virus sale de noche y no de día y que los amontonamientos se dan sólo por la noche. Si uno anda por la calle, las ferias, bancos y supermercados se da cuenta de que hay un relajamiento de las costumbres. A lo que hay que sumarle las personas que no usan bien el barbijo", apuntó.
Por último, el empresario advirtió que todavía hay boliches que están cerrados porque no se reconvirtieron debido a los gastos que el cambio genera y que de volver a restringir la nocturnidad en la provincia "no sé si van a poder volver a abrir el día que toda vuelva a la normalidad", cerró el presidente de la cámara.
Gastronómicos: “Nos terminarían de ahogar”
Si la situación sanitaria de provincia llegara a requerir de más y nuevas restricciones por prevención contra el coronavirus “de aplicarse de forma inconsulta e inmediata nos terminaría de ahogar y nos mataría”, dijo Sergio Valenzuela, presidente de la Cámara jujeña de empresarios gastronómicos. Así ante la inminente llegada de la segunda ola a la provincia, el empresario del sector recordó que “le venimos pidiendo al Gobierno hace tiempo que nos llamen y nos sentemos a dialogar y evaluar circunstancias. Entendemos que es una situación complicada pero si no nos llaman a los que sabemos sobre el rubro no podemos aportar ideas para poder seguir trabajando y no entrar en pérdida”, expresó tras recordar los siete meses que permanecieron sin actividad durante el aislamiento anticipado. “Nos catalogaron como zona peligrosa cuando no lo somos.
Somos menos peligrosos que un supermercado, una farmacia y un banco donde la gente hace fila y no se limpian los cajeros automáticos que toca todo el mundo” dijo al destacar que “por las mesas nuestras no pasa la gente tocando los utensilios. Y la gente que ocupa una mesa son personas que llegan juntas y se van juntas por lo cual significa que se conocen o bien viven juntos”, explicó.
Inflación, un nuevo obstáculo
Por si no fuera poco haber estado 7 meses sin actividad lo que les generó una deuda acumulada que al día de hoy no logran saldar siquiera el 20% y para lo que requerirán de muchos años para recuperarse. Ahora se enfrentan a la inflación. “Desde hace unos meses a la fecha se nos sumó un actor más que es la permanente superinflación que estamos teniendo. Cuando vamos a comprar los insumos cada dos días nos damos con subas de precios que no trasladamos a nuestros productos” indicó Valenzuela y explicó que “no lo hacemos porque encima que vendemos poco, si subimos el precio la gente va a consumir menos”, cerró.