Las mujeres jujeñas de diferentes pueblos originarios que conforman el Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir se suman a la caminata nacional “Basta de Terricidio”.
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Las mujeres jujeñas de diferentes pueblos originarios que conforman el Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir se suman a la caminata nacional “Basta de Terricidio”.
El 22 de mayo, columnas de mujeres indígenas de todo el país llegarán a Bueno Aires para hacer escuchar sus voces. En Jujuy habrá una jornada cultural en apoyo a la marcha. “Estas palabras no salen de nuestras bocas, nuestros labios son habitados por el silencio. Las palabras salen de nuestros pies.
Porque cuando la boca se cansa de gritar y su sonido se vuelve inaudible, es necesario entonces hablar con los pies”, indicó el movimiento sobre la caminata. Rosana Puca, integrante del Movimiento de Mujeres por el Buen Vivir en Jujuy, en diálogo con El Tribuno de Jujuy indicó que son muchas las mujeres indígenas jujeñas que se suman a la marcha en contra del terricidio. “Es una caminata desde el amor, desde el amor a nuestra Pachachama, desde el amor a nuestra tierra y a nosotras que somos parte viviente del territorio, somos territorio que camina para pedir ‘Basta de Terricidio’”.
“Basta de terricidio” es la consigna bajo la que desde mediados de marzo, mujeres de diversas comunidades originarias del sur y el norte del país marchan hacia Buenos Aires con una demanda en común: que los crímenes contra sus territorios y sus cuerpos cometidos en la actualidad y a lo largo de la historia sean considerados de lesa naturaleza y de lesa humanidad bajo la figura del “terricidio”. “Se trata de un concepto transversal, una síntesis de genocidio, ecocidio, feminicidio y epistemicidio. Como mujeres indígenas, sentimos todo eso directamente en nuestros cuerpos”, advierten, organizadas en el Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir, mientras caminan las rutas, se detienen en las plazas de diversos pueblos, comparten y recogen testimonios de asambleas populares.
El objetivo es llegar a Buenos Aires el 22 de mayo, “recordando que en esa fecha el Estado se empezó a constituir como una fuerza de invasión en los territorios indígenas”, remarcan. Aseguran que hay responsables colectivos del ataque a los territorios y los cuerpos de las mujeres indígenas, entre los que se encuentran “el Estado nacional, los gobiernos provinciales y las empresas extractivistas. No es una sola persona: hay responsabilidades colectivas. Las empresas, los gobiernos que dan la venia, que ignoran denuncias de organizaciones sociales o que no hacen cumplir las leyes que existen para resguardar los territorios”, explican desde el movimiento.