El Tribunal de la Sala VII de Juicio de la provincia de Salta absolvió por el "beneficio de la duda" a los dos únicos acusados por el crimen de Jimena Salas: el viudo Nicolás Cajal Gauffin, acusado de encubrimiento, y un vendedor ambulante, Sergio Vargas, procesado por "marcar" la casa de la víctima en la localidad de Vaqueros.
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El Tribunal de la Sala VII de Juicio de la provincia de Salta absolvió por el "beneficio de la duda" a los dos únicos acusados por el crimen de Jimena Salas: el viudo Nicolás Cajal Gauffin, acusado de encubrimiento, y un vendedor ambulante, Sergio Vargas, procesado por "marcar" la casa de la víctima en la localidad de Vaqueros.
Para ambos casos, el Tribunal resolvió la absolución por el beneficio de la duda, mientras que tampoco hizo lugar a la demanda civil y se hace lugar al pedido fiscal de remitir actuaciones a la Justicia Federal para investigar la comisión de posibles delitos.
Sergio Horacio Vargas, alias "Porteño", resultó absuelto por el principio de la duda del delito de homicidio cuádruplamente calificado por ser cometido con ensañamiento, alevosía, criminis causa y violencia de género, en calidad de partícipe secundario.
Se ordenó la inmediata libertad del imputado, sin perjuicio de lo dispuesto por otro tribunal.
Nicolás Federico Cajal Gauffín, en tanto, también fue absuelto por aplicación del beneficio de la duda del delito de encubrimiento agravado, en calidad de autor.
Por otra parte, se supo que se hizo lugar a la solicitud de la Fiscalía en lo referido a remitir al Ministerio Público Fiscal Federal de turno copias certificadas de las piezas pertinentes ante la posible comisión de un delito de acción pública.
El tribunal estuvo conformado por los jueces Francisco Mascarello, Federico Diez y Javier Armiñana Dohorman (interino).
En los últimos minutos antes de que el tribunal pasara a un cuarto intermedio para deliberar, Vargas había señalado: "Soy inocente y me privaron de estar con mi familia". Mientras que Cajal Gauffín no hizo uso de sus últimas palabras.
El viernes de la semana pasada, durante la jornada de alegatos, los representantes del Ministerio Público Fiscal habían solicitado para el imputado Sergio Vargas la pena de doce años de prisión, como partícipe secundario del delito de homicidio calificado por ensañamiento, alevosía, criminis causa y femicidio.
Para Nicolás Federico Cajal Gauffín, la fiscalía pidió la pena de cinco años y seis meses de prisión por considerarlo autor del delito de encubrimiento agravado.
Se solicitó, además, la prisión preventiva del acusado.
La tutora oficial que intervino en representación de las hijas de Jimena Salas adhirió a los montos de pena formulados por los fiscales y solicitó la privación de la responsabilidad parental de Cajal Gauffín respecto de sus dos hijas menores. También hizo referencia a una indemnización por daños y perjuicios de parte de ambos imputados a favor de las dos niñas.
Por el Ministerio Público intervinieron los fiscales penales Ana Inés Salinas, Gustavo Torres Rubelt y Ramiro Ramos Ossorio.
Marcelo Eduardo Arancibia y Luciano Romano actuaron en defensa de Sergio Horacio Vargas. En tanto que Marcos Rubinovich representó al imputado en relación a la acusación de la querella y la actoría civil.
Pedro Javier Arancibia ofició como defensor del exesposo de Salas.
Cajal Gauffín y Vargas habían sido imputados por el cruento asesinato sucedido el 27 de enero de 2017, cuando se encontró sin vida a Jimena Salas en medio de un charco de sangre, en el piso de la cocina comedor de su vivienda, ubicada en la localidad salteña de Vaqueros.