Dos jóvenes jujeños idearon un proyecto para producir biodiesel utilizando aceite de cocina usado, con un objetivo sustentable y para evitar la contaminación del agua con desechos.
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Dos jóvenes jujeños idearon un proyecto para producir biodiesel utilizando aceite de cocina usado, con un objetivo sustentable y para evitar la contaminación del agua con desechos.
Cristian Cardozo de Cangrejillos (Yavi) y Alberto Mario Aisama (San Pedro) se graduaron de ingenieros industriales con ese tema de tesis.
"La idea era obtener biodiesel a partir de aceite de cocina usado, más que nada por la problemática que hay al desecharlo por el desagüe, la vía cloacal y puede llegar al contacto con el agua y contaminar. Hay estudios que dicen que por un litro de aceite se puede contaminar hasta mil litros de agua", explicó Cristian Ariel Cardozo.
El proceso por el que se pueden transformar los aceites usados de cocina para llegar a biodiesel supone un proceso de "trasesterificación" y en una mezcla y reacción con la incorporación de metanol u otro alcohol, y la presencia de un catalizador, la soda cáustica.
Partieron de otras tesis, papers y datos de experimentación de otras publicaciones, ante la imposibilidad de hacer ensayos por la pandemia.
"Con cien litros de aceite se obtendrían 90 litros de biodiesel. Del resto se obtiene un subproducto, la glicerina cruda, que tiene numerosas aplicaciones si se purifica para llevarlo a un grado farmacéutico. Tendría un uso en alimentación y productos de farmacia, pasta de dientes, jabones, etc", explicó.
Plantearon que se requerirían cantidades más significativas de aceite de cocina usado, si bien se podría hacerlo con lo que surge en la actualidad las variables serían muy sensibles en torno a la rentabilidad. Entonces producirlo de manera industrial requeriría un mayor volumen que estima se podría generar con la colecta no sólo de restaurantes sino implementando un sistema de recolección al que aporten los vecinos en una suerte de "punto verde". "Es posible, tiene impacto ambiental, ecológico, social y económico", aseguró.
"El proyecto es viable bajo ciertas condiciones generales. Se comprobó que no iba a ser rentable si lo trabajamos a pesos argentinos pero sí a valor dólar, si se instala en un galpón y se lo acondiciona para producir", agregó Alberto Mario Aisama.
Cristian es oriundo de Cangrejillos y se mudó a San Salvador de Jujuy; aunque contaba con el apoyo de su madre, daba clases particulares, vendía elementos de limpieza y contaba con la beca de la universidad. Ahora está enfocado en generar un emprendimiento y desempeñarse de forma independiente, en consultoría u similar. En tanto, Alberto es de San Pedro de Jujuy, comenzó viajando a capital y luego se mudó. Pretende insertarse en las áreas de energía, petróleo, gas, energía solar y redes de telecomunicaciones.