¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

23°
26 de Abril,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

"Estoy tratando de mirar adelante y seguir la lucha"

La leucemia llegó a su vida de varias formas y aunque perdió a un sobrino sigue ayudando a niños con cáncer a diario.
Miércoles, 16 de junio de 2021 01:02

La vida de Soledad Gómez estuvo signada por la leucemia ya que de niña perdió a su mejor amiga y en la adolescencia se movilizó por un compañero que también falleció. Luego le tocó de cerca por sus sobrinos, el primer caso de hermanos con leucemia linfoblásatica aguda, y perdió a Gastón hace un año en un accidente justo cuando habían encontrado donante de médula. Hoy sigue la lucha ayudando a niños con cáncer y buscando crear conciencia para donar médula y salvar vidas.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

La vida de Soledad Gómez estuvo signada por la leucemia ya que de niña perdió a su mejor amiga y en la adolescencia se movilizó por un compañero que también falleció. Luego le tocó de cerca por sus sobrinos, el primer caso de hermanos con leucemia linfoblásatica aguda, y perdió a Gastón hace un año en un accidente justo cuando habían encontrado donante de médula. Hoy sigue la lucha ayudando a niños con cáncer y buscando crear conciencia para donar médula y salvar vidas.

"Son dos sobrinos que eran hermanos. Agostina superó la leucemia y Gastón hizo el tratamiento, la luchó y no se llegó a conseguir la médula que él necesitaba en tiempo, y lamentablemente lo perdemos en un accidente de tránsito", contó sobre uno de los ejes de su lucha.

"Esta enfermedad está vinculada a mi vida desde que tengo seis años, mi mejor amiga del barrio, Elizabeth, muere de leucemia; y uno de mis compañeros de colegio, Sebastian de la escuela Técnica 2, muere de leucemia. Después se presenta en mi familia", explicó.

Lleva gran parte de su vida en esta tarea solidaria de ayudar a los niños con cáncer, que se inició cuando era adolescente cuando quiso aprender de qué se trataba y ayudar a su compañero de colegio; y luego cuando surgió el caso de su sobrina Agostina, comenzó a involucrarse en el tema junto a su familia. Pasaron los años y su sobrino Gastón, el primer nieto, también fue diagnosticado con leucemia. Entonces se involucró más en las historias de vida de otros niños que llegaban con las mismas enfermedades a tratar de apoyarse en ellos como familia.

En esa iniciativa se vinculó con la Fundación Flexer, que ayuda a jóvenes y niños con cáncer, a la que se sumó gracias a Silvina Lauriero quien la integró al grupo de gente que actualmente se dedica a ayudar a los pequeños de la Sala Fucsia del Hospital de Niños de Jujuy.

Con ese objetivo supo contagiar el entusiasmo a compañeros y propietarios de la empresa Balut donde trabaja, quienes siempre se solidarizaron en traer o llevar medicamentos que requieren los pequeños con cáncer. La labor para ella no tuvo límites al punto de convertirse en un canal por el que mucha gente gestionaba ayuda. "Hay un Gastón que se salvó con una médula 98% de compatibilidad, vive en Misiones y la médula que le donaron era de una alemana", dijo y otro caso de Nachito que luego falleció, por quien contactó a la Fundación de Messi.

Trabaja a la par de otros familiares, algunos de los cuales perdieron hijos por el cáncer. "Estoy superando y tratando de mirar adelante y seguir en la lucha de ayudar a cada niño que lo necesita, con una sonrisa cuando nos enteramos que alguien superó el cáncer y con tristeza cuando sabemos que alguno de ellos se fue", afirmó.

Hoy tiene 38 años y lleva un largo camino de lucha y solidaridad, al tiempo que trabaja en Balut y Tecnohidráulica. Tiene su familia, dos hijas, Delfina de 5 años y Guadalupe Galarza de 14, quien aspira a ser médica para tratar e investigar la enfermedad. Sucede que sus sobrinos Agostina y Gastón fueron el primer caso en el mundo de hermanos con Leucemia linfoblásatica aguda, estudiada en un congreso en Alemania presentado por médicos del Hospital Británico.

Su sobrino Gastón falleció hace un año, a los 20 por un accidente, un día antes de viajar a la Fundación Favaloro porque había aparecido una donante, de la que luego se supo que no podría al estar embarazada.

Insta a donar médula y apoyar ley

En ese transitar Soledad Gómez encontró que lo peor fue la burocracia del Estado pese a tener obra social y saber que no se mueven para las gestiones. Explicó que en el mundo existe un alma gemela cuya médula es 100% compatible y no encontrarla cuando la necesita es duro por la ansiedad y desesperación de no poder hacer más.

Cuando le tocó a su sobrino, logró la solidaridad de Hemoterapia del hospital “Pablo Soria”, que ayudó para crear conciencia para la donación de médula, y gestionar para traer drogas de Buenos Aires que les falta a los niños mediante la Fundación Flexer. Fue un camino árido que aún sigue ya que también encontró cosas positivas y solidaridad. En su momento significó hacer shows de payasos, contener a los padres y una gran actitud solidaria del gran equipo de trabajo que integra. “Me pasó antes de la pandemia de tener que disfrazarme de Papá Noel, entrar al Hospital de Niños y sacarles una sonrisa a los pequeños, algunos en sus últimos días, en agonía, y te quedás con eso, sabiendo que la gente se involucró”, recordó. Espera más compromiso, que el Estado informe y se involucre, e instó a la gente a donar médula.

SOBRINOS / AGOSTINA Y GASTON GÓMEZ, ELLA LO SUPERÓ PERO ÉL FALLECIÓ.

En Jujuy se puede registrar como donante de médula ósea en el Centro Regional de Hemoterapia del hospital “Pablo Soria”, 0388 4221260, interno 210. Y en las colectas de sangre se inscribe para ingresar en la base de datos del Incucai, como potenciales donantes de células madre o médula ósea. Junto a la Fundación Flexer también impulsan un petitorio de Ley de Protección a Niños y Jóvenes con Cáncer; porque si bien muchas de las necesidades son atendidas en los hechos, el cumplimiento suele ser diverso y discrecional. En Argentina se diagnostican 1.400 nuevos casos de cáncer infantil por año y el 70% puede curarse, si son diagnosticados a tiempo.