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Einstein y experimentos extrasensoriales

Martes, 29 de junio de 2021 00:36

Puede parecer sorprendente, a muchos, que el creador de la teoría de la relatividad, haya ocupado tiempo de su vida en experiencias parapsicológicas; pero así fue y está muy bien comprobado. En efecto, una serie de documentos privados - que recién fueron liberados al conocimiento público en el año 2005, para ser exhibidos en la exposición "Albert Einstein, ingeniero del Universo" - demuestran que el sabio participó en experimentos extrasensoriales durante 1930, antes de abandonar, para siempre, Alemania. Einstein había recibido el Premio Nobel de Física en 1921.

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Puede parecer sorprendente, a muchos, que el creador de la teoría de la relatividad, haya ocupado tiempo de su vida en experiencias parapsicológicas; pero así fue y está muy bien comprobado. En efecto, una serie de documentos privados - que recién fueron liberados al conocimiento público en el año 2005, para ser exhibidos en la exposición "Albert Einstein, ingeniero del Universo" - demuestran que el sabio participó en experimentos extrasensoriales durante 1930, antes de abandonar, para siempre, Alemania. Einstein había recibido el Premio Nobel de Física en 1921.

En aquella exposición, organizada por el prestigioso Instituto "Max Planck" de Historia de las Ciencias, había un apartado - que no fue muy tenido en cuenta por los miles de personas que visitaron aquella muestra - referido a los intereses que Einstein tuvo hacía lo que denominó "las fuerzas invisibles". Llegado a este punto, es muy interesante señalar que esa era la misma expresión que usaba Leopoldo Lugones para referirse a una serie de temas de los que, hoy en día, se conocen como parapsicológicos. Y destacamos esto por la sencilla razón de que el autor de "Lunario sentimental" y Einstein, fueron muy amigos, otorgándose gran respeto mutuo. Es más, para que se concretara la visita del físico a la Argentina - ocurrida durante marzo y abril de 1925 - mucho tuvo que ver la amistad de ambos.

"Esto de la clarividencia es una locura", escribía Einstein a al médico Heinrich Zangger, tras participar en una sesión con una vidente sobre la que se refirió definiéndola como "una mujercilla de 55 años [a quien] se le entrega alguna joya, lápices o un reloj de bolsillo. Ella toma un objeto, lo palpa [y dice] ‘usted tuvo una intoxicación con gas’ o ‘usted trabaja en una gran casa y es temido por sus subalternos". Y así sigue, con gran exactitud. Hasta allí los hechos, aquí la razón, ambos en un dilema sin esperanzas", comentaba Einstein.

Puede llamar la atención el interés de este Premio Nobel de Física por este tipo de acontecimientos. Pero no debiera ser así puesto que desde fines del siglo XIX, con la fundación en Londres de The Society for Psychical Research hasta los años 30 del siglo XX, fueron muchos los científicos que ocuparon tiempo en buscar respuestas a estos enigmas. Tal es así que en 1919 un grupo de académicos de sólido prestigio científico y universitario fundaron, en Berlín, la Sociedad Alemana de Ocultismo con la finalidad - expresada en su estatuto - de investigar si tales fenómenos podían ser incluidos en el "amplio campo de las ciencias exactas". Precisamente las ciencias exactas fueron las que cultivó Einstein.

En un escrito del 15 de febrero de 1930 relata Einstein una sesión experimental con quien, entonces, se conocía como un "metagrafólogo", Otto Reimann, residente en Praga. El encuentro había sido organizado por la Sociedad Médica Alemana para la Investigación Parapsíquica. El sabio asistió con su esposa Elsa y otro familiar no identificado a los que se sumaron unos destacados catedráticos. A Reimann le fue entregada en esa oportunidad una esquela escrita por Einstein sin que el grafólogo conociera la identidad del autor del texto. A través del manuscrito - según consta en el documento - consiguió describir la personalidad del científico, a quien reseñó como un hombre que "no adolece para nada de complejos de inferioridad, tiene por naturaleza una desconfianza extraordinariamente fuerte, es accesible a mejores conocimientos, sufre bajo enormes tensiones y quiere rendir más de lo que puede".

De acuerdo a lo que ha podido comprobarse, Albert Einstein formó parte en aquel 1930 de varias sesiones parapsicológicas con personas - varones y mujeres - autodenominadas "videntes" (lo que en Parapsicología llamamos "paragnosta"; es decir, aquel individuo que manifiesta la producción frecuente de fenomenología extrasensorial), de cuyos resultados se mostró profundamente impresionado e interesado por mayores investigaciones y estudios. De tales indagaciones, realizadas por Einstein, hasta el presente parece no haber quedado registro alguno. Tengamos en cuenta que dos años después tuvo que abandonar definitivamente Alemania ante el inminente ascenso al poder del nazismo, emigrando a los Estados Unidos donde vivió definitivamente y falleció en 1955.

¿Qué conocimientos sobre Parapsicología decidió llevarse Einstein a la tumba manteniéndolos ocultos para siempre?

(*) Antonio Las Heras es doctor en Psicología Social, cofundador y actual presidente de la Asociación Argentina de Parapsicología (AAP).

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