Facundo Salva fue el primer egresado en la carrera de Licenciatura en Trabajo Social de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Jujuy, que como tal se inició en 2015 con 700 alumnos. Se acercó a la carrera por experiencia propia en su adolescencia, ya que un cáncer de huesos y la vulnerabilidad hicieron que dependiera del Estado para gestionar asistencia y medicación. Pudo salir adelante y eligió esa carrera, y aspira a trabajar en asistencia a niños.
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Facundo Salva fue el primer egresado en la carrera de Licenciatura en Trabajo Social de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Jujuy, que como tal se inició en 2015 con 700 alumnos. Se acercó a la carrera por experiencia propia en su adolescencia, ya que un cáncer de huesos y la vulnerabilidad hicieron que dependiera del Estado para gestionar asistencia y medicación. Pudo salir adelante y eligió esa carrera, y aspira a trabajar en asistencia a niños.
"Fui el primero en recibirme, y a fin de año se prevé que sean alrededor de seis chicos más que ya están en instancia de presentación de tesis; algunos ya han presentado y esperan cuestiones administrativas evaluadoras de su trabajo", afirmó .
La carrera de Licenciatura en Trabajo Social en Humanidades se empezó a dictar en 2015, ya que antes era un ciclo superior y complementario y permitía completar el título de grado de los egresados de la tecnicatura del Instituto Populorum Progressio. Ese año Salva se inscribió en la Licenciatura nueva en Humanidades junto a 700 alumnos motivado por su historia personal.
Su tesis versó sobre "La cuestión social sobre la problemática de la niñez" y fue a partir de la última residencia que hizo en quinto año de la carrera en una oficina de Protección de Derechos. La idea fue entender desde la profesión en las distintas situaciones problemáticas que se interviene y que de alguna manera afectan a los niños y adolescentes. Por eso entiende que es clave saber que se trata de niños que son contextualizados y "que todos los cambios que se producen en las distintas dimensiones de la sociedad, sean históricas, sociales, ideológicas, políticas y culturales, afectan, atraviesan y limitan el trayecto de vida de los niños, y causa la vulneración de sus derechos".
Es que entiende desde adentro la problemática, ya que en su adolescencia tuvo problemas de salud, y al ser de escasos recursos y no tener obra social, tuvo que transitar por los servicios sociales de los distintos hospitales.
Sucede que a Salva, a los 17 años, le diagnosticaron un tumor denominado osteosarcoma de tibia, cáncer a los huesos, y luego de un tratamiento de quimioterapia y operación, tuvo una recaída en 2013 que fue más complicada y derivó en una nueva cirugía. "Como resultado de esa enfermedad a mí me amputaron una pierna. Entonces al no tener los elementos materiales ni económicos para más o menos salir de la situación, es que empiezo a incursionar en el área social de los distintos dispositivos de la provincia para conseguir los elementos para poder seguir mi vida diaria", explicó.
Es por ello que en el 2014, año en el que su salud se agravó, que volvió a recurrir a servicios sociales. "Tuve una cirugía bastante grande que hizo que siguiera circulando en busca de elementos o recursos materiales, que por mi condición de vulnerable no contaba. Eso hizo que me interesara y entendiera mínimamente la profesión, y por eso cuando abrió la carrera en Jujuy me inscribí", dijo.
Por ello recordó que ya con esta discapacidad adquirida de la que intentaba recuperarse, y al ser de escasos recursos y querer superarse, decidió estudiar Trabajo Social.
"Ahora como recibido y nuevo profesional, teniendo en cuenta la discapacidad que lamentablemente en la sociedad eso implica una limitación; espero lograr poder insertarme", explicó sobre sus expectativas.
Con la residencia y la tesis quedó muy convencido de que le interesaría trabajar en torno a la niñez, pese a que entiende que es una de las áreas más complejas del trabajo social, porque el contexto condiciona y limita bastante el desarrollo de ellos. Ahora, espera encontrar caminos de inserción laboral que le permitan ejercer la profesión. Agradeció el tiempo y dedicación a su directora de tesis Gabriela Fanucci Ávila.
Estudió la estructura y obstáculos en la actividad
Sobre la realidad que encontró al desarrollar su tesis, tras la residencia en la Oficina de Protección de Derechos, un dispositivo de intervención hacia la niñez, explicó que hay un sinfín de obstáculos que se plantean y se presentan en la realidad y que son impuestas por el sistema en general. Sostuvo que desde la profesión a veces suelen trabajar en un sistema para largo y mediano plazo, y lograr eficientemente superar distintas situaciones problemáticas que afecta a los niños. Pero entiende que cuando está en un sistema que depende del Estado se encuentra un sinfín de obstáculos que imposibilita que el proceso que los profesionales quieren llevar adelante con los niños se haga dificultoso.
Es que encontró que muchas veces un profesional está a cargo de alrededor de 80 situaciones problemáticas, que se podría traducir en ese número de grupos familiares, por lo que se les complica hacer un acompañamiento real y eficiente con tanto volumen de personas. Además, explicó que escasea también el recurso material, lo que supone también un problema. Por ello en su tesis trató de visibilizar esas cuestiones reflexionando e interpelando esas cuestiones que considera necesario a los fines de los objetivos del colectivo de profesionales.
Por otro lado, entiende que es complicado que los profesionales puedan ir más allá, porque se trata de trabajadores dependientes que siguen “estructuras” verticales con una fuerte ideología política y partidaria que sabe que está lejos de dar respuestas reales y no basadas en la inmediatez. Es que entiende que también es real que los profesionales del trabajo social intervienen muchas veces cuando los derechos de los niños ya fueron vulnerados o afectados. Sucede que es una profesión que está destinada a trabajar para el Estado básicamente, y son pocos los que se insertan en instituciones privadas.
Entiende, sin embargo, que siempre se puede llegar a cambiar maneras de pensar y reflexionar, pese a que es complicado por la dependencia del Estado, porque observó una persecución hacia quienes piensan distinto y que se reflejara en la pandemia, donde no fueron considerados esenciales, y al haberse removido de su tarea a varios para afectarlos a otro lugar.