Profundo dolor causó el fallecimiento del hermano Antonio Scano, quien por 51 años desplegó su apostolado misionero y franciscano en el norte argentino.
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Profundo dolor causó el fallecimiento del hermano Antonio Scano, quien por 51 años desplegó su apostolado misionero y franciscano en el norte argentino.
En 1970 llegó desde Italia y su primer destino fue la Capellanía del Ingenio San Martín de El Tabacal, pasando luego a la comunidad franciscana de Aguaray, donde junto a otros integrantes de esa congregación sentó las bases de la parroquia Santa Teresita del Niño Jesús.
Luego de 16 años en ese lugar, en 1990 fue trasladado al convento San Francisco de la ciudad de Salta, distinguiéndose por su gran acompañamiento a los enfermos y sobre todo en la formación de la comunidad en el barrio Norte Grande, donde pudo, con la ayuda de muchas personas, levantar la capilla y el complejo adyacente dedicado a San Francisco Solano.
En el 2008 fue trasladado al convento San Francisco de esta capital, donde el último 28 de junio falleció a los 89 años de edad.
Con su muerte, se despide al último de los misioneros italianos de la antigua Custodia Franciscana de Salta.