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26 de Abril,  Jujuy, Argentina
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"Quise generar un espacio para gente que no encuentra su lugar"

Se encuentra disponible gratuitamente en la plataforma Cine.Ar el ensayo documental llamado "Mapa de Sueños Latinoamericanos" filmado en Argentina, Perú, Nicaragua, Cuba, Brasil, Colombia, Guatemala y México. El Tribuno de Jujuy habló con el cineasta y fotógrafo argentino, realizador del filme, quien se refirió a su ópera prima basada en su libro y que tuvo un vasto y laureado recorrido por festivales de cine internacionales.

Lunes, 12 de julio de 2021 01:01

El origen de esta propuesta audiovisual, emocionante y profunda, surgió de fotografiar a personas de distintos puntos de Latinoamérica con una pizarra donde escribieron con tiza un sueño. Fue un singular proyecto realizado entre 1992 y 2013 y cuyas imágenes se publicaron en el libro llamado "Mapa de Sueños Latinoamericanos". Tiempo después Weber emprendió una nueva travesía buscando revincularse con aquellos seres ignotos cuyas expectativas y anhelos fueron puestos de valor por medio de las imágenes sentidas y entrañables en la publicación de Weber.

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El origen de esta propuesta audiovisual, emocionante y profunda, surgió de fotografiar a personas de distintos puntos de Latinoamérica con una pizarra donde escribieron con tiza un sueño. Fue un singular proyecto realizado entre 1992 y 2013 y cuyas imágenes se publicaron en el libro llamado "Mapa de Sueños Latinoamericanos". Tiempo después Weber emprendió una nueva travesía buscando revincularse con aquellos seres ignotos cuyas expectativas y anhelos fueron puestos de valor por medio de las imágenes sentidas y entrañables en la publicación de Weber.

Su objetivo era saber qué fue de sus vidas y de sus ilusiones. El corolario del viaje fue este documental de impecable factura, donde se pueden apreciar testimonios conmovedores de los protagonistas o de gente cercana a ellos, un emocionante trabajo que se transforma en un retrato estoico y desgarrador de nuestro continente.

¿Por qué decidió emprender este proyecto tras la publicación de su libro?

Pasaron 20 años, en el proceso anterior el registro era fotográfico y tenía que ver con generar un espacio de representación para gente que no encontraba lugar para sus historias en los medios. Es importante marcar que esto comienza a principios de los 90 y las fotos las hice hasta el año 2013. Y en el 2010 comienzo con esta inquietud del documental porque me había dado cuenta de que yo había cambiado en todos estos años y me preguntaba por los sueños y la gente que había compartido esos secretos en ese período que no los veía. Y me sale el impulso de recobrar este encuentro, de enaltecer el valor del encuentro.

POR CINE.AR / LA PELÍCULA ESTÁ DISPONIBLE EN LA PLATAFORMA DE CONTENIDO NACIONAL. 

¿Qué fue lo que más le sorprendió en este nuevo cruce?

Cuando regresé fue muy fuerte encontrar que muchos de ellos me estaban esperando, que tenían la certeza que yo iba a volver, cosa que yo nunca había prometido, ni creo que hubiera podido hacer porque fue muy difícil financiar la primera visita (los primeros viajes los hicimos con becas y subsidios). Y fue muy fuerte y emotivo el encontrar esa respuesta y el encontrar también una enorme capacidad de reflexión sobre las propias historias porque son ellos mismos las que las cuentan. Y rescato también el tema de la resiliencia, la capacidad de recuperarse. En la película se cuentan historias muy fuertes.

Esto tiene que ver con que había un sueño que estaba encapsulado tiempo atrás y que se abre muchos años después y se coteja. ¿Qué pasó con esa vida? Y esto no sólo a nivel personal es interesante sino que también es valioso por el cruce que ellos mismos hacen sobre su vida personal con lo colectivo.

Me encontré con historias muy inspiradoras como la de la abuela de Guatemala cuya preocupación era darles a sus hijas y a sus nietos una educación y ahora dirige una guardería para facilitar que los padres de esos niños puedan tener la disponibilidad de ir a buscar trabajo para sustentar su familia, destaco eso de trabajar para sustentar el sueño de otro. Y me crucé con historias terribles como por ejemplo la de ese chico que quería terminar sus estudios y encontrarme que lo que le sucedió tiempo después fue muy triste.

¿Cuál fue el recorrido del documental?

Estuvo en varios festivales y obtuvo muchos reconocimiento, en Toulouse ganó el premio al Mejor Documental, también estuvo en Brasilia donde recibió una mención honorífica. En el Festival Latino de Seattle y en el Festival Ícaro de Centroamérica, también ganó y participó en varios encuentros más en 2020. Y nos agarró la pandemia y terminó ese circuito de festivales. Luego llegó a las salas, ahora se puede ver en el Malba (Museo de Arte Latinoamericano) de Buenos Aires y por suerte logró llegar tanto a Brasil, Colombia y Perú, países donde se habían hecho los registros y los testimonios y es muy lindo que en esos países tenga audiencia y que la misma gente que participó lo pueda ver.

¿Qué balance puede hacer de la recepción del filme hasta ahora?

Yo estoy muy emocionado en el sentido que la película está encontrando su público y es un aporte a la discusión, por esto de enfrentar al público con testimonios directos de los mismos protagonistas. Y esa fue mi intención original, en el sentido que me llegan comentarios y reflexiones al respecto. Y es un proyecto que creo que apunta a abrir más preguntas, no tanto a responderlas.

Desde el punto de vista técnico, ¿cómo fue el trabajo?

En la película se trabajó siguiendo la línea que se planteó en la primera etapa cuando en 8 países en Latinoamérica pedía a la gente que escriba su sueño en una pizarra con tiza. En esa primera instancia hay una decisión de entender y desarmar la práctica fotográfica documental en sí y de alguna manera entender que si va a aparecer un epígrafe que dirigiera la lectura de la imagen (como suelen aparecer en diarios y revistas), esta debía estar adentro, debía ser colocada por las mismas personas que prestan su imagen y cuentan su historia.

MARTÍN WEBER / EL TRIBUNO DE JUJUY HABLÓ CON EL DIRECTOR DEL FILME

Entonces eso tiene que ver con generar una práctica que fuera de colaboración con aquellos que aparecen dentro de la imagen y son representados. Mucho del espíritu del proyecto se basa en esto de empoderar, de otorgarles poder sobre su representación, donde la palabra es fundamental porque es el recobrar la voz, el ejercitar la libertad expresión porque es la historia de esta persona. Y la película rescata eso desde la imagen que está a cargo de distintos directores de fotografía.

Yo hice algunas cosas pero en general me corro, y me concentré en el audio, donde la palabra es lo central y donde la intimidad construye esta experiencia. Y al momento de observación, hay cámaras lentas que tienen que ver con derretir estas imágenes congeladas de la fotografía y otorgarles movimiento y fluidez y sobre todo actualizar las historias con referencias visuales y metafóricas y ese proceso también tiene que ver con descubrir el entorno que rodea cada una de esas historias porque una de las herramientas fundamentales y uno de mis principales objetivos tuvo que ver con generar contexto.

Tanto en el relato de ellos como en lo visual tratamos de entender cuáles son los fenómenos que los rodean pero también cuál es el paisaje, cuál es su cotidiano, cuáles son los elementos de valor cultural que los rodean y los sostienen.

¿Qué nos puede contar de su actualidad profesional?

Yo sigo trabajando, siempre hago proyectos en simultáneo, y eso me permitió incorporar aprendizaje porque con prueba y error en otros proyectos descubrí que hay algo que puede servir de alguna manera para alguna otra cosa y es fundamental eso para mí. Ahora estoy escribiendo dos guiones de largometrajes de ficción de historias de las que fui testigo. Además, estoy haciendo entrevistas para poder desarrollar una miniserie y también estoy desarrollando una instalación y terminando un libro que está por salir muy pronto de la imprenta.

¿Qué nos puede adelantar del libro?

“MAPA DE SUEÑOS LATINOAMERICANOS” | EL DOCUMENTAL ARGENTINO SE PUEDE VER GRATUITAMENTE.

Es muy actual o parece muy actual porque tiene que ver con el trabajo que yo hice en un momento en el que me estaba convirtiendo en padre y estaba perdiendo el mío y lo estaba viviendo a distancia porque en ese momento yo vivía en Nueva York y mi padre estaba en Buenos Aires. Y vivimos este proceso en gran parte a través de Skype, algo que durante la pandemia todos fuimos forzados a vivirlo de una manera cotidiana.

¿Conoce Jujuy?

En Jujuy estuve para un proyecto llamado "Ecos del interior", que tuvo que ver con la fotografía y con rescatar lugares, sitios simbólicos que tienen que ver con la argentinidad, pensando y reflexionando sobre el tema que al interior se lo busca para construir una imagen idílica del país, pero se le olvida cuando se toman decisiones en el centro del poder de Buenos Aires. Eso me llevó a recorrer todo el país y el Noroeste fue uno de los lugares centrales para encontrar todo lo que tiene que ver con la riqueza cultural del país.