Cuando una película se vuelve famosa, pero muy famosa, los homenajes se multiplican a medida que pasan los años. Las escenas más recordadas se reproducen en un sinfín de homenajes, con versiones más tradicionales y otras más extrañas. Tal es el caso de Titanic, que a más de veinte años de su desembarco en los cines aún tiene una legión de fanáticos. Es probablemente una de las producciones de Hollywood más reversionadas en la historia.
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Cuando una película se vuelve famosa, pero muy famosa, los homenajes se multiplican a medida que pasan los años. Las escenas más recordadas se reproducen en un sinfín de homenajes, con versiones más tradicionales y otras más extrañas. Tal es el caso de Titanic, que a más de veinte años de su desembarco en los cines aún tiene una legión de fanáticos. Es probablemente una de las producciones de Hollywood más reversionadas en la historia.
Lo curioso de la última recreación de Titanic, que es furor por estos días en redes, es que dura apenas un minuto. Y es protagonizada por chinchillas. Sí, chinchillas.
La responsable de tamana ¿genialidad? es la cuenta de TikTok @chinpals. En el clip, de 90 segundos de duración, se pueden ver todas las grandes y recordadas escenas que marcan la historia de amor de Jack y Rose. Resumida con mucho humor. Protagonizada no por humanos: son animalitos.
Todas chinchillas. Esas "ratitas" de cola corta que en la Argentina viven, por ejemplo, en la zona de la cordillera de los Andes, en la frontera con Chile.
Una chinchilla algo peluda gana en un casino los pasajes para el barco, en el rol que jugó en gran pantalla Leonardo DiCaprio. Para diferenciarla de Kate Winslet, que es otra chinchilla pero con una peluca.
En el breve video están todos los momentos claves. La pareja se conoce, hay amor, él la dibuja, se sienten reyes del mundo, llega el iceberg, el barco se hunde, hay desesperación mientras la orquesta toca en la cubierta y, por supuesto, el particular final que nadie podrá olvidar (¿no había lugar para los dos en la bendita tabla?). Todo a vuelo de pájaro, rapidísimo, planteado de manera graciosa y bastante bizarra. Por supuesto, en el fondo canta su hit Celine Dion, esa canción que se volvió un himno al amor, a las películas larguísimas, a los barcos que se hunden y a los corazones que -pese a romperse- siguen andando.