Mario Gómez, 16 años después, responde sin titubear: "Lejos, fue uno de los mejores momentos de mi vida". El extécnico de Gimnasia está trabajando en Indonesia -dirige al Borneo FC en la Super Liga del país asiático- y acepta con gusto conversar con El Tribuno de Jujuy sobre la última gran alegría del "lobo": aquel ascenso el 2 de julio de 2005 a la Primera División.
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Mario Gómez, 16 años después, responde sin titubear: "Lejos, fue uno de los mejores momentos de mi vida". El extécnico de Gimnasia está trabajando en Indonesia -dirige al Borneo FC en la Super Liga del país asiático- y acepta con gusto conversar con El Tribuno de Jujuy sobre la última gran alegría del "lobo": aquel ascenso el 2 de julio de 2005 a la Primera División.
Ese domingo a la tarde, Gimnasia empata con Huracán de Parque Patricios cero a cero y dada la vuelta olímpica en el estadio "23 de Agosto", desatando una fiesta que se prolongó hasta la noche en las calles de la ciudad. Fueron cinco años codeándose con los mejores del fútbol argentino.
"Era un muy buen grupo fundamentalmente. Muy unido dentro y fuera de la cancha. Recuerdo que perder la final con Tiro Federal fue un golpe duro, pero supimos sobreponernos en cuestión de horas porque había que volver a jugar y ganar. Entonces, el premio estuvo en la unidad y fortaleza mental de los muchachos. De otra manera, hubiese sido imposible ascender", recordó Gómez.
También consideró clave el apoyo de la hinchada en todo momento. "Desde la primeras fechas hasta estos encuentros definitorios mano a mano, la gente siempre estuvo presente. Y alentó y nos hizo sentir su presencia. Cada vez que veo los videos, me emociono. Los simpatizantes acompañaron y vaya de qué forma. Un agradecido".
En ese contexto agregó que guarda los mejores recuerdos de sus tres pasos por el club "albiceleste" en diferentes momentos -en el último fue clave para evitar el descenso en el 2013 al Argentino A- y se mostró feliz porque su expreparador físico, Claudio Bóveda, se encuentra en la provincia. "Es que a Jujuy siempre se vuelve", bromeó, dejando un abrazo afectuoso a los "lobos" en un día tan caro para los sentimientos.
Gimnasia llegaba al encuentro definitorio ante el "globo" con la ventaja de haber ganado en la ida por uno a cero con gol de Franco Sosa.
El equipo de Gómez se había consagrado campeón del Clausura, pero había desperdiciado la primera chance de ascenso al caer en el mano con Tiro Federal, el vencedor del Apertura. Entonces, la segunda oportunidad era ante Huracán, que por suma de puntos había adquirido el derecho de pelear por un lugar en la elite del fútbol argentino. Era conducido por Antonio Mohamed y entre sus figuras estaban el joven Mariano Andújar -exarquero de la Selección-, Mariano Juan -un exPekerman Boys- y Daniel Osvaldo -mediático delantero-, entre otros.
Fue un partido controlado por el local, que no dejó influenciar por la ansiedad de los hinchas. Los minutos pasaron y salvo un par de disparos de Roberto Pompei, que había ingresado en el complemento, no pasó nada.
"Me parece que el Lobo que se va de la B, me parece que el Lobo que se va de la B, para nunca más volver", gritaron desde los cuatro costados en los últimos minutos. Es una imagen difícil de olvidar.
Los simpatizantes no pudieron contener las lágrimas en el momento que el árbitro Jorge Ferro decretó el epílogo. Gimnasia retornaba al "fútbol grande" y la alegría era total.
Las calles se poblaron de celeste y blanco.
Todo un pueblo y una provincia festejó aquella proeza que comenzó con Francisco Ferraro que armó el plantel, pero que no pudo concretar el sueño de ascenso al ser convocado al Sub 20 (posteriormente campeón del mundo con Lionel Messi), y que la terminó Mario Gómez con un equipo sólido, unido y fuerte que hizo historia.