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"No se vacunan por mala información y por la poca conducta solidaria"

Por el coronavirus, se está pidiendo a la gente, en especial a los jóvenes, la importancia de la vacunación para evitar complicaciones por los contagios y no saturar las terapias intensivas. El psicólogo clínico de adultos opinó que la negación a vacunarse de algunas personas se debe a las confusas noticias sobre los efectos que producirían y a la falta de respeto y solidaridad con los demás.
Martes, 06 de julio de 2021 01:03

-¿A qué adjudica Ud que haya gente que tema vacunarse?.

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-¿A qué adjudica Ud que haya gente que tema vacunarse?.

-La primera hipótesis que nosotros planteamos respecto a la reticencia o negación lisa y llana para vacunarse tiene que ver con malas comunicaciones de parte de los Estados. O sea que la Sinopharm causa síntomas, que la AstraZeneca te produce tal y tal cosa, y otras informaciones que tendrían que haberse comunicado de forma diferente. Ya dije que al inicio de la pandemia las comunicaciones han sido muy desafortunadas. Pero el otro punto es más complejo, que tiene que ver ya con cuestiones enraizadas en la propia psicología, de temor, miedo y la falta de conducta social. Porque al inicio de la pandemia, más allá de esto que marcamos de las malas comunicaciones, hubo personas que no han tenido y que han manifestado una total falta de solidaridad con el otro.

-¿Ud cree que esto es lo que siente la gente?

-Sí, porque ya superada esta cuestión de mala información, creo que hay muy poca conducta solidaria respecto de cuidar al otro. Y esto, para mí es lo mismo que el uso del barbijo, cuando dicen "yo lo uso por el otro, no por mí". Entonces, una vacuna, en todos los sentidos, es una buena noticia, sea la que sea, y tenga la eficacia que tenga. Usted dirá: Sinopham tiene un 60% de eficacia, es mejor tener un 60% que no tener nada. Entonces, por qué hay esta reticencia: primero por falta de conducta social respecto de la solidaridad y del respeto al otro. Nosotros lo llamamos violencia pasiva. Esto es violencia pasiva, lisa y llanamente, y lo veo también en la calle cuando camino, cuando el otro no me deja circular, cuando al otro los cuidados personales no le interesa. La pandemia lo que marca es que yo no soy un individuo aislado y atomizado, sino que estoy en relación con el otro. Yo no tengo conciencia de la importancia y de los cuidados que tienen que ver mi conducta respecto de lo que afecta al otro, y entonces lisa y llanamente incurro en violencia pasiva. No vacunarme en estos momentos es ejercer una violencia pasiva hacia el otro.

-¿Ese sería el motivo de por qué los jóvenes son más reticentes a vacunarse, por esta indiferencia?

-Digamos, por la situación de indiferencia, por la educación en los jóvenes. ¿De qué nos quejamos las personas adultas de los jóvenes?: de lo irrespetuosos que son en general. Pero por qué en estos momentos: porque no hay una educación, no hay una cuestión de las normas básicas, cómo esforzarte, trabajá, cuídate, se higiénico, las cosas más sencillas del mundo. Y los jóvenes expresan esa falta de cultura referida a la educación que le han dado sus padres, obviamente. Cuando digo padres digo sociedad ¿no? Por eso digo que es mucho más difícil de desactivar eso. Fíjese que se han tomado medidas coercitivas, punitivas, para la falta de conductas sociales y a la violencia pasiva. Pero como la vacuna es un proceso voluntario, no se puede ejercer coercitivamente la vacunación. Ahora, en lo que los gobiernos se "queman las pestañas" es que estando disponible, por qué no se van a vacunar, por qué no van a ir a vacunarse. Entonces, hay dos cosas, por un lado se les dijo a los jóvenes que había que priorizar a los adultos, y eso todavía no se les sacó de la cabeza, no se informa todavía que los adultos en gran porcentaje han sido inmunizados. Y por otro lado, esta cuestión de si justamente a los jóvenes nosotros no los hemos educado en el respeto, en la convivencia básica como sociedad, porque son los que más expresan el nivel de agresividad que llamamos violencia pasiva.

-¿Qué explicación le encuentra a que muchos tienen más miedo al efecto secundario de la vacuna que a la posible muerte por contagio?

-En estos momentos ya solamente se produce un tipo de conducta regresiva, la llamamos infantiles, que es protestar por protestar. Es decir, no hay ninguna lógica en el tema de los efectos secundarios, salvo una conducta infantil de rebelión. O sea no se puede contra-argumentar con que me va a dar fiebre o dolor de cabeza u otro efecto secundario porque no es un argumento racional, es una posición de no me quiero o no me voy a vacunar, como una especie de berrinche social, un infantilismo absoluto, porque repito, sin importar el tipo de vacuna, toda la vacuna es una buena noticia.

-Entonces, ¿qué opina del anuncio del Gobierno nacional de indemnizar a quienes resulten con secuelas por la vacunación?.

-Eso me pareció muy desafortunado, porque eso confirma los miedos. Y eso va a dar motivo para manipulaciones. Es como preparar psicológicamente para que el otro sufra y le encuentre un beneficio al sufrimiento. Es un horror esa comunicación. Por eso digo, desde el inicio de la pandemia, cuando se mostraban los féretros en Ecuador o Italia, la gente muriéndose en la calle, todos los Estados no han hecho más que dar informaciones confusas, falsas. Lo que pasa es que cuando no se sabe algo, en general, los políticos algo tienen que decir, y deberían aprender que cuando no se sabe, es mejor callarse. Entonces, cuando salieron a decir desde el Gobierno nacional que se iba a indemnizar a la gente que va a tener secuela grave, le garantizo que ahora va haber mucha más gente con secuelas reales o imaginarias. Ahora, la sociedad sigue en ese estado de violencia pasiva, esto es de Jujuy muy particularmente, donde hemos detectado conductas con gente con PCR positivo que salía a la calle como si nada, como con cierto placer en contagiar al otro, o no cuidarse. Entonces, el descuido personal termina siendo un atentado y algo violento contra el otro. Y los jóvenes son los que menos se cuidan. Por eso volvemos a la importancia de educar en valores, de formar, y en vez de quédate en casa, yo diría cuídate vos, cuidá tu higiene y tus cosas en lugar de llenar de miedos, el cuidado tiene que ver con todo, con tu cuerpo y con tu cabeza. Como el tema de la violencia de género ¿no?, como de a poco se le va enseñando a la mujer a cuidarse, a no aceptar que alguien la controle, la maltrate, le revise el celular, y esas enseñanzas se arraigan profundamente y se debe hacer lo mismo con la pandemia.

-Desde la Psicología, ¿qué se le puede decir a la juventud y a los que no se quieren vacunar que esto va contra ellos y contra la sociedad como dice?.

-Yo en principio explicitaría eso, o sea: paremos tu enojo hacia los demás, paremos con la violencia hacia los demás, empezando por tu cuidado. O sea, el tema es cuando decimos "vos no te querés cuidar, nosotros te queremos cuidar", y bueno, acá hay todo un estado de rebelión. Pero acá el cuidado tuyo tiene que ver con el otro. Entonces, es una cuestión yo no diría de responsabilidad sino ya de exigencia. Me decía una colega de niños que es estupendo: qué pasa cuando un niño de tres años está con otitis o tiene fiebre, hay que darle un jarabe y el niño cierra la boca. El pediatra me dice que hay que darle alguna cosa, y el gordo te cierra la boca. Pero hay que darle. Esta es la misma posición. Por eso digo que trabajar más es una cuestión de representar la autoridad, de ser firmes en este punto de vamos a vacunar a toda la población, porque la comunicación es tan confusa que cuando hay que ser firmes, se pone un tema voluntario, y cuando hay que ser voluntario, de responsabilidad, se ponen autoritarios, o sea, es al revés y ocasionan confusión. Me parece que esto es una oportunidad de recuperar el tema de evaluar la violencia contra el otro, la violencia pasiva, y del tema de empezar a generar nuevas normas de convivencia muy básicas muy sencillas que partan desde el respeto al cuerpo y al cuidado personal, y a la relación que eso tiene y al impacto con el otro.