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El albañil es el creador de un arte que se construye día a día

Rosendo Vilca deja que su servicio hable por sí solo. La motivación puede verse en la mirada, pero más, apreciarse en sus manos.
Domingo, 29 de agosto de 2021 01:01

Lo agrietado, casi blanco de sus manos deja ver el áspero recorrido que el trabajo realizado dejó como huella en él, a través del tiempo.

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Lo agrietado, casi blanco de sus manos deja ver el áspero recorrido que el trabajo realizado dejó como huella en él, a través del tiempo.

Pero con la distinción de una técnica que sólo él conoce, el obrero deja que su oficio hable por sí mismo en la motivación constante que implica silencio y dedicación.

Entonces aparece enseguida en aquél albañil que sabe de las cosas, la sencilla elegancia al mover sus manos y al compás de un esfuerzo sostenido, deja fundada una casa o un piso hecho con alto grado de humildad.

Y en la piedra que es de arena, el hombre que es de tierra pone todo su sentir, planificando en su mente una danza de números y geometrías, mientras se entretiene apagando el hervor de la cal viva que mancha -casi sin piedad-, su gorra, su ropa, sus zapatos... todo de sí.

LA SIMETRÍA / EL SOL CAE A FILO DE PLOMADA SOBRE EL MURO PERFECTO QUE YA ES.

Con una prolijidad digna y el atuendo cargado de cemento en polvo, logra ser admirado por enfocar la energía en la construcción de lo nuevo.

Treinta y siete años de compromiso con este saber, reflejan una tranquilidad que en sus ojos grandes resaltan a primera hora del día. Al tiempo que, sin prisas, de su mano, la materia lograba crecer.

Entonces salía a la luz su sabiduría en una faena bien realizada que la vida le permitió conocer y que lo mantiene activo desde sus 18 años, instante en que siendo aún ayudante; comenzó a descubrir este universo lleno de bondad, responsabilidad y concreto.

Y es que con el poder constructor que lleva impreso en el alma y el pensamiento siempre puesto en la planificación, Rosendo Vilca mira, analiza y calcula mentalmente los pasos a seguir en labor de la se siente orgulloso.

PISANDO EL CONCRETO FRESCO

"Es lindo trabajar como albañil, es un arte que se hace con las manos, el trabajo escuadrar las mochetas, hacer los losas, revocar es una linda profesión", dijo el obrero.

Porque ser albañil es un arte que se sustenta en el esfuerzo que implica cambiar fachadas, colocar pisos, embellecer espacios u otorgar con exactitud ejemplar, las terminaciones de paredes o techos impecables gracias a la constancia por el cuidado a partir de la intención puesta de manifiesto en la misión que será realidad.

La concentración que antecedía al movimiento, dibujaba el plano sólo perceptible en su cabeza; así buscaba entre sus recuerdos ese bendito momento que le auguraba el principio del camino que eligió como ocupación en el centro, en los barrios o en cualquier lugar.

"He tenido la posibilidad de trabajar en grandes obras viales, en edificios, puentes y casas. Son historias que uno deja, yo paso por ahí y miro y me llevo lindos recuerdos como el puente Belgrano, puente Ledesma, la multitrocha, en Perico, también en Rosario, en Corrientes y en Córdoba", dijo un Rosendo reflexivo antes de martillar las piedras, a modo de palabras que en voz alta aportaba como granito de arena para seguir incentivando la habilidad inquieta a sus hijos.

MARTILLANDO HIERROS / LABOR ARDUA PARA LOGRAR NIVELACIÓN DE EXCELENCIA.

Así, "Don Vilca" -como es conocido por sus clientes- convocó a los materiales que utiliza todos los días de su vida, destacando que el bloque y el ladrillo son nobles, que sólo basta tener los puntos de nivel para terminaciones admirables y que se debe tener siempre en alto, la bandera de la prolijidad, así como la de la esperanza. El croquis del plano que se va a respetar hasta la terminación se arma imaginariamente para develar en silueta limpia, la obra abarrotada de cemento.

Rodeado de estructuras, vigas, hierros y soportes, el trabajo del albañil se hace en el frío o en el calor ya que siempre tiene que haber una mano de obra predispuesta para hacer el trabajo y el factor clima tiene que ayudar para la construcción.

"Para ser un albañil, hay que tener herramientas como cucharas, nivel de mano y nivel manguera; plomada, que es como un trompo que va planificando que quede todo en línea que es la base; y el nivel, que quede todo equilibrado en altura. La manguera de plástico transparente que se llena de agua para obtener los niveles a distancia", describió el trabajador que usa la cuchara para poner la mezcla en los muros y la llana para alisarlos.

FUTURO PISO / PUNTOS DE APOYO ELEGIDOS AL AZAR EN EL FRENTE DEL TERRENO.

"Hay que tener maza, cortahierro, punta, sierra para cortar, fratacho, mandil, cucharines, dentadas y espátulas. También, martillos, tenazas, pala y el metro", comentó el trabajador que cumple su función hasta que el sol cae a filo de plomada, sobre el muro perfecto que con su simetría, deja ver que es bueno que haya un arte en las cosas al contemplar del mundo desde la creación, con la más clara mirada.

Animarse a más

“Yo como les digo a mis hijos, en la vida no hay que tener miedo. Siempre hay que animarse y ver la manera para ser mejor. A los jóvenes les diría que este trabajo es muy bueno, que hace conocer lugares y uno se arma como trabajador”, expresó el obrero de la construcción sobre el oficio que con empeño efectúa y que le permitió plasmar su conocimiento en edificios, puentes y casas.