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No cesa la llegada de visitantes a Tilcara

Desde julio, cuando se inició la temporada turística invernal, la villa quebradeña es el destino más elegido.

Jueves, 30 de septiembre de 2021 01:04

Ya transcurrieron ocho semanas y días desde que finalizó el receso invernal de julio en la provincia, sin embargo no cesan de llegar turistas de distintas partes del país a la Quebrada de Humahuaca y en particular a Tilcara, que está atravesando por meses de bonanzas, después de la época vacas flacas generada por la pandemia del coronavirus.

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Ya transcurrieron ocho semanas y días desde que finalizó el receso invernal de julio en la provincia, sin embargo no cesan de llegar turistas de distintas partes del país a la Quebrada de Humahuaca y en particular a Tilcara, que está atravesando por meses de bonanzas, después de la época vacas flacas generada por la pandemia del coronavirus.

Desde el 30 de ese mes no hay días que no se observe el ingreso de colectivos con contingentes de jóvenes o de adultos mayores que eligen la villa turística para pasar unos días en su visita al norte argentino.

Es común también la llegada de motor home (que se pusieron muy de moda en la reapertura de la actividad y por la crisis económica); y los ya característicos mochileros que llegan en colectivos de línea.

Esta movida turística, no deja de sorprender y generar excelentes esperanzas para el futuro, en los prestadores de servicios que la pasaron muy, muy mal durante el año pasado, y a principios de éste, comenzaron a retomar el trabajo, pero con incertidumbre.

Por el mejoramiento diario del contexto sanitario (debido a la intensa campaña de vacunación contra el Covid -19 implementada por el Gobierno provincial) y las últimas flexibilidades dispuestas, acrecientan las expectativas por la llegada de tiempos muchos mejores y fructíferos.

Sin embargo, esto no es motivo de relajamiento entre los vecinos ni mucho menos en el sector, que mantiene y exige el respeto por las medidas preventivas, respetando las disposiciones del municipio.

Las buenas perspectivas son acompañadas cotidianamente con hermosas jornadas soleadas y noches bellamente primaverales que para los visitantes es como sentirse en el paraíso.

Gran movimiento

Las mañanas y tardes de los días hábiles se mantienen tranquilas en el pueblo, pero cuando comienza la oración y anochece, las calles se colman de personas que van y vienen de un lugar otro.

EXQUISITAS / LAS TORTILLAS QUE OFRECEN LAS HABILIDOSAS TILCAREÑAS

Sucede que los turistas, entre las 7 y 9 de la mañana, después de desayunar, parten hacia otros atractivos en la región, como por ejemplo las Salinas Grandes (una de las 7 Maravillas naturales del país), las Serranías de Hornocal, e Iruya, Salta (al que se accede únicamente cruzando por la Quebrada jujeña).

De regreso, hacen una parada por Purmamarca y Humahuaca, llegando a destino complacidos agotados por el paseo.

Luego de un baño reparador, salen a las calles en búsqueda de degustar una comida típica del norte, comprarse una artesanía, tomarse fotografías y hacer todo lo que puedan para poder contar a sus familias, que estuvieron en Tilcara.

Es entonces que la villa adquiere otra de sus hermosas facetas: restaurantes iluminados, calles por demás transitadas, sonidos de instrumentos y voces seduciendo con el folclore, brasas cociendo carnes despidiendo aromas exquisitos, la plaza central tal vez en sus mejores horas para estar en ella, y el cielo, intensamente oscuro donde las estrellas atraen la mirada.

Nada más placentero que estar en Tilcara en esos momentos de cada fin de jornada.

Una parada imperdible

La situación cambia radicalmente un fin de semana, sábado y domingos ni bien el sol ilumina las callecitas, comienzan a llegar las familias con termo en mano para disfrutar la estadía.

Las vendedoras de tortillas ubicadas en la vereda del Instituto de Desarrollo Indígena las reciben con sus sabrosas especialidades y una taza de mate cocido con yuyos o con api, un poco más allá siguiendo por la calle Belgrano, señoras ofrecen tejidos en lana de oveja y en fibra de llama; y a ambos lados, restaurantes, centros culturales, paseos artesanales, hostales, agencias de excursiones, la oficina de información turística, y hasta un local donde ofrecen vinos de altura hasta llegar a la plaza central, y desde allí hacia diferentes direcciones: museos, la iglesia, más restaurantes y todo lo lindo que ofrece la villa turística por excelencia.