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En Jujuy se animó a atravesar las Yungas, el parque Calilegua y hacer noche en Valle Colorado para ingresar a la Quebrada.
El alma aventurera no tiene edad, barreras económicas, materiales ni emocionales y siempre hay algún "loco lindo" que se encarga de recordarlo. Es el caso de Alejandro "Ale" Druetta unido a Jujuy, con más precisión a Libertador General San Martín, donde vivió parte de su infancia y adolescencia.
Emulando al célebre personaje de Julio Verne que osó dar la vuelta al mundo en 80 días, Ale se animó -en otra escala- a dar una vuelta al país en 100 días, en una motocicleta de uso urbano a la que modificó para esta demandante travesía. Con gran sensibilidad plasmó estampas, personajes e historias de su recorrido en un grupo de Whatsapp "haciendo desear" estar en las rutas argentinas cumpliendo un sueño.
Partió el 2 de noviembre de Tucumán, donde reside, y tiene previsto regresar el 8 de febrero. Pasó por el inicio y fin de muchas rutas, entre ellas la 40, 3, 12, 14, 101, 81, 18, 19 y atravesó 19 provincias. "Dicen que no nos llevamos nada (con la muerte). Lo que es seguro es que nos llevamos todas y cada una de las vivencias", manifiesta convencido.
Aquí su relato en primera persona que hilvanó para El Tribuno de Jujuy. "Mi nombre es Alejandro Druetta. Nací en la ciudad de Santa Fe, me crié y estudié en Ledesma (Jujuy) y vivo hace ya hace 20 años en Tucumán.
Esta idea nació como un descubrimiento cuando miraba un mapa de rutas argentinas en un almanaque de pared, allá por el 2015. El descubrimiento fue idea, que luego fue sueño y después tomó forma de proyecto.
Siempre tuve recursos limitados, por lo que le saco el jugo a lo que tengo. Para la ocasión disponía de una Honda Wave 110, una moto diseñada para uso urbano, con baja exigencia en lo que respecta a potencia y velocidad. Eso le da un plus, un picante al proyecto. Un verdadero aire a desafío. Los preparativos iniciaron con la documentación, los arreglos necesarios (es modelo 2013 y tiene varios kilómetros previos encima), la compra de varios accesorios y adaptaciones de herrería específicas.
Todos mis hermanos colaboraron muchísimo en el proyecto, que se pensó para hacer en entre temporada, para evitar la nieve y los peores calores. Como no llegaba con los tiempos, debí demorar un mes más la salida, con las consecuencias de las altas temperaturas del norte.
El viaje lo empecé el 2 de noviembre pasado. Salí de Tucumán por Tafí del Valle y fui a Santa María, en Catamarca, por ruta 40. Seguí hacia el sur pasando por La Rioja, San Juan, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz, buscando el km 0, más al sur de Río Gallegos, después de más de 4.300 kilómetros. Luego crucé en balsa a Tierra del Fuego para poder llegar hasta Ushuaia, mi primer hito.
A mi regreso tomé la ruta de la costa, logrando entrar a Buenos Aires unos 2.500 kilómetros después. Hice toda la ruta costera desde Necochea hasta San Clemente. Bordeé Caba, pasando por Cañuelas, Luján y Campana.
Salí por el puente Zárate-Brazo Largo con la idea de ir a cataratas del Iguazú. Por motivo de las fiestas me desvié a Santa Fe para disfrutar con la familia y luego retomé viaje hacia Misiones, por Entre Ríos y Corrientes. En Cataratas hice mi segundo hito dentro del recorrido del país.
La búsqueda del noroeste fue recorriendo Chaco y Formosa, llegando a Salta, cerca de Embarcación. En mi viaje tuve y tengo encuentros y reencuentros. Con mis compañeros de la secundaria (Promo 90 de la Etha), he podido coincidir con quienes tuvieron su diáspora post secundaria. Los vi en Villa La Angostura, Río Grande, Mar del Plata, Gualeguaychú, Paraná y Ledesma.
El recorrido buscó desde el primer momento todo el contorno de nuestro país. Representa para mí una infinidad de cosas: empezando como un autoregalo, pagando una deuda conmigo mismo, también es un viaje integral para conocer distintas sociedades, culturas y costumbres de vida de cada localidad por donde pasé".
Descubrir y compartir bellezas insospechadas. Meta cumplida.