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La imagen peregrina recorrió los lotes azucareros y Arrayanal

Lunes, 17 de octubre de 2022 00:55

Luego de permanecer en la localidad de La Esperanza y de visitar a las familias que residen en los legendarios lotes azucareros y en la localidad de Arrayanal, la imagen peregrina de la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya, fue despedida por el pueblo esperanceño, luego de la misa y procesión que se ofició en el templo Nuestro Señor de la Buena Esperanza.

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Luego de permanecer en la localidad de La Esperanza y de visitar a las familias que residen en los legendarios lotes azucareros y en la localidad de Arrayanal, la imagen peregrina de la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya, fue despedida por el pueblo esperanceño, luego de la misa y procesión que se ofició en el templo Nuestro Señor de la Buena Esperanza.

De acuerdo al testimonio de la gente, fueron cinco días de recibir abundantes bendiciones, en especial, aquellas personas mayores y los trabajadores del ingenio, que al estar en tiempo de zafra, no tienen la oportunidad de llegar al santuario de Río Blanco. Con marcada emoción, relataron que fue una verdadera gracia tener cerca a la Patrona del pueblo jujeño, que por primera vez, anticipó su presencia y llegó en el mes de octubre.

El padre Marcelo Valdivia, explicó el motivo por el cual, este año, la imagen llegó durante el mes de las peregrinaciones. “Gestioné para traer la imagen de la Virgen en este tiempo porque en noviembre las parroquias de San Pedro de Jujuy reciben la imagen y permanece durante todo el mes, por lo que nosotros llegamos a tenerla recién días antes de Navidad. Por eso la traemos ahora en octubre”, dijo e indicó que las comunidades de la parroquia fueron las encargadas de buscar la imagen y llevarla al lote que ya estaba planificado. “La visita de María siempre es grata y viene con las manos llenas de grandes bendiciones.

Cada familia que recibe a la Virgen se siente muy bien, renovada en su amor”, expresó. Junto a las familias, la imagen fue recorriendo los lotes por esos caminos polvorientos donde el inconmensurable silencio es profanado solamente por el ruido de las máquinas y camiones que transitan durante el tiempo de zafra. Por allí, pasó María visitando a sus hijos y fue indescriptible la fe, la devoción y la alegría puesta de manifiesto por aquella gente humilde que ve pasar sus días en sus vetustas viviendas, de esos lotes que quedaron como adormecidos en el tiempo.