En la tarde de ayer las calles de la capital jujeña se colmaron de fieles que honraron a María bajo la advocación de la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya en medio de un clima festivo donde las guirnaldas con los colores papales y del manto de la Santa Madre cubrieron las arterias por las que transitó la procesión encabezada por la sagrada imagen que fue llevada en andas decorada exquisitamente con claveles rojos y rosados ofrecidos por los fieles.
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En la tarde de ayer las calles de la capital jujeña se colmaron de fieles que honraron a María bajo la advocación de la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya en medio de un clima festivo donde las guirnaldas con los colores papales y del manto de la Santa Madre cubrieron las arterias por las que transitó la procesión encabezada por la sagrada imagen que fue llevada en andas decorada exquisitamente con claveles rojos y rosados ofrecidos por los fieles.
Ni las fuertes ráfagas de un viento frío que se registraron al momento de la salida de la procesión desalentaron a los feligreses que, con pañuelos blancos en mano, saludaban el paso de la Virgen que fue transportada por gauchos pertenecientes a distintas agrupaciones, quienes como cada año se sumaron a la celebración.
Estuvieron presentes el gobernador de la provincia Gerardo Morales y su esposa Tulia Snopek, el vicegobernador Carlos Haquim, el intendente capitalino Raúl Jorge, el senador nacional Mario Fiad, entre otros funcionarios provinciales y municipales.
En su homilía el obispo Daniel Fernández hizo especial referencia a la difícil situación por la que atraviesan los argentinos afirmando que "el pueblo que camina representa algo muy profundo como lo es un pueblo peregrino" acotando que "la vida es camino y es un proceso que debe ser acompañado por los hermanos con la protección de Dios y de nuestra Madre la Virgen".
Al referirse al beato Pedro Ortiz de Zárate, afirmó que "hace más de 400 años que entregó a los Paypayas una imagen de la Virgen del Rosario y desde ese tiempo es que nace la devoción y el afecto del pueblo jujeño a la advocación, que se sigue manifestando año a año, cada 7 de octubre".
Finalmente, el obispo señaló que "nosotros nos sentimos cuidados por ella frente a la situación que vive la patria donde no nos alcanza para llegar a la tercera semana del mes, por eso los que tenemos fe debemos cuidarla y desarrollar la costumbre de cuidad al prójimo".
Anticipó la llegada del presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea, quien participará de la misa central de mañana en el Santuario.