Por JULIO CERRIZUELA
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Por JULIO CERRIZUELA
¿Te sienta bien Jujuy en lo personal y lo musical?
Sí, las dos veces que toqué ha ido muy bien. Tengo muy buena relación con gente de Jujuy y saliendo de la ciudad, amigos en Tilcara, Humahuaca. Siento que además de venir a tocar visito amigos.
Siempre que venís, ¿dejás mensajes desde la militancia?
En general, la propia vida, la existencia tiene que ver con eso, si no dejamos un mensaje en nuestro transitar, es como que la vida se torna aburrida. Justamente ser músico tiene que ver con eso, haber entregado mi vida a tocar, expresar lo que yo siento con respecto a la música, transmitirlo a la gente y tratar, a través de eso, que su vida sea mejor. En sí, la mía y del que escucha.
¿Sos el bajista predilecto del país?
(Ríe) Yo que sé, soy un músico que tuvo la fortuna, la bendición, de haber estado en proyectos muy importantes junto a Rodolfo García (baterista de Almendra y Aquelarre) y Héctor Starc, en "Tantor", pilares del rock nacional. Ahí arranca mi historia musical profesional. Toqué con muchos músicos. Lito Vitale Cuarteto fue un proyecto muy importante, de muchos años, de grandes discos, giras por el mundo. Haber tocado con Luis Alberto Spinetta y los Socios del Desierto es como un hito en mi historia musical; fue una historia de seis años, intransferible. Transitamos este mundo en soledad, en cuanto a que las experiencias son propias, uno puede contarlas, pero lo más importante es lo que va por adentro. He tocado tango con Adriana Varela, en el teatro Colón música contemporánea. He hecho tantas cosas musicales que me han nutrido, y me siguen nutriendo y conforman esta persona que soy.
¿Con qué década de tu carrera te identificas más?
En general con todo. Me gusta ampliar, proponiendo que cada uno lo lleve a su propia vida. Los momentos de formación son los más trascendentales, es la base de lo que después vamos construyendo. Por eso los recuerdo como momentos muy energéticos, de mucha trascendencia a nivel espiritual, porque después cuando estás formado es en función a eso que construiste. Por eso, la etapa del 72, que empecé a tocar el bajo, agradezco haber conocido a todos los músicos del rock nacional. En sí, la mejor época es esta.
¿Cuál de tus discos solista es el más personal?
Es muy loco, me siento feliz de los discos que hice. Todo lo que estoy diciendo está en mis discos. No me considero un músico de folclore, ni netamente de rock, en el sentido de la música que yo hago, si en otros aspectos me considero músico de rock; no me considero un músico de jazz, al estilo como se conoce, pero, todo eso va a una "coctelera" y sale la música que yo hago. Nací en el conurbano, escuché a los Fronterizos, a Larralde, a Cafrune, a Spinetta, tango, todo eso florece, se mete como el aire en la formación cultural, la música que me sale es un poco de eso. Es difícil, pero el último disco me representa en estos tiempos. Ya tengo un disco nuevo; la pandemia aceleró procesos creativos, siempre en la misma línea de fusión, folclore, afro latino, armonización de jazz, ritmos de américa, canciones, utilizo la voz.
¿Qué te cautiva más de Jujuy?
Uno piensa en Jujuy y piensa en la Quebrada, no sé si eso le gusta mucho a la gente del resto de la provincia. En mi último disco "Adivino del tiempo", todo el arte está desarrollado a partir de los colores de la Quebrada, los cerros, es un disco que terminé estando en Tilcara. Incluye un tema que se llama "Labrador de Uquía", es una poesía de Fava Kindgard a la que le puse música y tocan Juan Cruz Torres y Lucas Gordillo, participa el coro del Capec de Tilcara. Antes de la pandemia venía todos los años, durante los últimos cinco, seis años. Es un paisaje que me emociona mucho y me conecta, que me expande hacia adentro. Es una implosión cultural venir acá. Me despierta cuestiones creativas, es muy inspirador Jujuy.
¿Qué música jujeña escuchas?
Me gusta Bruno Arias, de hecho soy amigo. Me gustan las músicas que están hechas con honestidad, donde los músicos se expresan, más allá de cuestiones técnicas y de cosas virtuosas, armonías complejas; me gusta escuchar y ver músicos que se entregan al arte total y al momento en que lo están haciendo.
¿Te queda algo pendiente en tu carrera?
Siempre tengo proyectos. En realidad soy un músico de autogestión, eso me lleva bastante tiempo. Organizo los conciertos, las giras. Ese salir de Buenos Aires, dentro o fuera de Argentina, genera lazos, que abren situaciones musicales permanentemente. Tengo algunos proyectos de hacer un disco, bajo de seis con cuarteto de cuerdas. Seguir tocando con mi trío, en solo set. Siempre conectado con músicos. Agradezco mucho la amistad, hermandad con músicos con los que empecé hace más de treinta años y de ahí también surgen proyectos.
¿Spinetta, "El Indio", Vitale, fueron bisagras en tu carrera?
Sí, quizás. Lito Vitale muchísimo. En su proyecto desarrollé una especie de estilo musical, en el cual sigo montado. Una fusión de folclore, tango, rock progresivo. Fue muy importante para mí. Spinetta es igual, donde vaya, percibo la influencia que tuvo en el mundo. Después de él, ya no hay nada.
¿Entonces es cierto que no hablás del "Indio"?
(Ríe) Fue un proyecto interesante, buenísimo, una experiencia sociocultural, musicalmente yo me comprometí, como en todo lo que encaro. Lo disfruté desde un lugar, tenía en claro cuál era el disfrute, pero no es comparable con los otros proyectos.
¿Vendrías a vivir a Jujuy?
A la ciudad, creo que no. Sí a Tilcara, a Uquía. De hecho en algún momento estuvo en mi mente la posibilidad de estar algún tiempo del año viviendo por acá.