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Reivindicando mujeres de la historia

Es el autor de la obra “íViva la Matria! (la verdadera historia de Parda María)”, que se presentará este fin de semana (viernes y sábado) a las 21, en el Centro Cultural “Tizón” (Hipólito Yrigoyen esquina Junín).Se trata de una obra en formato radial-escénico, que se estrenó el año pasado, de la Compañía Filodramática Los Demiurgos. La obra reivindica a María Remedios del Valle, conocida como la Parda María.
Jueves, 10 de febrero de 2022 01:04

Manuel Belgrano, a cargo del Ejército del Norte, en la guerra de la independencia, nombra capitana a María Remedios del Valle, una mujer afro-criolla que se destaca por su valentía en el campo de batalla. Esta es la base histórica de esta creación de Carrizo, que cuenta con la actuación de Silvia Gallegos, Anita Irahola y el propio Carrizo, con locución de Fabián Gorena; y la dramaturgia lumínica y sonora, de Julia Carrizo Solanas.

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Manuel Belgrano, a cargo del Ejército del Norte, en la guerra de la independencia, nombra capitana a María Remedios del Valle, una mujer afro-criolla que se destaca por su valentía en el campo de batalla. Esta es la base histórica de esta creación de Carrizo, que cuenta con la actuación de Silvia Gallegos, Anita Irahola y el propio Carrizo, con locución de Fabián Gorena; y la dramaturgia lumínica y sonora, de Julia Carrizo Solanas.

La puesta se hace en el marco del programa "Teatro en vacaciones" de la municipalidad capitalina.

Alejandro Carrizo además es autor de "Micaela, un continente" obra que se puso en escena el año pasado sobre la vida de Micaela Bastidas, y en su literatura, la mujer suele ser exaltada. Hablamos con él sobre esta tendencia, que se subrayó en estos dos últimos años, considerando estas creaciones teatrales.

¿Cómo asumís desde tu lugar de creador esto de reivindicar a mujeres de la historia, en "íViva la Matria!" y en "Micaela, un continente", también escrita por vos?

El rol de la mujer en la guerra de la independencia fue apasionante, pero no se conocía casi nada; el machismo en los historiadores fue determinante, sobre todo el de Mitre, y, bueno, el de muchos otros. Yo debo reconocer (y agradecer) la pasión y la gran información que me brindó una querida amiga: María Isolina Comas, cuando hicimos el "Manual de Jujuy". Y de Micaela yo había investigado mucho cuando vivía en Buenos Aires, donde me encontré con el hermoso libro de Boleslao Lewin: "La rebelión de Túpac Amaru". Por esa época me dediqué a investigar porque habíamos planeado una ópera con Carlos Marrodán (que dirigía el Grupo Vocal Argentino) y Raúl Carnota (que era mi vecino). Finalmente ese proyecto no se concretó. Pero yo seguí investigando cuando volví a Jujuy en los '90 y monté la revista "El Duende" y luego la editorial.

¿Cuál es el proceso de esa escritura, representando estos personajes que fueron silenciados?

Mis personajes -tanto la Parda María como Micaela Bastidas- provienen de un proyecto maravilloso como experiencia creativa y grupal (de actuación y dirección) del radio-teatro que fue "El romance del Éxodo", esa radio-novela que, creo, es la primera vez que Jujuy gana un premio nacional Argentores. Ahí, por supuesto, acudí a Felipe Pigna y sus libros sobre las mujeres de la Independencia.

¿Es ficción de todas formas?

El proceso es imaginar situaciones y acciones que, si bien son ficcionales, tienen una base histórica fiel. Lo demás es "humanizar" a estos personajes acartonados de la historia argentina. En ese proceso me basé en la novela de Horacio Carrillo, "El romance del Éxodo", una joya romántica. Después le agregué elementos de los pueblos originarios, de cuestiones más "mundanas" y cotidianas, sin perder la pasión por la lucha política. En eso me sirvió mucho la clínica que tuve con José Sanchis Sinisterra, ese gran maestro de la dramaturgia.

¿Y cómo se funda esta motivación personal para estos textos, como hombre de las letras?

Cuando volví a Jujuy, en los años '90, tuve contacto intenso con mujeres intensas: Olga Arédez, Nélida Fidalgo, Gloria Pérez (campintaguasu Ava-Guaraní), mi querida Olga Demitrópulos, y luego su hermana Libertad Demitrópulos. En casi todos los casos, mujeres importantes no demasiado reconocida. Pero yo ya había escrito las canciones "Jujuy mujer", "Lavandera chaguanca", "La cruzalteña", siempre referido a mujeres. Siempre admiré en las mujeres, su no claudicación, su compromiso con la cultura. Es como que la mujer (y sobre todo la de la guerra de la independencia) no tiene miedo a la castración, va al frente; además, se hace cargo de la continuidad de la especie. Y tengo en mis obras una gran compañera: mi hija Julia.

¿En "íViva la Matria!", por qué se pensó en formato radial sabiendo que se presentaba en teatros?, ¿Qué le aporta este recurso a la obra?

El personaje de la Parda María nació con el "Romance del Éxodo" (radio teatro también de Los Demiurgos, estrenado hace tres años), es decir nació para la radio, porque ya tenía "identidad" en ese antecedente con un personaje secundario que fue evolucionando a protagónico. Si bien yo venía encantado con haber ganado (también primera vez una obra jujeña) ese primer premio nacional entre 100 obras que fue el Teatro Nacional Cervantes, con "Micaela, un continente" puesta que se estrenó el año pasado con la actuación de Agustina Orquera y dirección de Pablo Carrizo), cosa que me entusiasmó con continuar el tema con mujeres, la Parda fue pasando a primer plano. Y entonces vino la posibilidad de hacer "radio en el teatro"; que no es ni más ni menos lo que se hacía antes en las radio-novelas: con público en la sala. Con Julia (Carrizo Solanas), le pusimos algunos condimentos lumínicos y sonoros y estrenamos en el Mitre. Igual, tratamos de mantener el formato "antiguo" de la radio-novela, y sobre todo, recuperar la mística de la historia. Como decimos al principio de la Matria: "el arte hará la justicia que ni la historia ni la política hicieron".

Además, te cuento que estamos ensayando, con el mismo elenco, más Saturnino Peñalva, una comedia dramática (ésta sí para teatro-teatro) "Oniricidio" que, espero, estrenaremos en mayo de este año. Y ya terminé una obra nueva (becketiana) "No lo digas, no lo creo", de tres mujeres en la guerra de Malvinas.

Actriz que hace a Parda María

Silvia Gallegos, reconocida y prestigiosa actriz jujeña de trascendencia nacional, es quien personifica a la Parda María en "íViva la Matria!".

Fue muy importante poner en escena esta obra, teniendo en cuenta que el año 2020 fue el año de la reivindicación de la Parda María, y la intención fue llevarla a las escuelas, cuestión que no pudo concretarse por la pandemia.

Personificar a una heroína del Ejército del Norte, no reconocida hasta el momento, es muy fuerte, cuenta Gallegos, "porque al público se le hace una mezcla de esto de Viva la Matria, lo que nos sale cuando cantamos el Himno, y más cuando se habla de Jujuy y de nuestros hechos".

Y continúa: "A mí como actriz, lo que más disfruto es la responsabilidad de hacerlo y la posibilidad de estar en el escenario y ver que el público se emociona, y que el grito de 'íViva la Matria!' es cada vez más fuerte y ahogado de emoción".

Es muy bueno poder hablar de las mujeres de la historia, la reivindicación que una viene militando. Hacer ver que las mujeres no figuramos en la Historia.

La obra con detalles de diálogos, y otros recursos humaniza a los personajes, y nos lleva a lo cotidiano de esas mujeres.

La historia

La sinopsis de la obra dice que las huestes de Belgrano regresan a Jujuy después de los triunfos de Tucumán y Salta… Pero no todo es éxito.

La villa está devastada y el enemigo no deja de arreciar. Ante el peligro latente, una capitana toma el mando de las acciones: María Remedios del Valle, la "Parda María", la más heroína de las mujeres que sostienen la gloria del Ejército del Norte. Ella conduce un batallón de amazonas. Es ella, la Parda María, la gran capitana y sus mujeres, la que defiende la villa de Jujuy hasta las últimas consecuencias con todo el fervor de la Patria naciente…

Sin embargo, pasados los años, el olvido y la injusticia del patriarcado oligárquico y centralista la marginan hasta la miseria. Así sucedió –y muchas cosas más– con mujeres como éstas, condenadas por féminas, por negras y por románticas…

Pero más que los historiadores, los artistas se encargaron de la necesaria justicia.

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