Ya nada será igual. Ya nada podrá ser igual. El mundo se reacomoda durante la guerra, y se reacomodará aún más en la posguerra. Y todavía se está reacomodando en el comienzo de esta pospandemia que se resiste a abandonar el escenario, aunque ya pasó a un oscuro tercer plano. Y Argentina, todavía no sabe en qué lado quedará parada. Le debe al FMI y al socio principal, EE.UU., haber obtenido el crédito récord que la entidad otorgó a un país, (más alto que el que le dieron a Macri, y en condiciones razonables) pero los desencuentros internos en el gobierno motivaron que el propio Fondo advierta que el programa "está sujeto a riesgos excepcionalmente altos" tanto por cuestiones externas como por el clima interno del país.
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Ya nada será igual. Ya nada podrá ser igual. El mundo se reacomoda durante la guerra, y se reacomodará aún más en la posguerra. Y todavía se está reacomodando en el comienzo de esta pospandemia que se resiste a abandonar el escenario, aunque ya pasó a un oscuro tercer plano. Y Argentina, todavía no sabe en qué lado quedará parada. Le debe al FMI y al socio principal, EE.UU., haber obtenido el crédito récord que la entidad otorgó a un país, (más alto que el que le dieron a Macri, y en condiciones razonables) pero los desencuentros internos en el gobierno motivaron que el propio Fondo advierta que el programa "está sujeto a riesgos excepcionalmente altos" tanto por cuestiones externas como por el clima interno del país.
La vulnerabilidad Argentina a las conmociones y la compleja situación social y política local, permiten imaginar que nuestro país, ni siquiera pasaría la primera inspección obligatoria del FMI que llegará en apenas tres meses. Y que debería comenzar a implorar reconsideraciones de todo tipo. Y desde allí, nada será igual.
Como si eso fuese poco, durante los actos del 24M, como en el jueguito del Antón Pirulero, cada cual atendió su juego. Despreciando la oportunidad de mostrar unidad sólida honrando al hito histórico de Memoria, Verdad y Justicia, la convirtieron en una disputa de morondanga, diría una expresidenta, y sólo lograron agravar los enfrentamientos. Desde entonces, nada es igual. Unas voces del Frente de Todos, intentan la concordia aunque sea para sostener un matrimonio por conveniencia, pero muchas más apuntan a profundizar las diferencias.
Como todo se realiza en clave preelectoral, queda la duda si el kirchnerismo apuesta a blindar su núcleo duro, y dejar pasar el turno del 2023, para intentar volver más adelante. Contaría para ello con que el escenario que le quedaría a un hipotético gobierno de otro signo: un terreno devastado, minado por una loca inflación, un humor social pestilente, más todos los vencimientos del nuevo crédito que el FMI espera para cobrarlos implacablemente. El ministro albertista de Obras Públicas Gabriel Katopodis, deslizó un análisis sincero: "Tenemos la responsabilidad de conducir al conjunto, no nos van a perdonar que no estemos a la altura. Cuando se cuente que estuvimos casi al borde de una guerra mundial, si se escribe que la dirigencia del FdT estuvo disputándose en cuestiones internas, bueno, la verdad es que nos van a cagar a palos todos los peronistas y también todos los argentinos". Entonces, ya nada será igual.
En JxC parecen creer que con votar sin fisuras por la aprobación del acuerdo con el FMI, ya cumplieron con su deber y volvieron a enfrascarse en su interna, más elegante que la del oficialismo, pero igualmente feroz. Gerardo Morales, el gobernador jujeño, es principal protagonista de la pelea, por sus convicciones y por conveniencias electorales que lo ayudan a afianzar su posicionamiento como candidato a presidente. Pero juega con fuego. La estridencia de sus declaraciones (casi siempre más duras con sus amigos cambiemitas que con sus amigos opositores) pueden volverse en su contra. Advierte que Cristina, La Cámpora y el kirchnerismo "se quieren llevar puesto al Presidente, para que la expresidenta vuelva a gobernar", y no afloja sus golpes a Larreta, Bullrich y Macri (con quien hasta rechazaría compartir una fórmula).
Y para seguir rayándole la cancha a Mauricio, que había elogiado a Carlos Menem como un "peronista moderno y pacificador", GMP descartó de plano al menemismo, cerrando el paso a muchos dirigentes y peronistas que recuerdan con afecto los gobiernos del riojano y miran con más simpatía al JxC que al FdT. Hizo lo propio con el ascendiente libertario Javier Milei, mientras desde el PRO le abren las puertas. Así el GMP apuesta a sostener la pureza centroizquierdista de su tropa, antes que ampliarla sumando fuerzas para un gobierno de coalición maduro y respetuoso. Usa el ejemplo del FdT, al que califica de amontonamiento, pero no puede desconocer que ese "aglomerado" barrió al gobierno de Cambiemos. Lo que ocurrió después, es la cuestión a debatir. Pero en JxC ya nada es igual que en el 2019.
El GM llevó a sus intendentes jujeños a una reunión en Buenos Aires, para mostrar la musculatura radical desde Parque Norte a todo el país. "Tenemos 412 municipios y tres gobernaciones, somos un partido de gestión", se ufanó y horas después, participó de una cumbre por el cambio climático, y tuvo un lugar principalísimo en la foto junto al Presidente Fernández, varios gobernadores, funcionarios albertistas y cristinistas.
"Deberá dejar de ser Dr. Jekill y Mr Hyde en algún momento" deslizaron desde filas larretistas, indignados porque el ministro del Interior Wado De Pedro, anunciaba por esas mismas horas que los fondos "que Macri le había transferido ilegalmente a Larreta y que recuperaron de la CABA (cuestión que aún sigue judicializada), se repartirán entre Misiones, Salta y Santa Fe, para combatir el narcotráfico".
"Pero el foro radical no dijo nada mientras le exigía a Alberto obras y plata para sus municipios" gruñían. La Cámpora aprovechó para acusar al GM de fogonear al divorcio entre AAF y CEFK para arrimarse a cogobernar preparando su candidatura. ¿Será que el GMP está persuadido de que en política, como en el amor y en el boxeo, cuando uno no quiere, dos no pueden, por eso revuelve el cuchillo en las heridas del FdT? Y dejan entrever que Sergio Massa sería el celestino del maridaje. Todos lo negaron, pero con lavado entusiasmo. En el espacio de JxC todo debería desembocar en unas PASO, única manera de resolver sus intríngulis sin que llegue la sangre al río. En FdT, aún nadie lo sabe.
En Jujuy se espera el mensaje del GMG este viernes en la Legislatura. Los jujeños y la oposición necesitan anuncios nuevos. Cauchari, Litio, Cannabis, la construcción de escuelas y el tren de la Quebrada, buenos proyectos que le dieron excelentes resultados durante seis años de gestión, (como la permanencia de Milagro Amalia Ángela Sala en prisión). Ahora se espera clara rendición de cuentas y nuevas ideas para pavimentar el resto del mandato y el proyecto presidencial.
¿Vendrá la necesidad de la reforma constitucional, nuevo código electoral, boleta única de papel o electrónica, la cacareada innovación, etc. etc.? Todo muy político. En el mundo y en el país, ya nada será igual. En Jujuy, las urgencias, obligan a la necesaria modernidad de un sistema cada vez más amplio y republicano.