Jujuy ya vive con profunda fe y devoción las honras a la Virgen de Punta Corral, la "Mamita del cerro", celebración que congregará a más de cien mil peregrinos que desde el pasado miércoles recorren las calles del pequeño pueblo quebradeño antes de iniciar el ascenso hacia el santuario, sin medir el estado físico en que se encuentran, ya que la meta es llegar y cumplir con la promesa de arrodillarse a sus pies.
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Jujuy ya vive con profunda fe y devoción las honras a la Virgen de Punta Corral, la "Mamita del cerro", celebración que congregará a más de cien mil peregrinos que desde el pasado miércoles recorren las calles del pequeño pueblo quebradeño antes de iniciar el ascenso hacia el santuario, sin medir el estado físico en que se encuentran, ya que la meta es llegar y cumplir con la promesa de arrodillarse a sus pies.
Niños de corta edad acompañados de sus padres a la par de ancianos devotos, todos recorren el camino a Punta Corral con la misma fe, experimentando el esfuerzo que implica caminar más de veinte kilómetros, subir a más de 4.000 metros de altura y soportar temperaturas bajo cero o un sol abrazador, muchos cargando promesas de metal en agradecimiento a la gracia concebida.
Pedir o agradecer. Todos caminan con la pesada carga que les dejó la pandemia. Enfermos en proceso de recuperación, familiares a quienes no podrán volver a abrazar, trabajos perdidos, angustias no superadas viajan en las pesadas mochilas junto a la carpa, bolsa de dormir y ropa de abrigo.
En la capilla no solo los espera la Virgen Milagrosa, sino que se podrán cruzar con los sacerdotes que además de escuchar penas y faltas llevarán una palabra de aliento, un mensaje de superación. Luego de un reparador descanso, en la jornada de hoy la mayoría de los peregrinos emprenderá el camino de regreso, muchos de ellos aliviados y otros con la esperanza de que la Virgen les conceda lo pedido, pero todos, absolutamente todos, aferrados a su manto sagrado.
Tumbaya se preparó por meses para esta gran fiesta que después de dos años de pandemia se reanuda con más fuerza. Las calles con banderines y la música de los sikuris serán testigos esta tarde de la emoción con la que todo un pueblo recibirá a la "Mamita del cerro".