En 1884, a 35 años de la última protesta formal de nuestro país, la cuestión de la soberanía volvió al centro de la escena política. El presidente Julio Argentino Roca vigorizó la acción diplomática, buscando dirimir la cuestión por intermedio de un arbitraje.
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En 1884, a 35 años de la última protesta formal de nuestro país, la cuestión de la soberanía volvió al centro de la escena política. El presidente Julio Argentino Roca vigorizó la acción diplomática, buscando dirimir la cuestión por intermedio de un arbitraje.
El 15 de diciembre de 1884 el Instituto Geográfico Militar publicó un mapa de la República Argentina que incluía a las Malvinas, lo que provocó preocupación en la Embajada del Reino Unido en Buenos Aires.
Durante la presidencia de Miguel Juárez Celman, el ministro de Relaciones Exteriores, Norberto Quirno Costa, presentó una nueva carta de protesta al enviado británico en la que repetía la posición argentina: "Hoy, como antes, el gobierno argentino mantiene su protesta respecto a la ilegítima ocupación de las Islas Malvinas, que no abandona ni abandonará jamás sus derechos a esos territorios y que en todo tiempo, hasta que le sea hecho justicia, los considerará parte integrante, en la prioridad del descubrimiento, de la ocupación, de la posesión iniciada y ejercida en el reconocimiento tácito y explícito y en la adquisición por tratado de estos últimos que pertenecían a la España".
A partir de la creación de la ONU y hasta 1965 los esfuerzos diplomáticos argentinos estuvieron centrados en el ámbito de ese organismo. A fines de 1950 el Congreso Nacional declaró formalmente a las islas como "posesión argentina". Siguieron los reclamos diplomáticos argentinos que se extendieron hasta fines de 1981. Las dilaciones caracterizaron esta etapa y el 2 de abril de 1982 se produjo la recuperación de las Malvinas. Desde aquel entonces no ha habido un foro internacional en que nuestras autoridades no hayan reclamado la soberanía sobre las islas que fueron, son y serán argentinas.