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Movimientos y desenlaces conjeturales

Lunes, 04 de abril de 2022 01:03

 

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Ni el homenaje a los caídos y veteranos de la guerra de las Islas Malvinas consiguió que el Presidente y la vicepresidenta pudieran saltar las barreras del rencor y se mostraran unidos para honrar a los héroes de aquella guerra justa para los argentinos, manejada por un hato de imbéciles que quisieron usarla para perpetuarse en el poder. Alberto Ángel tuvo su acto y Cristina Elisabet el suyo. AAF en el Museo Malvinas, entregó medallas y pidió a Inglaterra que desmilitarice el archipiélago y que reanude los diálogos diplomáticos por la soberanía. Fiel a su estilo, recordó que los pormenores de aquella guerra se conocieron "gracias al informe Rattenbach que difundió Cristina", y pidió un aplauso para excombatientes y sus familiares. La señora, en el Congreso, entregó diplomas a los excombatientes, y aprovechó para destacar el pedido que ella realizó en el 2012 para identificar a los soldados enterrados como NN en Malvinas: "Fue una propuesta del cantante inglés Roger Waters, cofundador de la banda Pink Floyd". También ironizó sobre la herencia dejada por Macri y avisó que le había enviado de regalo al Presidente el libro "Diario de una temporada en el quinto piso" (del Ministerio de Economía, en la época del presidente Alfonsín y el ministro Sourrouille) del sociólogo Juan Carlos Torre, que relata las negociaciones de entonces con el FMI. Y explícitamente CEFK sugirió a la portavoz presidencial que no salga hoy a decir que nunca le obsequia nada a su compañero de fórmula. En los dos actos, y con cara de circunstancia, estuvo Sergio Massa, tratando de consolidar su rol de "puente" entre las espaldas de las principales figuras del gobierno, y de ofrendarse como una posible salida de la crisis. Lo ocurrido casi alcanzó el rango de una triste demostración de desprecio por la gesta malvinera, usada como carne de cañón de una interna despiadada. Debe haber sido también un día de no muy feliz cumpleaños para el Presidente.

Hubo movimientos de piezas en el tablero político y Gerardo Morales precandidato tuvo un lugar casi protagónico. Por ejemplo, aunque parezca extraño, el otrora poderoso ministro de Economía (de Menem y De La Rúa), Domingo Cavallo, se refirió a la posibilidad de la aparición de un nuevo frente político del que alguna vez hablamos en esta columna. Habló de la "vocación mediadora" y oportunista de Sergio Massa, de quien dijo, ya podría dejar de intentar ser el balance entre Alberto y Cristina y dedicarse a ensayar una alianza con el radicalismo de Gerardo Morales. El imaginario de Cavallo no dista de muchas opiniones, que aun larvadas, hacen sentir su ebullición en cotizados bolsones de la vida política argentina. Se trataría de ensayar un espacio, distanciado del kirchnerismo y del macrismo (¿la avenida del medio?), justo ahora que el GMP reitera sus embestidas en contra de Mauricio y del cristinismo duro. Leyendo entre líneas al GM, asoman esas líneas de pensamiento. El viernes en la Legislatura, dijo, por ejemplo: "No me corran con que soy populista"; "Dejen de mirar solamente las diez manzanas que rodean a la city porteña"; y puntualizó: "La gente está harta de las peleas de los políticos"; "Yo voy a estar siempre apoyando lo que sea bueno para el país". En buen romance, el macrismo y sus pretensiones y el kirchnerismo y sus actitudes, producen una fuerte urticaria en la espalda del GMP, aunque recite sueña con la unidad de Juntos por el Cambio, y vive el pragmatismo que lo acerca a la chequera del albertismo. Su cercanía al massismo, nunca reconocida oficialmente, se sostiene con fuerza desde el sector de Primero Jujuy del vicegobernador Carlos Haquim, de origen compartido con el Frente Renovador del titular de la Cámara de Diputados, convierten en posibles todas las especulaciones que se lanzan.

El GMP analizaba los movimientos internos en JxC, poniendo sobre la mesa datos llegados desde el corazón de Wall Street, epicentro financiero del mundo, donde crece la curiosidad por las posiciones que van tomando Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, a quienes les asignan grandes chances de suceder a los Fernández. Les interesa saber quiénes van conformando los equipos económicos de los precandidatos que asoman con posibilidades. Con la jefa del PRO, se alinean Luciano Laspina y Carlos Melconián, y con el jefe de la Caba, el exministro Hernán Lacunza. El GMP sigue duro en su campaña y dicen en su entorno que el próximo paso será conformar, y anunciar, un sólido equipo de economistas, asesores políticos y de campaña, claves en su ascenso preelectoral. También mira la actitud de los gobernadores peronistas, casi todos dispuestos a adelantar sus elecciones, para salvarse de ser arrastrados por el posible indeseado final del gobierno de Alberto, aunque eso signifique firmar el certificado de soledad del Presidente y de defunción del proyecto de reelección. El GMP aún no resolvió si volverá a adelantar las elecciones. Primero deberá tener claro el futuro de JxC y recién ponderar si para la fórmula local será mejor adelantarse, o esperar y "colgarse" de una, dos o más fórmulas que arme la oposición, como fue en el lejano, lejanísimo 2015. Pero los tiempos se acortan rápidamente.

A propósito, el GMG cumplió la manda constitucional de abrir el 160° período de sesiones de la Legislatura. Todo clásico. En la calle barras adictas y opositoras, fuerte vallado policial, forcejeos con algunos contusos, y repudiables agresiones a trabajadores de prensa por manifestantes "combativos". En el recinto, otro racconto de seis años de gobierno, sobre los conocidos proyectos del GMG, algunos ya en marcha, unos en ejecución y otros esperando ser realizados. Merecieron aplausos la creación de una universidad provincial de los oficios y el trabajo, y el pase a planta de seis mil empleados contratados, que la burocracia del Estado tenía demorados. El GMG harto de esperar lo resolvió de un decretazo, pero no desarmó el aparato de impedir que sigue indemne. Si alguien esperaba definiciones sobre la declaración de necesidad de la reforma de la Constitución y el llamado a elección de constituyentes, deberá esperar un poco.

Importante: en la semana, el GMG tomó juramento, como ministro de Gobierno a Normando Miguel Álvarez García, de cuna radical y fuerte trayectoria, con la misión de restaurar en esa cartera la presencia y el protagonismo político en todo el territorio provincial; y devolvió a Primero Jujuy el Ministerio de Trabajo, en la persona del diputado haquimista Gaspar Alberto Santillán. Junto al titular de Hacienda y Finanzas Carlos Sadir, ese trío deberá enfrentar la pelea más dura e ingrata de los meses que se vienen. Duros e ingratos como pocos se han visto en los últimos años.

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