Desde la Unión Industrial de Jujuy plantean una gran preocupación por la situación macroeconómica del país. Pesa el encarecimiento y escasez del gasoil, la escalada y dificultad de disponibilidad del dólar y las medidas de restricciones a las importaciones que retrasan el acceso y llegada de insumos, demorando la producción industrial e incrementando los costos.
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Desde la Unión Industrial de Jujuy plantean una gran preocupación por la situación macroeconómica del país. Pesa el encarecimiento y escasez del gasoil, la escalada y dificultad de disponibilidad del dólar y las medidas de restricciones a las importaciones que retrasan el acceso y llegada de insumos, demorando la producción industrial e incrementando los costos.
Los insumos son eje de una de las mayores preocupaciones, ya sea por el costo de los agroquímicos, la falta de cubiertas o el ingreso de repuestos importados, que impactan de lleno en la industria.
"Estamos muy preocupados por la situación del país. Todavía se nota el faltante de gasoil y esto hace que las operaciones no sean normales en cuanto al flujo; además, el que se consigue está muy por encima de los valores con los que se estaba trabajando en la estructura de costos", explicó a El Tribuno Federico Gatti, presidente de la Unión Industrial de Jujuy.
Planteó que el menor flujo de camiones en las rutas denotan el retraso en la llegada de los insumos que se están trayendo, desde maquinarias hasta embalajes, que generan demora en la producción y en la entrega de los bienes. Se vincula con la nueva restricción para importar que se lanzó recientemente desde el Gobierno nacional, que trajo complicaciones en algunas industrias porque entre el 30 y 40% de los bienes de uso que se necesitan para producir tienen algún componente importado.
Precisó que la restricción para el uso del dólar que se debe financiar a 180 días complica, ya que ningún proveedor internacional le daría crédito a una empresa argentina por seis meses. Incide en la falta de cubiertas y repuestos de tractores, con lo cual si una máquina se para, repercute en una parálisis del sector y encarece los costos de producción. "La no disponibilidad del dólar que tiene hoy el Banco Central hace que todas las operaciones se demoren. Hay que aceitar los mecanismos para importar insumos, sobre todo vinculados a la actividad agropecuaria, que son necesidades puntuales y en un tiempo determinado", afirmó Gatti.
La inestabilidad y el impacto
Consultado sobre la intención de la ministra de Economía de mejorar las exportaciones, Gatti explicó que depende mucho de los sectores. “La inestabilidad política y la macroeconómica hacen que sea muy complicado trabajar en tiempo y forma y poder abastecer a los clientes”. Entiende que se puede estar de acuerdo con lo manifestado por la ministra, pero aseguró que “en la realidad cuesta mucho”. Precisó que se suma el encarecimiento de los fletes internacionales, sobre todo el marítimo que aumentó mucho producto de la guerra de Rusia y Ucrania. A modo de ejemplo, planteó el de la exportación de fruta fresca del Norte argentino a Europa, que es casi a pérdida, por lo que el sector citrícola está complicado por la baja rentabilidad. Planteó que el tema del gas no está resuelto ya que los contratos que se firmaron están muy por encima de los valores del año pasado.
“Hay empresas que están pagando desde el 60 a 300 % más de lo que pagaba el año pasado el gas y eso hace que la desventaja que teníamos respecto al resto del país, sobre todo con la zona centro y sur que reciben el gas de la cuenca de Neuquén, esa brecha se sigue ampliando”, precisó Gatti sobre otro de los temas que preocupan a Jujuy. Respecto al fomento de la producción de biodiésel para descomprimir la escasez de combustible en el país, Gatti explicó que no implica al sector azucarero, pero que es necesario mejorar la producción que se había desincentivado con la nueva ley, y la ve como una solución para el país que ayuda a palear la importación a precios internacionales.
Sobre el sector azucarero, explicó que hay dos problemas. Es el segundo año de seca tras un verano de mayor sequía que del 2020-21, por lo que hubo una gran caída de rendimiento de tonelada de caña por hectárea, que se recupera con un mayor porcentaje de azúcar por tonelada. Explicó que si bien el estrés hídrico produce que genere un poco más de jugo, aseguró que eso no suple que haya habido menos cantidad de caña por hectárea, fue del 15 al 20% menor. El segundo problema en el sector son los insumos, el gasoil más caro, el aumento de precio de los agroquímicos y que no hay disponibilidad de cubiertas ni repuestos disponibles para maquinarias, que requieren una logística importante para lograr tener el 100% de las máquinas operativas.