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¿Es tiempo de nuevas sociedades políticas?

Lunes, 15 de agosto de 2022 01:01

Cada día es más difícil encontrar en la gestión del Gobierno nacional los pilares sobre los que apoyar el entusiasmo y el convencimiento para superar la crisis. El propio Gobierno no ayuda. Massa transcurre sus primeros días como ministro, como le ocurrió a Silvina Batakis, sin la "luna de miel" que siempre se otorga al recién llegado. Mientras no logra que alguna figura de peso acepte acompañarlo en el clave "viceministerio" de Economía, él, detrás de su verborragia casi teatral, se desliza, zigzagueando entre la tensa expectativa que hoy se le va escurriendo como el agua entre los dedos. Todo lo que hace Sergio genera la sensación de que está en campaña para él, pensando en el 2023, mientras, de un lado, Alberto Fernández se esfuerza por tener apariciones frecuentes en las que no corrige su manía de discursos grandilocuentes sin contenido, con las que logra una centralidad efímera y cada día más oscura.

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Cada día es más difícil encontrar en la gestión del Gobierno nacional los pilares sobre los que apoyar el entusiasmo y el convencimiento para superar la crisis. El propio Gobierno no ayuda. Massa transcurre sus primeros días como ministro, como le ocurrió a Silvina Batakis, sin la "luna de miel" que siempre se otorga al recién llegado. Mientras no logra que alguna figura de peso acepte acompañarlo en el clave "viceministerio" de Economía, él, detrás de su verborragia casi teatral, se desliza, zigzagueando entre la tensa expectativa que hoy se le va escurriendo como el agua entre los dedos. Todo lo que hace Sergio genera la sensación de que está en campaña para él, pensando en el 2023, mientras, de un lado, Alberto Fernández se esfuerza por tener apariciones frecuentes en las que no corrige su manía de discursos grandilocuentes sin contenido, con las que logra una centralidad efímera y cada día más oscura.

Cristina Elisabet Fernández de Kirchner, está llegando al límite de su paciencia y su tolerancia. Permitió (ordenó) el retiro de su gente del área de energía, lo que constituyó una retirada estratégica y no un avance significativo del massismo, pero La Cámpora retiene con más energía que antes el control de "las cajas" del Estado y la fuerte territorialidad que ellas le asignan. CEFK soporta a Miguel Pesce en el raquítico Banco Central, mientras hace saber que sigue aborreciendo los recortes del gasto fiscal y el achicamiento de planes sociales. Seguramente la señora prepara para antes de 60 días alguna reacción fuerte y una reaparición importante.

Según la mayoría de los economistas y empresarios, una devaluación del 30% parecería ser el shock clínico indispensable. Pero llevar el dólar a $200, sin que el Estado haga un real achique de gastos, y sin que la "casta política" (Milei dixit) muestre un mea culpa y un acto de constricción de su muy buen vivir en un país que sostiene sus récords de pobreza, indigencia y hambre, de nada serviría el esfuerzo, y se esfumaría. El dólar ronda los $ 296, el Riesgo País los 2.400 PB, la inflación del 7,4% de julio podría bajar a 6% en agosto, con lo que el escándalo se mantendría gozando de buena salud.

El ministro Massa viajará a USA en pocos días: buscará dólares, apoyos políticos y empresarios y sobre todo oxígeno para sobrevivir. No lo ayudarán a mostrarse como el titán que llegó al gabinete ni la errática política exterior argentina, ni los flagrantes incumplimientos con los compromisos. Tampoco declaraciones como las de la portavoz presidencial, la experiodista Gabriela Cerruti, con rango de ministra, cuando dice con impostada naturalidad que con la llegada de Massa "recuperamos una cierta sensación de estabilidad", o cuando Matías Tombolini, el secretario de Comercio, afirma: "¿En qué se fija la gente? ¿En lo que aumenta igual o menos que la inflación, o en lo que aumenta más que la inflación? En lo que aumenta más. Entonces, ¿qué te parece? Que todo aumentó más. Es todo una cuestión de percepción que juega ahí". Suena a tomadura de pelo a todo el país. Mucho menos ayudarán en las gestiones ante el mundo financiero las renovadas sombrías relaciones entre el presidente Fernández y la vicepresidenta Fernández, cada día más tensas, e inocultablemente sin destino.

RUBÉN RIVAROLA / FURETE APOYO DEL JEFE DE GABINETE A SU CONDUCCIÓN

La suerte del oficialismo lleva atada a su carro la mascarada de la oposición que cada vez necesita gritar más fuerte que está "sólidamente unida", porque fácticamente, la realidad le corroe el cartón pintado con que se cubre las fisuras por donde pierde presión. Quieren "dar por terminados los episodios", último recurso linguístico para evitar explicar o debatir (es como decir "no estoy quebrado, mientras la fractura expuesta aparece a simple vista). No son serios y como no ofrecen todavía un programa de gobierno coherente, que sería lo único que los podría reposicionar frente a los votantes, la gente tampoco considera que apoyarse en Juntos por el Cambio hoy brinda certezas de superar las crisis. ¿Será el tiempo de nuevas alianzas, de armar nuevos frentes? ¿Acaso será el momento de intentar un "pacto de la Moncloa" al estilo argentino, como sugirió el destacado referente político del viejo y querido MPJ, don Simeón Moreno, en "El Pulso de la Semana TV" de Canal 7, recordando la figura dialoguista, libertaria y republicana del doctor Horacio Guzmán?

Aquí en Jujuy, a Gerardo Morales se le complican los tiempos. Lilita Carrió lo metió en la bolsa con aquellos a los que les reclamó "decencia" y dejar en claro que pasados negocios o acuerdos con Sergio Massa no se repetirán. El GM estalló, como toda la cúpula de JxC. Pero su explícita amistad de años, y de pasadas campañas, con Massa no despejaron todas las brumas hacia adelante. Además, el GM es pragmático, y está peleando su candidatura presidencial, en una jungla donde los porteños del PRO recurrentemente tienden a ningunearlo y a retacearle participaciones significativas en las encuestas que encargan casi diariamente. GM, a todas luces, tiene más predicamento que el que el PRO y los propios radicales le consideran. Pero esa es otra pelea. Por ahora el GM y la Legislatura restablecieron la normalidad del Superior Tribunal de Justicia de Jujuy, y antes que termine agosto, afirman en su círculo más cercano dirá finalmente si habrá convención constituyente o no. Casi todo el arco político estaría dispuesto a acompañar una reformar moderna y necesaria, incluya o no posibilidad de "plan B" para dar continuidad al Poder Ejecutivo, tema a debatir. Mientras van resurgiendo versiones de precandidatos que se alinean: algunos que permanecían hibernando asoman de nuevo, otros como novedosas alternativas hacen su debut entre "los y las posibles". Pero aparece también otra alternativa. ¿Otro frente?

La visita de Juan Manzur a Jujuy repotenció la conducción de Rubén Rivarola al frente del Justicialismo. Entre la tarea de presidir la reunión de vicegobernadores de las diez provincias del Norte y bendecir la creación de la liga de Legisladores y Concejales de esa gran región, el jefe de Gabinete coincidió con la necesidad de unificar criterios, lograr una unidad útil y no despreciar la posibilidad de acuerdos extendidos y quizá nunca vistos antes. Refirmó la idea de que la única forma de escapar de un laberinto es saliendo por arriba. Y lo dijo con inteligencia, mirando que muchos gobernadores como Gustavo Saénz en Salta o Sergio Uñac en San Juan ya anuncian elecciones anticipadas, y otros como Juan Schiaretti en Córdoba tejen alianzas con compañeros y correligionarios, rompiendo barreras y sumando coincidencias. Tanto entre todas las cosas que se dijeron en esas reuniones, como entre las que no se dijeron, apunta, embrionaria, la posibilidad de un futuro diferente. Ojalá se pueda aprovechar.