El Tribunal en lo Criminal Nº 3 condenó a la pena de nueve años de prisión efectiva a un hombre, luego de quedar debidamente acreditado que abusó en reiteradas oportunidades de su propia hija.
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El Tribunal en lo Criminal Nº 3 condenó a la pena de nueve años de prisión efectiva a un hombre, luego de quedar debidamente acreditado que abusó en reiteradas oportunidades de su propia hija.
El hombre fue hallado autor material y responsable del delito de "abuso sexual con acceso carnal (varios hechos)", hechos ocurridos en la ciudad de Palpalá.
Así también, ordenó la obtención del perfil genético del condenado a los fines de incorporarlo al Registro Nacional de Datos Genéticos vinculados a Delitos contra la Integridad Sexual, una vez firme y consentida la sentencia.
El Tribunal estuvo integrado por los jueces María Margarita Nallar (presidenta de trámite), Ana Carolina Pérez Rojas y Mario Ramón Puig y la secretaría a cargo de Silvana Anún.
Sobre la acusación
De acuerdo con la requisitoria de la Fiscalía, en el periodo de tiempo comprendido del 14 al 20 de agosto de 2020 (durante la pandemia), en un inmueble de la ciudad de Palpalá, el acusado convivía junto a su hija y su esposa.
En esas circunstancias se pudo establecer que el inculpado aprovechando la ausencia de su pareja, quien se encontraba internada en el hospital 2Wenceslao Gallardo" debido a que había contraído el virus Covid-19, obligó a su hija en reiteradas ocasiones a tomar té y jugo que él preparaba con alcohol etílico.
Esto provocó que la víctima alcance un estado somnoliento y que no tenga capacidad para defenderse, situación que el depravado aprovechaba para abusar sexualmente de la niña.
Como representante del Ministerio Público de la Acusación se desempeñó Darío Osinaga Gallacher, quien solicitó para el imputado la pena de 11 años de prisión, mientras que los querellantes María Virginia Eliazarian y Joaquín Campos, representantes del Centro de Asistencia a la Víctima, requirieron la pena de 14 años de prisión para el hombre enjuiciado.
La defensa técnica del condenado fue ejercida por los abogados Luis Fernando Bóveda y Franco Santiago Vera, quienes pidieron para su defendido la absolución lisa y llana por el beneficio de la duda.