En la Sala II del Palacio de Tribunales de la provincia de Tucumán, continúa el juicio oral y público que se le sigue al joven jujeño Facundo Guerrero, acusado de tirar de un cuarto piso a su entonces novia, también jujeña, Ana Gabriela Ríos.
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En la Sala II del Palacio de Tribunales de la provincia de Tucumán, continúa el juicio oral y público que se le sigue al joven jujeño Facundo Guerrero, acusado de tirar de un cuarto piso a su entonces novia, también jujeña, Ana Gabriela Ríos.
En la jornada de ayer declaró el imputado y en lugar de exponer su hipótesis sobre el supuesto suicidio de su novia, se encargó de introducir en el recinto que la víctima tenía problemas de alcohol, monetarios y de depresión.
El debate que también se sigue a través de una sala de videoconferencia, presenta una llamativa desprolijidad, donde la defensa del imputado interrumpe en cualquier momento los interrogatorios y hasta se tomó atribuciones en diferentes pasajes de dirigir el debate, ante un Tribunal que permite intrascendentes diálogos entre las partes sin que se les llame la atención.
Con todas estas descripciones, ayer el imputado Guerrero se tomó licencias hasta de responder con otra pregunta al interrogatorio del representante de la querella Juan Mussi y tutear a la Fiscal de Cámara Estela Giffoniello.
Guerrero en su relato dijo que la relación con Ana Ríos "venía mal" y que esa madrugada del 30 de marzo del 2018, su novia llegó de un pub alrededor de las 5 donde trabajaba de moza, con "un fuerte aliento a bebida blanca".
Dijo que Ana llegó llorando porque se había peleado con el dueño del local y la había despedido. El imputado en todo momento describió como "histérica" y "loca" a Ríos, cuando relataba los episodios que derivaron en las graves heridas que sufrió la víctima luego de caer de una pronunciada altura y que la Justicia tucumana investiga si se trató de un homicidio.
El lenguaje corporal de Guerrero estaba en otra sintonía con lo que decía ante el Tribunal. Tenía las cejas levantadas en todo momento y el juego de manos era incómodamente excesivo para sus explicaciones.
Ante un permisivo Tribunal, Guerrero tuvo tiempo hasta de decir que los informes médicos de un galeno que lo examinó, eran falsos.
El mensaje de Whatsapp
Guerrero dijo que Ana lloraba porque debía plata a prestamistas y que le había ido mal en una materia y él le decía que no se preocupara que iban a salir juntos de esta situación, que "la plata es lo de menos".
Luego dijo que su novia recibió un mensaje de Whatsapp, de un chico que le quería vender una mochila y allí empezó una discusión por el horario del mensaje, entrando en una confusa contradicción de 40 segundos de diferencia, donde ahora el imputado contó en el recinto que le había manifestado a Ana Ríos sus deseos de terminar la relación con la joven porque creía que le estaba siendo infiel.
Contradicciones y escuetas respuestas
Facundo Guerrero encogió los hombros e irguió su cuerpo al momento de contar la escena. Dijo que luego del mensaje de Whatasapp que Ana Ríos recibió, él decidió terminar la relación y entonces la joven intentó arrojarse.
Guerrero dijo que la salvó, que la tomó con todas sus fuerzas de atrás y no la dejó ni un solo instante, ni cuando ella le pedía por favor que la dejara ir al baño, que quedaba del otro lado del patio.
Ana Ríos se orinó en sus pantalones porque Guerrero no le permitía ningún movimiento y las excusas que dio ante la pregunta de la fiscal de Cámara y de la querella sobre el por qué del impedimento, su escueta respuesta fue que no sabía qué más hacer, porque tanto él como ella lloraban y no la quería dejar sola ni un solo instante.
Luego detalló muy brevemente que se fue a la cocina a traer trapos para limpiar el piso, donde la dejó sola y allí fue cuando su novia se dirigió hasta la puerta ventana del balcón y se arrojó al vacío.
La escena del departamento que figura en el expediente judicial, es la de la foto, donde se puede observar una silla derribada y un colchón apoyado en una mesa.
Guerrero expuso además en su relato que ese colchón estaba en el piso e impedía el paso al balcón, es decir que la joven habría tardado varios segundos en ponerse de pie, retirar el colchón de una plaza y llegar al balcón.
Ante la pregunta de la Fiscalía por el desorden de la habitación y la silla tirada en el piso, Facundo Guerrero manifestó que con el fragor del momento, cuando Ríos cayó al vacío, él bajó y volvió a subir para sacar una manta y una almohada.