Un niño de 11 años que era brutalmente agredido fue apartado del hogar donde vivía con su madre y la pareja de esta, luego de que los docentes de un establecimiento primario denunciaran el hecho.
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Un niño de 11 años que era brutalmente agredido fue apartado del hogar donde vivía con su madre y la pareja de esta, luego de que los docentes de un establecimiento primario denunciaran el hecho.
El aberrante hecho salió a la luz días atrás cuando el niño se quebró y terminó contando a su compañero las agresiones de las que era víctima por parte de su madre, una efectivo de la Policía de la Provincia y la pareja de esta, una efectivo de la Policía Federal.
Si bien el hecho gira alrededor de un estricto hermetismo, nuestro diario supo que luego de la denuncia formal que realizó el cuerpo docente en contra de las mujeres, el fiscal Javier Sánchez Serantes, especializado en estos tipos de delitos, ordenó la imputación de las mujeres por la supuesta coautoría de lesiones leves, se ordenó que se les quite las armas reglamentarias y que se continúe con la investigación con las personas en libertad.
Esta decisión causó un profundo malestar en la comunidad educativa y en los familiares paternos del niño, que iniciaron las acciones legales correspondientes para tener la guarda y están convencidos de que si no fuera por el pedido de ayuda de la víctima, se podría estar hablando de una verdadera tragedia.
Nuestro diario tomó conocimiento de que el niño fue examinado por un médico pediatra en el hospital Materno Infantil, quien diagnosticó una grave lesión en la mandíbula de vieja data, que podría haber sido producto de un golpe con un objeto rombo animado, como un golpe de puño. Además de cicatrices en las piernas compatibles con agresión con un cinto ancho (similar a la indumentaria de los policías) y hematomas en la espalda, compatibles con lesiones con un objeto contundente (tonfa de policía).
"Lo disciplinaban"
Luego de la intervención de la línea 102 y la disposición de la Justicia en apartar de ese hogar al niño, que evidentemente corría riesgo su vida, la progenitora se hizo presente en el establecimiento y lejos de cuidar su función como auxiliar de la justicia, se mostró muy violenta y manifestó que tanto ella como su pareja lo que hacían en realidad era "disciplinar" al niño.
De allí se desprendió que la víctima de 11 años era obligado a despertarse a las 4 de la madrugada y realizar los quehaceres domésticos, como lavar los pisos, las prendas de vestir, cuidar a su hermano y las formas de castigo eran dejarlo sin almuerzo ni cena, además de ser ferozmente agredido.
Con todos estos datos, los docentes fueron hilando cabos y cayeron en cuenta de que el comportamiento del niño, que era retraído, solitario y triste, era por el calvario que vivía en su casa, pero además asistía a clases excesivamente abrigado y era para ocultar las serias heridas que cicatrizaron solas.
"Sobre la causa"
Por otra parte, se supo que en estos días el niño será citado a prestar declaración en Cámara Gesell y no se descarta que se pueda agravar la situación procesal de las efectivos policiales, que de momento continúan en libertad.
Una fuente judicial le confió a nuestro diario que sobre la progenitora del niño pesan varias denuncias sobre maltrato infantil y los familiares paternos esperan una rápida repuesta por parte de la Justicia, porque el niño tiene un hermano más pequeño y temen que corra la misma suerte.