Este viernes se presenta Yista Pal Dun, en el Centro Cultural "Héctor Tizón".
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Este viernes se presenta Yista Pal Dun, en el Centro Cultural "Héctor Tizón".
Silvina Montecinos, una de las integrantes del grupo dialogó con El Tribuno y dio detalles de la presentación de la agrupación que se autodefine como "una grupa de mujeres percusionistas, bailarinas, poetisas, reunidas en Tilcara".
¿Qué significa Yista Pal Dun?
En la música africana hay familias de tambores, en la música afro que hacemos, de la región de Guinea, hay un tambor específico que se llama Dun. Y la yista es la piedrita que se usa para extraer el jugo de la coca. Entonces hacemos una metáfora, que refiere a sacarle el jugo al tambor. El dun es el tambor más grande, el que lleva, el que más suena, también el que más pesa.
¿Cómo aparece la fuerza del mujerío en la propuesta?
A través de danzas, percusión, poesía, teatro/ritual vamos narrando las historias de voces olvidadas y calladas, las voces de las raíces que nos conectan, de las luchas que atravesamos mujeres y disidencias en busca de la reconstrucción de nuestra memoria conjunta. Es fuerte que seamos todas mujeres, en general la percusión se asocia a los varones, por la fuerza.
Comenzamos a juntarnos para levantar la voz en contra de los femicidios. Cuando tocamos algo fuerte sucede, como si se encendiera un fuego, eso produce este ensamble de mujeres. Hicimos una bomba explosiva.
¿Qué objetivos persiguen?
El objetivo más importante de este proyecto es la creación de un espacio creativo cuidado que posibilite el aprendizaje horizontal y autogestionado entre mujeres, ocupando como protagonistas escenarios y espacios artísticos con perspectiva de género generando espacios libres de violencias.
¿En qué se encuadra la propuesta?
En esta búsqueda, incorporamos distintos lenguajes y disciplinas artísticas como ser: danzas (Africanas tradicionales de Guinea, mapale, contemporánea, folklóricas Argentinas,) percusión (tambores africanos, bombo fantasía, accesorios) poesía, teatro, performance y canto. Usamos instrumentos africanos, andinos autóctonos de la zona que habitamos, del folklore latinoamericano y los reencontramos resonando en un mismo espectáculo.
¿Cómo aparece el tambor en sus vidas?
Tiene que ver con dos compas más jóvenes del grupo, Morena Álvarez, una referente de la música afro de Jujuy y Antonella Correa, que estaba de pasada por Tilcara y tuvo que quedarse por la pandemia. Ella al ser santiagueña, sostiene el estilo del bombo fantasía y ellas comenzaron a pasarnos toques. El resto venía de tocar en batucadas. A mí siempre me interesó la percu y se aglutinó un deseo. Aprendimos juntas todos los toques.
¿Cómo les va con la inserción de su proyecto?
Recién vamos dos años, aún pasa todo por lo autogestivo. El gran motor es el deseo nuestro, tanto individual como colectivo. Fomentamos el deseo colectivo. Nosotras no solo tocamos, sino que también nos maquillamos, peinamos, hacemos el vestuario; para nosotras un show son muchas cosas, como un gran ritual. Movernos implica una gran logística. Todo el gasto ha sido cubierto con lo recaudado en teatros, bares, restoranes, plazas, calles. Hacemos presentaciones donde podamos para seguir sosteniendo el proyecto.
¿Qué se podrá ver el viernes?
Un collage con la percu como eje. Narración, recitados. Fuerza de las mujeres en escena. Tenemos dos invitadas, Viole Romero, de La Plata y Dani García, que ahora vive en Tilcara. Mostramos normas propias en forma de espectáculo. Volcamos experiencias individuales, algunas somos actrices, escritoras
¿Cómo definirías al proyecto?
Somos mujeres y disidencias que planteamos otra mirada en relación con los géneros. Es muy importante para nosotras habitar espacios, escenarios, porque son ámbitos mayoritariamente ocupados por varones y sabemos que el hecho de accionar es un montón. Nuestra lucha no es discursiva, sino de acción, trabajo, creación. Los textos que elegimos tienen que ver con ligarnos al territorio, ponemos mucho cuidado en el cuidado de la tierra, la alimentación. Cuando la lucha se vuelve acción es distinta, no es solo una marcha, un reclamo o una pancarta; se hace una forma de vida. La primera acción de lucha es poder juntarnos a ensayar. Nuestros textos hablan de lo que es ser mujer, negra, no ajustarse a directivas patriarcales.
¿Habitar Tilcara es necesario para este proyecto?
No me lo habían preguntado ni me lo había preguntado tampoco, pero sí. Tiene que ver con salirnos del ritmo cotidiano y entrar en otro tiempo. Acá es menos el costo de vida y eso repercute en más tiempo. En las grandes ciudades se hacen muchas cosas para cubrir el costo de vida, acá eso es distinto. Algunas compas son artesanas, tienen puesto en la plaza y ensayamos ahí, para no entorpecer el trabajo.
¿Qué se viene en adelante?
Estamos armando una gira por Capilla del Monte, Córdoba. El Encuentro Plurinacional de Mujeres, en San Luis, en octubre y tenemos una invitación a Bolivia para un encuentro de música de tambores que será en noviembre.
La presentación de viernes comienza a las 20,30 en Hipólito Yrigoyen 1302, esquina Junin.
Para saber más sobre Yista Pal Dun, pueden encontrarlas en la red social Instagram como @yistapaldun.