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Cuando Eva Ruíz se jubiló, pensó que podría dedicarle más tiempo a su nieto Nicolás, quien buscaba formarse. Creía que debía prepararlo para cuando ella no esté, pero un giro fatídico hizo que el joven, de tan solo 18 años, perdiera la vida. Desde entonces ella lucha por seguir adelante, acompañando a su esposo quien vive limitado por las secuelas de un ACV que asumen, llegó a causa de su tristeza.
Para Eva Leonilda Ruíz de Peloc, su nieto era todo. Lo había criado y cobijado desde niño cuando Nicolás Barconte perdió a su padre por cáncer y su madre Natacha se fue a estudiar para poder procurarse un futuro. "Cuando él tenía cinco años perdió a su padre, Darío Barconte, y me di cuenta que él nunca pudo superarlo, por eso lo llevaba al psicólogo. Él se quedó conmigo", recordó Eva. Detalló que terminó la primaria en el Colegio Che Il, pasó el secundario por el Blas Pascal, Cristo Rey y Ceija de donde egresó en 2014.
Recordó que "Nico" tenía muchos proyectos y se había anotado en una escuela de cocina para cursar luego Gendarmería. Se preparaba así y físicamente lo hacía yendo al gimnasio.
Un sábado, en los que Eva acostumbraba a ir a su iglesia de Jesucristo de los Últimos Días, se despidió de él con un beso, le dejó la ropa y esperaba verlo allí o en casa de su hermana donde irían a almorzar; más tarde supo por su esposo que Nicolás se había ido a San Antonio con un amigo. No llamó, ni llegó a dormir y ella se alarmó. Aún recuerda que en la Policía preguntó y debió insistir con la toma de la denuncia ya que se la minimizó esgrimiendo que, por su edad, se podía haber ido con una novia o de fiesta, algo que le indignó.
El lunes volvieron a la comisaría y allí se les informó que debían ir a El Carmen. "Ahí estaba su moto, me dijeron que tenía que ir al día siguiente a la morgue judicial. Fuimos con mi hijo a reconocer su cuerpo, era él. Nunca pensé que estas cosas me iban a pasar; tengo 73 años y siempre lo preparaba para el día que me tenga que ir. Yo lo tome con calma", relató acongojada.
Posteriormente sus amigos le contaron que el festival al cual habían asistido se suspendió por que un grupo no quería pagar, y al perder de vista a su amigo Nicolas había emprendido el regreso a las 20.30 y el siniestro vial en la moto fue en la ruta 9, a la altura de la Escuela de Los Ábalos. "La gente me comentó que un auto blanco lo tocó, venía en una moto 150cc, perdió la estabilidad y dio contra el colectivo que iba a El Carmen", explicó.
Eva no encontraba palabras para describir el amor inconmensurable que tenía por su nieto. "Cuando era chico jugaba en el Club Gimnasia y Esgrima, estudiaba música, era un joven con muchos proyectos", dijo. "Lo recuerdo como un niño alegre, sano, solidario, le gustaba ayudar a la gente", agregó.
Su pérdida fue tan significativa que al poco tiempo su esposo, Esteban tuvo dos ACV y quedó en silla de ruedas. "Para mí era todo porque él me acompañaba. Es muy difícil porque uno no está preparado para enterrar a un nieto, a un hijo, aunque me había pasado, perdí a mi primer hijo de dos años pero con Nico fue diferente porque lo vi crecer", relató. No obstante, se aferró mucho a Dios y eso le hizo comprender que luego de esta vida hay otra y lo volverá a encontrar. Además, junto a su esposo decidieron no hacer ningún reclamo legal por el incidente vial ni saber quién fue el responsable, confiando en la voluntad divina y como una forma de superarlo.
Junto a Estrellas Amarillas
Ante la pérdida de Nicolás, su madre Natacha quien vive en el Sur, se contactó con la referente de la Asociación Estrellas Amarillas, Julia Maigua y cuando ella pintó la primera estrella amarilla por su hija sobre la avenida Fuerza Aérea, Eva la conoció. Es que siempre apoyan las actividades de la organización a las que convocan.
"Siempre que hay una actividad estoy presente. Compartimos algo, tratando de ayudarnos a calmar ese dolor que no se nos va ir nunca; ayudar a las personas para ver cómo va a transitar su vida", explicó Eva Ruíz de Peloc.
Lo hizo en alusión a uno de los objetivos del grupo que suele brindarse mutuamente contención además de crear conciencia sobre los siniestros viales tendientes a evitar que se produzcan nuevas tragedias donde se pierdan más vidas.
En memoria de Nicolás Barconte, su nieto, pusieron una estrella sostenida por hierro. Sin embargo, con el tiempo supieron que desapareció junto a la cruz, aunque desconocen si la quitaron por ser ruta nacional o si fue vandalizada. En noviembre, Eva participó junto a los referentes Julia Maigua, Santiago Chávez y otros, en un acto conmemorativo por el Día Mundial de las Víctimas de siniestros de tránsito.