Tres tipos de quesos de cabra producidos en Huacalera ganaron otros tantos premios en el concurso nacional realizado en Santa Fe. Fue el 12º Encuentro Nacional de quesos que se hizo en la localidad de Totoras, donde participaron más de 220 de estos productos lácteos y que en esta ocasión incluyó a empresas que producen de cabra, oveja y búfala.
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Tres tipos de quesos de cabra producidos en Huacalera ganaron otros tantos premios en el concurso nacional realizado en Santa Fe. Fue el 12º Encuentro Nacional de quesos que se hizo en la localidad de Totoras, donde participaron más de 220 de estos productos lácteos y que en esta ocasión incluyó a empresas que producen de cabra, oveja y búfala.
El encuentro que reúne usualmente productos de leche de vaca y es organizado por la comisión directiva de Totoras que aglutina a la zona núcleo productora de leche, donde el Instituto Nacional de Tecnología Industrial oficia de comisario de concurso y asesor técnico. Así lo explicó el ingeniero en alimentos Antonio Toledo, del Departamento de Agroindustria del Inti, y señaló que ese organismo avala la correcta evaluación de los quesos, el aspecto técnico, procurando que sea imparcial todos los aspectos técnicos para su evaluación.
"Los quesos son evaluados por jurados especializados de todo el país. Evalúan atributos sensoriales del producto, al que les asignan un puntaje, y en base a eso se les da premios, medallas de oro, plata y bronce", dijo. Aclaró que se les entrega un informe con los detalles de cómo les fue, esperando que les sirva como una herramienta para mejorar la calidad de sus productos.
"Llevamos los productos, con la buena fortuna de que en este primer concurso, los quesos de Jujuy representados por La Huerta Tambo sacaron medallas de bronce y de oro en las distintas categorías en las que se han presentado", destacó Toledo. En categoría pasta blanda, el queso cremoso jujeño obtuvo el segundo premio, en la categoría pasta semidura se llevó dos medallas, el primero por su semiduro con orégano y el tercero con su queso criollo.
Toledo recordó que a raíz de esta convocatoria, Inti se ocupó en principio de conocer y tomar contacto con las empresas de todo el país que produjeran quesos de cabra, e invitarlas a participar del concurso. Además, se encargaron de la conexión, la logística y en algunos casos de buscar y llevar los quesos al concurso, siempre que estuvieran habilitados. En el caso específico del NOA llevaron estos quesos de cabra de Jujuy, y de vaca de Salta y Tucumán, cuidando la cadena de frío para que lleguen en condiciones al concurso.
Explicó que la empresa jujeña es la primera vez que participa y está habilitada según los requisitos del Código Alimentario Argentino para expender sus productos a nivel nacional, cuenta con tránsito federal y para exportar, y con el Inti tiene un vínculo cotidiano de asistencia técnica. "Si bien la provincia tiene una historia y una cultura quesera caprina muy importante, hay un tema con la habilitación de los productores artesanales que entre varias instituciones de la provincia estamos intentando buscar una solución, para que puedan estar habilitados y expender sus productos", explicó.
Destacó que Jujuy está comenzando a tener un protagonismo importante en la producción de quesos y que está en condiciones de producir productos de muy buena calidad dentro de la matriz quesera, que se reflejó con los premios.
Finalmente, recordó que el Inti brinda asistencia a determinados rubros en la industria, entre ellos la de alimentos, incluidos los productores queseros, de cereales, carnes, legumbres, hortalizas, frutas tropicales, entre otras que se requiera, brindando apoyo técnico para el desarrollo de una cadena determinada.
Producen toda la cadena
Los quesos jujeños que fueron premiados se elaboran en la empresa “La Huerta Tambo”, donde realizan el ciclo completo de producción, y su fábrica está ubicada en Huacalera, en plena Quebrada de Humahuaca, fundada por la familia Manzur
“Somos el tambo de cabras más grande del país”, describió Florencia Manzur, gerente de Marketing, quien es economista y administradora de Empresas. Trabaja en la empresa junto a su padre, Fernando Manzur, su hermano del mismo nombre, además de primos y tíos. “En nuestra familia siempre se elaboraron quesos de cabra, desde que soy pequeña. En el año 2016 decidimos establecer una fábrica y escalar los volúmenes de producción de leche para lanzarnos al mercado”, explicó la graduada en la Universidad de San Andrés, Buenos Aires, y master in Management, que cursó en Escp París, Francia.
Dijo que entre otros proyectos de su familia, este es uno de los más queridos, ya que trabajan juntos. Desarrollan todo el proceso productivo, desde el nacimiento de la cabra, el ordeñe y la producción de los productos lácteos, garantizando la trazabilidad total de los mismos. Detalló que se hace un proceso integrado, único, abarcando la totalidad de las etapas de la cadena productiva, que se inicia con la siembra y cosecha de alfalfa en campos propios, que es el principal alimento de las cabras, le sigue la producción lechera y elaboración de lácteos. También realizan la distribución del producto en las góndolas.
La cartera de productos es variada, producen ricotta, quesos blandos, cremoso, fundido untable, quesos criollos clásicos y saborizados con ají, pimienta, orégano y albahaca; quesos semiduros, provoleta y quesos duros, sardo clásico y con pimienta. También elaboran dulce de leche, clásico, y versión con chocolate. Todos los productos son libres de gluten y elaborados con 100% de pura leche de cabra. Los comercializan en Jujuy, Salta, Tucumán, Córdoba, Buenos Aires, Santa Fe, Santa Cruz, La Pampa, Neuquén, Chubut, Tierra del Fuego, entre otras provincias. Esperan seguir expandiéndose hacia el resto de las provincias y al mercado internacional. “Todos los productos son ricos, saludables y originales”, explicó y aseguró que fabrican productos lácteos caprinos de calidad, innovadores y accesibles. Admitió que su favorito es el queso sardo de cabra, que es madurado durante 8 meses aproximadamente, es de corteza lisa, sabor intenso, consistente y compacto, por lo que consideró que es perfecto para consumirlo en picadas, rallado o para acompañar un buen vino.