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Bioetanol, solución al problema de naftas

Domingo, 29 de octubre de 2023 23:52

A menos de una semana de las elecciones generales, donde Argentina elige presidente por el período 23/27, y en un contexto económico y eleccionario complejo, aparecen los primeros signos del nuevo escenario de cara al balotaje del 19 de noviembre.

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A menos de una semana de las elecciones generales, donde Argentina elige presidente por el período 23/27, y en un contexto económico y eleccionario complejo, aparecen los primeros signos del nuevo escenario de cara al balotaje del 19 de noviembre.

Si el lunes y martes los ojos estuvieron puestos en el acreedor del 29,98% de los votos por algunas intervenciones en los medios que abrieron serias interrogantes sobre el proyecto Milei, con el correr de los días se posó totalmente sobre Sergio Massa quien se impuso por el 36,68% de los votos y es además el actual ministro de Economía.

A mediados de la semana en curso, se daba un fenómeno ya conocido por los argentinos, pero que seguramente esperábamos para la época de las fiestas de fin de año: filas interminables para cargar combustible. Y luego de eso, el incremento en su precio que se traduce a los alimentos.

Ahora bien, la situación actual de las cosas se resume en largas filas de vehículos en los surtidores del país y un aparente desabastecimiento. ¿Pero no hay combustible o no quieren vender? ¿Existe una salida a este bucle?

Este 28 de octubre el secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados de Estaciones de Servicio advirtió que van a denunciar a las petroleras "que guardan y no venden" nafta y gasoil. El dirigente gremial las acusó de generar la escasez para "presionar al Gobierno por un aumento del 20% en los precios de los combustibles", según señalaba Carlos Acuña en una nota para TN.

Desde luego, la especulación y la presión a un gobierno sumamente golpeado y de cara a jugarse su actual lugar en el Estado no es la única razón para esta falta.

Desde el sector de los estacioneros, señalan que existe una amplia brecha de precios con los países vecinos. En dólares, el litro de nafta en Uruguay es de US$ 1,97 y el de gasoil US$ 1,48. Mientras, que Argentina el litro de súper es de US$ 0,91 y el de gasoil US$ 0,99, según un informe de la consultora SEG Ingenierías.

A eso le sumamos mayor actividad del campo, pues el sector agropecuario está necesitado de combustible para la siembra.

Es una excelente oportunidad para plantearse una salida que no influya a esos niveles en el incremento en los precios de los productos de consumo interno. Una problemática directamente relacionada a la exigencia de importar para abastecer toda la demanda interna de combustible, y por supuesto, la falta de divisas que no colabora al ser compras en dólares por su carácter de importación.

En paralelo a esta situación, este jueves en la mañana la firma agroindustrial Ledesma con 115 años de trayectoria presentaba su Reporte Integrado 2023 con balances del año, proyección 2024 y algunas interesantes exposiciones. Entre esas la de Jorge Freijóo, presidente de la Cámara de Azucarera Argentina, quien destacó algo muy pertinente para este momento: el bioetanol hecho con caña de azúcar y su futuro.

Este biocombustible se produce en Argentina con una alta calidad, pero no ha logrado su despegue total en un contexto mundial que pide a gritos terminar con la codependencia desmedida del petróleo, en un país que incrementó su consumo de nafta en un 14% respecto del año 2022. Si bien por ley el sector petrolero debe tomar el 6% (del 12% total del corte de nafta) de la producción de los ingenios azucareros, es insuficiente para el sector y para el abastecimiento interno.

"El cambio climático ocasionado por las emisiones de gases de efecto invernadero es, si no, uno de los primeros temas de la agenda mundial, eso exige un proceso de transición energética que implica un compromiso de reducir las emisiones. El segmento de la actividad humana que mayor emisión provoca es el transporte".

Explicaba así las razones por las cuales el bioetanol, que se utiliza como oxigenante de gasolinas, reduciendo las emisiones de hidrocarburos sin quemar, y de monóxido de carbono, se presenta como alternativa en un contexto mundial en que sabemos, se van a seguir utilizando combustibles para el transporte.

Al respecto, Feijóo señala que "es el camino, la ruta tecnológica, el producto más eficaz para reducir emisiones en el segmento que más emisiones genera".

A su vez señaló aspectos que lo destacan: el etanol se puede producir en casi todo el mundo, no es como el petróleo que hay que sacarlo donde está el pozo; aprovecha toda la infraestructura de la distribución de los combustibles fósiles, se mezcla; el factor tiempo, el cambio climático avanza a un ritmo más acelerado que las posibilidades de las transiciones energéticas, por eso el etanol puede ganar tiempo respecto a las demás opciones que tiene el transporte; es más barato que importar nafta en un momento donde la industria petrolera tiene su capacidad de producción agotada, esto "hace que el consumo interno deba atenderse vía importaciones o vía bioetanol".

Como ejemplo, comentó su experiencia en una cumbre global sobre etanol, días atrás en EEUU, donde cortan al 10%, y actualmente se está utilizando un kit de conversión de motores con un valor de US$ 150.

"Me llamó la atención estando en una fábrica de surtidores, en las estaciones, el E85. El alcohol al 85% en las naftas con motores Flex" gracias a ese dispositivo que está en todos los surtidores.

Por lo cual asegura que "no es un tema de ocurrencia argentina o latinoamericana, es un tema global. El etanol nos va a arrastrar a todos".

Sobre el futuro del etanol, destacó que "en la transición energética en la que el mundo está ocupado, el sector azucarero forma parte de la solución, no estamos conflictuando alimento con combustible".

Si bien puede ser una salida, también exige un "compromiso superlativo del sector como industria argentina que al mercado interno lo debemos atender". Es decir, mantener el abastecimiento interno. También poner foco en la competitividad para mejorar la productividad por hectárea, y en las industrias una mayor eficiencia en la extracción y diversificación de los productos.

Las condiciones están dadas a nivel mundial porque los combustibles fósiles como el petróleo afrontan una crisis en paralelo al crecimiento del etanol. Nuestro país se abastece en un 80% de la industria nacional a través de los ingenios azucareros y "va de la mano de la aviación que también lo necesitará en el próximo tiempo", según señalo Martín Franzini, director de Negocio Azúcar de Ledesma.

"La aeronavegación iría al 50% de combustibles renovables para el 2050, eso implica un crecimiento brutal en la demanda de etanol. Tenemos todas las condiciones dadas para que el sector sea pujante y colabore al desarrollo del norte y el resto del país".

Si bien no será un proceso inmediato y requiere un fuerte compromiso de las partes en materia medioambiental, regulación de la actividad y cumplimiento de las normas de producción. De materializarse lo anterior, quizás no suene tan descabellado implementarlo si pensamos que todos los medios de transporte (por fuera de la bicicleta) emiten CO2 en cierto modo, incluso los eléctricos cuyos pasos en las posibilidades de implementación efectiva en el mundo entero están bastante atrasados y tampoco han podido solucionar la contaminación a gran escala para su producción, al menos hasta el momento.

El próximo gran paso debe ser producir toda la nueva energía con energía eólica, energía solar y energía hidroeléctrica para el año 2030, lo cual es factible si pensamos que los acuerdos de suministro de energía existentes podrían ser sustituidos para 2050 si cuentan con la decisión política y económica. Aun así, para ese entonces el transporte motorizado seguirá utilizando combustible, al menos en lo relativo a la actividad industrial.